El auge de la meditación

Notas de Opinión 13 de junio de 2021 Por REDACCION
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FOTO. O.D. DR. OSLVADO DALMASSO.
FOTO. O.D. DR. OSLVADO DALMASSO.
Por Osvaldo Dalmasso

La meditación es una práctica cada vez más importante. Tal es así, que varias corrientes psicoterapéuticas la incorporan como parte de sus tratamientos. Es un tema que de tan simple, parece complejo.
Hay varias formas de meditar, pero la mayoría en realidad son métodos de autohipnosis (mantras, letanías, etc.)
En la meditación se utiliza sólo una parte de las funciones cerebrales.
De las categorías cognitivas: senso-percepción, atención, orientación, memoria, ideas, asociación de ideas y pensamiento, se utiliza únicamente la senso-percepción y la atención alerta.
Si comenzamos con algunos ejemplos será más fácil entender.
Ej.1: Cansado de tu jornada laboral estás por dormirte y empezás a sentir el peso de tu cuerpo sobre el colchón, comenzando en forma ascendente desde las piernas, con una leve sensación de calor. Al mismo tiempo escuchás los sonidos de la calle e imaginás la oscuridad que te rodea aunque tengas los ojos cerrados. También percibís tu respiración en su ritmo abdominal y en los orificios nasales una leve frescura inspiratoria y calidez al exhalar. Cuando estás atento a estas sensaciones, estás meditando. Pero de pronto surge espontáneamente desde tu memoria, la palabra insumo, que se utilizó en una reunión que tuviste esa tarde en la que se trató el tema de la falta de un elemento determinado para fabricar una pieza. Entonces todo cambió en tu cerebro porque a las funciones de senso-percepción y atención, se agregó la memoria, más el resto de las funciones cognitivas antes mencionadas. El recuerdo (memoria) de la palabra insumo, fue seguido de ideas y pensamientos destinados a solucionar el problema. Entonces vemos como se pasa de una acción meditativa (correspondiente al Ser) a una acción factual (vinculada con el Hacer) actitud destinada a adquirir un elemento (Tener). Todo ese cambio mental en ese momento fue generado por el recuerdo de una palabra que interrumpió la meditación.
Ej. 2: Si estás comiendo y percibís el aroma, la imagen y el sabor de la comida en silencio y sin analizar nada, estás sintiendo en forma meditativa (estás siendo), en el presente. Pero si de pronto tu pareja enciende la TV para ver las noticias, aparece la memoria y el pensamiento destinados a acumular información (tener). Vamos entendiendo entonces las diferencias entre las actitudes de meditar y Ser con las de hacer y Tener.
Ej. 3: Si estás caminando disfrutando de la belleza de los árboles (sin mencionar a que especie pertenecen), mientras sentís el desplazamiento y el peso de tu cuerpo sobre las piernas, el ritmo de tu respiración y los sonidos que te rodean, estás meditando. Lo mismo podemos decir cuando caminás junto al mar o en la montaña.
Ej. 4: También podés destinar algunos minutos del día a la meditación, generalmente al atardecer. En posición sentada, sentís el peso del cuerpo sobre la silla, al mismo tiempo que percibís todos los estímulos que puedan llegar a tus sentidos.
La meditación consiste en sentir y percibir atentamente la realidad interna y externa tal como es, en cada instante y durante algunos minutos y requiere una disciplina y un entusiasmo muy intensos en su práctica, intercalada a lo largo del día.
¿Y que sucede en el Sistema Nervioso?
Durante la meditación se producen infinitas interconexiones algorítmicas neuronales que transmiten energía electroquímica entre el Encéfalo, el complejo fenómeno de la Conciencia, el Sistema Nervioso Autónomo o Neurovegetativo, con sus sistemas simpático y parasimpático y el Sistema Nervioso Somático o de la Vida de Relación.
El Sistema Nervioso Autónomo es el que regula las funciones de diferentes órganos en forma automática, sin participación de la conciencia ni de la voluntad por ejemplo en la respiración, los latidos cardíacos, los movimientos digestivos, la secreción de las glándulas endocrinas y otros órganos. Durante la meditación se puede modificar levemente la frecuencia cardíaca (bradicardia) y respiratoria (bradipnea) y podemos sentir concientemente esos cambios, pero no podemos detener el corazón ni la inspiración y expiración pulmonar.
En cambio el Sistema Nervioso Somático o de la Vida de Relación es el que se encarga de sentir (olfato, vista, tacto, dolor, etc.), moverse (trabajar, practicar deportes, hablar, masticar, y otras funciones motoras).
En el Cerebro existen regiones especiales que se ocupan de la memoria, el pensamiento y la voluntad, que implican repasos, análisis, contrastes, tensiones y a veces desequilibrios porque el pensamiento analiza, compara, critica, sintetiza y decide y la voluntad ejecuta. Las emociones generadas por estas funciones pueden ser negativas incluyendo dudas, confusiones o conflictos, enojos, culpas, miedos, tristezas y depresiones.
Durante la meditación en cambio, surge un estado de conciencia con emociones positivas de relax, deleite, libertad, orden, solidaridad, amor y compasión. También brotan la verdad, la belleza y la bondad (gnoseología, estética y ética, la tríada platónica). Durante la meditación, la acción se origina en el presente (sin pasado ni futuro), en el vacío y el silencio mental (sin los ruidos de la memoria y del pensamiento) y sin intereses adquisitivos del Ego.
Durante la meditación, si aparece en la conciencia alguna emoción negativa intercalada, no debemos tratar de desecharla porque sería distraer el ritmo meditativo, sino simplemente contemplarla pasivamente, sin analizarla con el pensamiento y veremos como se diluye entre las demás sensaciones, llegando nuevamente la paz y la armonía mental.
Comprendemos entonces la importancia de emplear la meditación como parte de la psicoterapia.
También debe formar parte de la currícula educativa, porque si todos la hubiéramos practicado desde niños, habría menos ambiciones desmedidas, ansiedades, angustias, estrés, así como conflictos interpersonales, sociales e internacionales.
Cuando la vida transcurre solamente en el accionar del pensamiento, estamos ante una forma limitada de vivir. Es un estilo elegido por quienes optan solo por hacer para Tener, para lograr y para progresar y no acceden a la actitud de Ser (del estar siendo).
Incorporar la Meditación a nuestros hábitos nos permite una vida corporal, emocional y mental más saludable, en plenitud y nos acerca a la Felicidad.

(*) Médico. 

REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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