Una lucha larga, histórica y mundial

Locales 11 de noviembre de 2019 Por REDACCION
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Seguramente, muchos peronistas y dirigentes de distintos espacios políticos recordarán este lunes aquel trascendental día para la historia política de nuestro país, hace 68 años ya, cuando las mujeres argentinas votaron por primera vez en una elección nacional, al tiempo que conmemorarán también, sin ningún tipo de dudas, la figura de María Eva Duarte de Perón, una de las impulsoras de la medida.
Es que aquel 11 de noviembre de 1951 se realizaron las elecciones presidenciales por las cuales Juan Domingo Perón resultó electo para su segunda presidencia. Ese día miles de mujeres concurrían por primera vez a ejercer su derecho al voto, donde el 90% del padrón femenino concurrió a sufragar.
La obtención del voto femenino suele asociarse a una conquista del peronismo, con Evita a la cabeza. Lo cierto es que este derecho se conquistó luego de una extensa, y nada fácil, lucha de militantes socialistas y feministas en nuestro país y en el mundo. De hecho, cuarenta años antes, el 26 de noviembre de 1911 Julieta Lanteri, luego de varios intentos previos, logró votar en la ciudad de Buenos Aires, aunque no pudo lograr extender en ese momento ese derecho para todas las mujeres. Luego de esto, se sancionó una ordenanza que prohibía explícitamente el voto femenino, con el argumento de que para empadronarse era necesario el registro del servicio militar.

LUCHA LARGA E
INTERNACIONAL

La lucha por los derechos civiles de las mujeres y el voto femenino se remonta muchos años atrás. En Gran Bretaña y Estados Unidos surgieron importantes movimientos sufragistas donde las mujeres se movilizaron exigiendo sus derechos. Esta lucha no estuvo ajena a las cuestiones sociales de la época ni a la lucha por los derechos de los trabajadores. Esto incluso significó divisiones, por ejemplo, al interior del movimiento inglés. Es el caso de Emmeline Pankhurst y su hija. Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, las diferentes posiciones hicieron que Sylvia Pankhurst rompiera con la Unión fundada por su madre, quien llamaba a las mujeres a movilizarse por el derecho al voto pero con un contenido patriótico. Su hija en cambio no estaba de acuerdo en brindar su apoyo al gobierno británico en la guerra mundial.
En Argentina también desde principios del siglo pasado militantes feministas y socialistas compartieron sus luchas por los derechos civiles y los derechos laborales. Una de las figuras destacadas fue Julieta Lanteri, quien ya mencionamos por haber sido la primera mujer en poder emitir su voto. Junto con la socialista Alicia Moreau funda el Centro Feminista, primera organización que luchó explícitamente por los derechos de las mujeres. Lanteri, lejos de remitir su lucha solamente al voto, tomaba la lucha por las condiciones de trabajo de las mujeres, el derecho al divorcio, luchaba contra proxenetas y contra la intromisión de la Iglesia en la vida de las personas. Comprometida en la lucha de las trabajadoras, en 1912 las lavanderas de La Higiénica la nombran su asesora frente a la patronal.

EL PERONISMO Y EL
VOTO FEMENINO

Será recién en 1947, con la primera presidencia de Perón, cuando se sancione la ley del voto femenino (ley Nº 13.010). Eva Duarte, que hasta ese momento no había tenido la menor preocupación por este tema, fue quien presidió la Comisión Pro Sufragio. El (reciente) interés del peronismo por esta cuestión tenía sus razones. La mujer argentina se había incorporado masivamente al mercado laboral, de ahí que la política de contención de este movimiento no podía seguir excluyendo a millones de mujeres de los derechos civiles. De hecho, el voto femenino le permitió ganar, por ejemplo, en la ciudad de Buenos Aires, un distrito altamente opositor. El 64% del padrón de mujeres votó por la fórmula Perón-Quijano (1).

REPRESION PARA MUCHAS
Esta pelea por uno de los más elementales derechos cívicos, por el que mujeres de distintos países en el mundo se movilizaron durante años, implicó la cárcel y la represión para muchas. Obtenido ese derecho, sabían que eso no borraba las desigualdades de género. Luego de 68 años de voto femenino, las mujeres todavía tienen derechos por conseguir. Hoy en día, siguen siendo las mujeres las que tienen los trabajos más precarios, las que cobran menos que los hombres ante los mismos trabajos, y todavía continúa la batalla por el derecho de decidir sobre su propio cuerpo y por el derecho a estar vivas. Por eso se sigue el camino de aquellas mujeres que no solo pelearon por el acceso al voto, sino que compartían sus luchas con trabajadoras en la conquista de sus derechos. (Fuente: La Izquierda Diario).

REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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