La Pfizer de Alberto es la inflación de Macri

Notas de Opinión 08 de junio de 2021 Por REDACCION
Así como Mauricio Macri creía que bajar la inflación era fácil, Alberto Fernández creía que ya las vacunas estaban aseguradas.
CAPTURA PANTALLA CANCILLERIA FERNANDEZ. El 12 de diciembre prometió 10 millones de vacunas Sputnik para enero y febrero más otras 5 millones para marzo.
CAPTURA PANTALLA CANCILLERIA FERNANDEZ. El 12 de diciembre prometió 10 millones de vacunas Sputnik para enero y febrero más otras 5 millones para marzo.
Por Alejandro Itkin*


La palabra del momento en Argentina es, sin lugar a dudas, Pfizer. Está presente en la mayoría de los canales de televisión, programas de radio y artículos periodísticos. Los comienzos de las negociaciones con los laboratorios empezaron en julio de 2020. Con el Instituto Gamaleya, con AstraZeneca (la famosa vacuna de Oxford) y por supuesto Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson.
Es extraño, pero nadie se queja que Moderna o Johnson no llegaron al país, pero todos se rasgan las vestiduras por la de Pfizer. Una de las explicaciones es que Argentina prestó voluntarios bajo la supervisión del Dr. Fernando Polack para la investigación de las primeras fases. La idea era que, si Argentina colaboraba con dicha fase de prueba, luego tendría prioridad en la distribución una vez que la vacuna fuera fabricada.
Paralelamente, el Gobierno debía negociar con el laboratorio las condiciones de compra, léase precio, método y garantías de pago, sistema de transportación, etcétera. La principal inquietud del laboratorio es que, como la vacuna se desarrolló en tiempo récord (recordemos que generalmente las vacunas se investigan en un promedio de 5-10 años), algo puede salir mal. Algún efecto secundario no previsto durante tan corto período de prueba podría exponer a Pfizer a juicios millonarios que pondrían en riesgo la supervivencia de la compañía.
Por eso, Pfizer le solicita a los gobiernos una cláusula de indemnidad, ante una posible negligencia, que indica que el Gobierno de cada país debe hacerse responsable por los posibles juicios por efectos secundarios ante sus ciudadanos. 
Esta cláusula de indemnidad, sumada a otra de "limitación de bienes", que determina que Pfizer podría confiscar alguna embajada argentina en el mundo, o algún otro bien como garantía ante una violación del Estado argentino al contrato, fueron los puntos que Alberto Fernández argumentó como la traba en el contrato. Esa es la parte legal. La parte logística también tenía sus complicaciones. Sería difícil entender como mantener heladeras de 70 bajo cero en zonas rurales de Santiago del Estero donde ni siquiera hay electricidad. De todos modos, y usando el sentido común, uno podría decir que las Pfizer irían a ciudades urbanas, dejando las otras de menos dificultad logística para las zonas rurales.
Sumada a toda esta dificultad con Pfizer, hay que entender que Argentina ya tenía negociado varios millones de vacunas con otros laboratorios y eligieron no meterse con Pfizer porque ya estábamos cubiertos. ¡Error! Gente, necesitamos comprar todas las vacunas que podamos, de todas las marcas y si necesitan, las pagamos por adelantado.
Díganme qué necesitan, yo se los firmo, pero véndanme vacunas, debería haber sido la actitud del presidente. Pero nos pusimos en exquisitos, creíamos que ya las sabíamos todas y que el mundo entero nos daría la prioridad en la distribución porque somos Argentina.
Así como Mauricio Macri creía que bajar la inflación era fácil, que siguió todas las leyes económicas, que la oposición acompañaría con las medidas, los gremios iban a colaborar y la eliminación de la impresión monetaria haría que lleguemos a una inflación de un dígito, Alberto Fernández creía que ya las vacunas estaban aseguradas.
Por más que el sentido común de ambos presidentes sea el correcto en sendos problemas y hayan tomado las decisiones que en el momento parecían correctas, los resultados no los acompañaron y deberán acarrear con esa cruz eternamente.
Como en el fútbol, no importa si hacés las cosas bien, lo importante es ganar. Sino, que Dios y la Patria te lo demanden.

(*) - Analista político y conductor del programa "Estudio Abierto" en radio Rivadavia.

REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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