Son los primeros que se dan y confirman que la suerte está echada pero también que nos permiten afirmarlos en nuestro destino, del que somos propios artífices en todos los casos. Se suman uno a uno y de nosotros depende que se concreten en momentos justos y necesarios para que sumen y admitan ir desarrollando nuestro devenir. Nunca exentos de incertidumbre, van desarrollando un camino elegido, que aunque fuera difícil, traerá consigo logros, beneficios, realizaciones personales. No darlos es permitir que todo se trunque o quede en la insatisfacción por no haberlo intentado. Nuestra entrevistada los fue procurando de a poco, lentamente, pero con la firmeza que hoy se le traduce en ocupar el lugar que siempre eligió para sus días. 

Raúl Alberto Vigini

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