Bono de fin de año con el dólar “Centro Rafaelino”

Suplemento Economía 31 de diciembre de 2022 Por Guillermo Briggiler
El Gobierno obliga al sector privado a pagar un bono a pesar que tiene las paritarias al día para equilibrar salarios e inflación.
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Como en los últimos años, al llegar el final del mismo, desde el Estado Nacional en una clara maniobra populista, hacen aparecer distintos bonos a pagarse a trabajadores, jubilados y beneficiarios de planes sociales. Esta forma de proceder le hace un enorme daño al mercado de trabajo y lo vamos a tratar de explicar con un ejemplo.
Veamos, una persona ya posee un trabajo y le ofrecen otro en horas libres o la posibilidad de realizar más horas en el que ya posee. Dado que aumenta su carga laboral y casi no va a estar en su domicilio, pero que va a percibir mayores ingresos por su nueva ocupación, decide entonces, contratar a varias personas para que la ayuden con quehaceres que antes podía realizar y ya no tendrá tiempo. Contrata una persona que la ayude con la limpieza, otra con el jardín y llevará el auto al lavadero en lugar de lavarlo ella misma. De esta manera observamos como aumenta el empleo y la productividad en la economía.
Pero, siguiendo con el ejemplo, el gobierno de manera intempestiva decide otorgar un bono a los trabajadores del hogar, el cual debe ser pagado por el empleador, por lo que la persona del ejemplo debe afrontar mayores costos con las que contrató. Haciendo que, en esta situación, ya no convenga tomar el segundo trabajo, renuncie a éste, despida a los contratados y realice ella misma sus propias tareas, con el consabido daño al mercado de trabajo y la reducción de la economía en general, esto es menor producción, menor consumo, menor recaudación, etc., a diferencia de la situación inicial donde la economía crecía.
El bono, que supuestamente mejoraba la situación de los trabajadores, en realidad la empeora aumentando el costo laboral. Siendo el costo del empleo una de las principales barreras para contratar personal.
Además de lo expuesto, se puede verificar que es a todas luces una medida populista y profundamente injusta, ya que el gobierno dice que otorga un bono a una persona, pero el que lo paga no es éste, sino un tercero al que se lo obliga a abonarlo. Es una medida más propia del autoritarismo que de la democracia. Sería lo mismo que decirle a un niño que le vas a dar un alfajor, pero en realidad estás obligando a otro niño a entregárselo, aún en el caso de que éste no posea otro para sí mismo.
También, el gobierno se equivoca al pensar que todos los empleados a los que intenta beneficiar con el bono, están cobrando un salario mínimo establecido en paritaria. No siempre es así y al otorgar de manera forzada el adicional, cambia las condiciones pactadas, produce el rompimiento de un contrato entre partes y en el futuro no se otorgarán nuevos aumentos, sino que se pagará siempre lo mínimo, en la espera defensiva de otras medidas obligatorias y arbitrarias que rompan nuevamente lo pactado.
Muy distintas son las situaciones donde el bono es pactado entre empleador y empleado, o esos premios que son alcanzados por niveles de rendimiento o eficiencia, donde lo que se está compensando es el aumento de productividad que hace a la empresa más competitiva y rentable, aumentando el valor de ésta y ganando de esa manera todas las partes involucradas.
Sería también interesante que modernicen la forma de ver los empleos y dejen de pensar, desde el gobierno, que la formar de retribución deba ser siempre por cantidad de horas de trabajo, midiendo en su lugar, las tareas realizadas y la calidad de esta, permitiendo liberar a los empleados antes de tiempo, cuando finalicen su producción establecida para la jornada y no luego de determinado horario, sin medir que se realizó en el tiempo, donde se pueden acumular muchas tareas, efectivamente realizadas, pero de escasa productividad.
No podemos despedirnos sin hablar del dólar, el cual nos acompañó todo el año, así que finalizamos con alegría de campeón, en un año que fue difícil en materia económica, pero no puede dejar de agradecerse cada esfuerzo, cada sonrisa y las manos amigas que siempre acompañan a cada uno de nosotros.
Y mientras nos preparamos para nuevos desafíos en 2023, le ponemos nombre a un nuevo tipo de cambio, al que llamaremos dólar “Centro Rafaelino”, todo alrededor de 356.

#BuenaSaludFinanciera
@ElcontadorB
@GuilleBriggiler

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