Sensaciones y sentimientos

Sociales 21 de marzo de 2023 Por REDACCION
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14 sensaciones

RAY CONNIFF: SU PROPIO TIEMPO

Por Hugo Borgna

Cuando nació y se expandió por todo el mundo en poco tiempo (no es una exageración) era cuestión de escuchar solamente uno o dos compases, para que los oídos, que no necesitaban estar especialmente atentos, le transmitieran la orden a la boca, que instintivamente decía el nombre de lo que se estaba escuchando: “Brasil”. Esos oídos ya habían incorporado también el nombre de Ray Conniff, como el dueño del irresistible sonido.
Por la misma época igual reconocimiento instantáneo tenía “Bésame mucho”. El ya conquistado oído había asimilado un tema al otro, como si fueran una pareja favorita de mellizos. Si se escuchaba uno, en pocos momentos más llegaba el otro.
Eran formas diferentes para encarar la pieza musical. Una acaparaba la atención con su ritmo irresistible (Brasil) y la otra (Bésame mucho) llegaba a los sentimientos con su melodía compañera y cómplice, mostrando claramente que habían surgido del mismo músico.
Si el estilo Conniff en lo básico no varió, ¿Por qué, después de tantas décadas, nos sigue emocionando -o haciéndonos bailar- al escuchar cualquiera de sus temas?
Hay respuestas para eso: cumpliremos un poco más adelante del texto, pero es oportuno decir ahora que Ray Conniff nació como Joseph Raymond Conniff en noviembre de 1916 en Attleboro (Massachusetts, Estados Unidos), y también que su música pasó por el silencio, antes de consagrarse como perenne, el 12 de octubre de 2002.
Su biografía es fácil de resumir ¿Qué hizo, además de nacer y crecer, en toda su vida?
Tocar música. Pero, eso sí, fue evolucionando. Antes de ganar el mundo con “Brasil” y “Bésame mucho” ya era popular y reconocido en su país, hasta que, en un encuentro en una sala de grabación con el arreglador Mitch Miller, cambió su destino.
“Teníamos una big band y un coro pequeño. Decidí que el coro cantara junto con la big band usando letras sin palabras. Las mujeres se doblaban con las trompetas y los hombres se doblaban con los trombones. Mitch quedó sorprendido y emocionado con lo bien que funcionaba, debido al éxito de esos arreglos”
El resultado es historia conocida, aunque parcialmente, por todos nosotros. Miller le permitió hacer su propio disco, que es el emblemático y primer LP con el recién surgido sonido: “Es maravilloso”, anterior a “Brasil” y “Bésame mucho”. No apagó, sin embargo, el espíritu renovador de Ray Conniff, que fue haciendo modificaciones de forma en su sonar.
Después del largo tiempo en que las voces se mimetizaron con los sonidos de los instrumentos, Conniff hizo su propia “revolución” musical haciendo que los coros canten la letra. “El mar” y “Háblame de amor”, son de los primeros temas con el “nuevo” modo de presentarlos.
Y las sorpresas siguieron. En 1958 lanzó lo que conocimos como “Concierto en ritmo”, en dos álbumes sucesivos. El tema estrella fue “Concierto de Varsovia”, hoy una versión ícono de su tratamiento de la música culta. Y Ray Conniff siguió grabando, y grabando, y grabando… y hasta recibió premios después de haber dejado de grabar, de grabar, de grabar…
La fórmula de Conniff es fácil de describir y de ejecutar. Trabajando un esquema intermedio entre el ritmo y la melodía, y haciendo que hubiera un solo elemento preponderante por cada tema, resultando, o muy rítmicos o muy melodiosos. Los arreglos de Conniff permiten el reconocimiento original de cada tema al tiempo que se goza su tratamiento. El tiempo sigue pasando y Conniff sigue siendo Conniff. Nosotros, que hemos crecido con su música, seguimos hoy predispuestos a escucharla como la primera vez. Mañana nos ocuparemos de tratar de entender su misterio.

REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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