Para poder trabajar segura colocó una reja en su local

Policiales 23 de noviembre de 2018 Por Javier Alfonso
Se trata de una agencia de quinielas en barrio 9 de Julio que sufrió dos robos a mano armada en solamente un mes. Su dueña dijo estar “traumada” y “no tener más fuerzas”, pero quiere seguir la actividad y por eso colocó una reja a través de la cual atender a sus clientes.

La agencia de quinielas y unidad postal de correo que funciona en calle Pellegrini 141, luego de haber sufrido una seguidilla de dos robos a mano armada, el viernes 12 de octubre el primero y el lunes 12 de noviembre el segundo; es decir dos robos en un mes y a plena luz del día -19.30 y 16.30-; su propietaria decidió tomar el toro por las astas y tomar una medida extrema, cual fue la de colocar una reja de “metal desplegado”, que dividiese en dos su local comercial, como forma de resguardarse, ante la falta de seguridad que ella experimenta, al menos, en ese sector del barrio 9 de julio.
“Me gusta mi trabajo y no quiero dejar esta actividad”, deslizó la dueña de la agencia de quinielas a un periodista de este Diario.
Cabe acotar que esta medida, la propietaria dijo haberla “copiado” de otros locales ubicados en ciudades más grandes, y según sus dichos le aporta "serenidad" para poder trabajar.
Según lo dicho por esta comerciante y comentarios llegados a esta Redacción, también otros locales comerciales de Rafaela habrían adoptado idéntica medida.

CON LA OPINION
La dueña del local identificado por su número de agencia, Marisel Cristina Ottino de 57 años, dialogó en exclusiva con LA OPINION, sobre la medida que decidió tomar para defenderse de la inseguridad.
“El tema de las rejas lo decidí en octubre después del primer robo -dijo Marisel-. Y no soy la única que está pidiendo este tipo de medida de seguridad. Yo ya lo había visto en otras agencias, más que nada las que también hacen cobranzas. Esta última vez que entraron les dije a los chicos (los ladrones) 'Esto no es un banco'. Sólo gano un porcentaje de un 10 por ciento”, señaló.
Preguntada por si se siente ahora más protegida con la reja, Marisel respondió que, “yo ya estoy un poco traumada. Pero quiero trabajar porque siempre me gustó el trabajo que hago”.
Aclaró asimismo que de lo robado en el primer hecho en octubre, pudo recuperar lo sustraido; pero no aún lo robado en noviembre.
“¿La reja es provisoria o para siempre?”, le preguntamos a la comerciante. Respondió: “Me parece que esto va a quedar así. Rafaela ya dejó de ser una ciudad chica. La primer persona detenida por el primer robo es de acá de la ciudad, pero hay mucha gente de afuera, tanto de ciudades más chicas como más grandes, y nosotros no estamos habituados a una vida de estar siempre pensando que alguien puede entrar y sorprenderte en tu trabajo, en tu casa o en la calle”.
“Estas situaciones para mucha gente son nuevas -añadió esta rafaelina-. Yo antes era muy confiada pero ahora no lo sé. Todavía me estoy recuperando del robo de octubre porque anímicamente estaba mal, físicamente también -tenía problemas por el estado nervioso- y cuando me volvió a pasar en noviembre no tenía ni fuerzas para hablar, sinceramente”, detalló.
“Mis hijos no querían que abra el negocio, pero yo no 'aguanté' y volví a abrir sin ningún tipo de seguridad. No tenía más fuerzas, pero mientras ponían las rejas traté de serenarme, y además no podés detenerte, hay que seguir trabajando y eso me hace bien. Me pone bien trabajar”, concluyó.


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