Editorial

La Palabra 18 de enero de 2020 Por Raúl Vigini
Los frutos

Transcurrieron dos décadas desde que aquellos dos jóvenes además de compartir la vida desde el amor, habían decidido dedicarle tiempo a la solidaridad. Aunque sus vidas quedaron  truncas ante la tragedia, su semilla germinó de la mejor manera con sus amigos que perseveraron en la empresa iniciada y hoy celebran poder participar desde el voluntariado en un trabajo donde interactúan todos en beneficio comunitario. Quienes no tienen acceso a la vida civil con todos sus derechos por razones de mercado, de justicia, de egoísmo, en esta entidad encuentran a semejantes que están dispuestos a ayudarlas a emprender y a acompañarlas desde sus lugares de mujeres a cargo de situaciones vulnerables en sus entornos. Los resultados los manifiesta nuestra entrevistada desde su espacio de trabajo, que también es el de su pertenencia, que nunca dejó de sentirlo como necesario para sus fines altruistas.  

Raúl Alberto Vigini

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