¿Hasta dónde puede llegar el escándalo de los seguros si Alberto Fernández se vuelve delator?

Notas de Opinión 01 de marzo de 2024 Por Alejandro Cancelare
Cuatro fuentes de primerísimo nivel aceptaron que "en el momento en que firmó el decreto, Alberto Fernández podía hacer algo así sin el visado de sus aliados", que manejaban Anses, PAMI y Aerolíneas.
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FOTO TÉLAM Otros tiempos, cuando el Gobierno de Alberto Fernández recién comenzaba.

Por Alejandro Cancelare

“Vos fíjate que el decreto por el que están imputando a Alberto Fernández es del 2 de diciembre de 2021, cuando empezaban a intervenirle el Gobierno con las presiones de Cristina Fernández de Kirchner, Máximo Kirchner y Sergio Massa porque todo se iba a la m…”, empezó su relato uno de los pocos que conocieron todo el nacimiento y el fin del invertebrado Gobierno del Frente de Todos.

El decreto del que habla este verdadero “testigo privilegiado” de todo el tortuoso gobierno de Alberto Fernández es el 823/2021, publicado en el Boletín Oficial como Administración Financiera y de los Sistemas de Control del Sector Público Nacional por el cual se faculta el ingreso de brokers privados para trabajar en los contratos labrados a través de la empresa Nación Seguros, dependientes del Banco Nación.

Los tres intermediarios con experiencia en la materia mencionados en la denuncia que ahora investiga el fiscal Julián Ercolini son Héctor Martínez Sosa, quien a su vez ingresó veintiocho veces a la Residencia Presidencial para ver a su amigo presidente de la Nación; Alberto Pagliano, un reconocido bróker de seguros que alguna vez tuvo que ser expulsado del Grupo Bapro cuando Carlos Brown, exministro de Eduardo Duhalde, administraba esa área hace aproximadamente tres décadas atrás; y Pablo Torres García, en este caso, relacionado con el “mundo Massa”, como suele decirse.

“A ver si me entendés” dice, enfático, la fuente de MDZ. “Todos los seguros son solicitados por las empresas u organismos que tienen que pedir una póliza por tal o cual contratación, crédito que emite o servicio que tome. Todas esas empresas, desde Aerolíneas, el PAMI, la Anses o Transportes estaban bajo la órbita de Sergio Massa o Máximo Kirchner”, empieza su desarrollo.

Por ejemplo, en el caso de los créditos de Anses, el volumen operado era sideral, y quien fondeaba eso era el Fondo de Sustentabilidad que estaba controlado por Lisandro Cleri, un hombre vital para Massa en su transformación como candidato presidencial y ministro de Economía.

Si bien Alberto Fernández no puede correrse del centro de la escena ya que el Decreto en el que se formalizó la manera de contratar los seguros de caución en la función pública nacional tiene su firma, nadie duda que por los sectores involucrados, no pudo concretar la maniobra sin la condescendencia de los otros actores políticos que ya estaban claramente en su contra.

El destrozo que provocó la presidencia de Fernández en el peronismo parece ser desbastador y sus alcances todavía no dimensionados. Tanto que es el primer presidente de ese signo político, aunque sea con el formato kirchnerista, que ningún dirigente salió a defender. Hasta la criticada Estela Martínez de Perón tuvo su comité de seguidores inclusive cuando ya decía que no quería volver a la Argentina. 

Ninguno de quienes fueron sus ministros o jefes de Gabinete salieron a salvaguardar su buen nombre y honor. “Es que terminó solo con Dylan”, ironizó otro protagonista de todo el proceso. Ni siquiera Santiago Cafiero, hombre que luchó denodadamente para que Fernández modifique esa pasividad frente a las ofensas de sus enemigos internos, emitió un mensaje en su favor. Tampoco quieren saber nada Juan Manzur, entonces jefe de Gabinete de Ministros, ni Martín Guzmán, a cargo de la Economía hasta pocos meses más tarde, ambos acompañantes con su firma del decreto presidencial en cuestión. Vilma Ibarra, sus ojos legales, aún no habló.

Apenas arribó de su viaje desde España, el expresidente de la Nación intuía que le tenían preparada una “bienvenida” para pasarlo al bando de los “investigados por corrupción” del que se ufanaba no iba a pertenecer como sí lo está, recordaba siempre, Cristina Fernández de Kirchner.

Ya en Buenos Aires, Fernández realizó varios llamados para preguntar sobre cómo estaba el clima político y el peronismo en particular. Hacía un par de días antes de su vuelta, el jueves pasado, el peronismo nacional, con Axel Kicillof y Wado de Pedro presente en un encuentro con gobernadores y algunos intendentes, habían discutido sobre el futuro partidario sin su presencia.

“Si me quieren llevar puesto, yo me llevo conmigo a Máximo del PJ provincia”, amenazó, como apoderado por un poder de daño o veto que jamás ejerció, ya sea porque no pudo o porque no se animó. Si bien la consistencia del hijo de los dos presidentes a cargo del Consejo partidario bonaerense está más que discutida, Fernández deberá cambiar radicalmente su chip y pasar del off al on, es decir, volver a ser el analista – panelista que desafiaba con su propia experiencia, actitudes y decisiones adoptadas por su excompañera de fórmula cuando él ya había salido de la jefatura de Gabinete o lo que piensa de su hijo, a quien destrató en más de una reunión política.

En este culebrón judicial que parece marcar la agenda opositora, hoy se conoció la inhibición de bienes contra Martín Insaurralde y su ex, Jesica Cirio, y su acompañante en el yate El Bandido, Sofía Clérici. Esta decisión, adoptada por la Justicia Federal por una denuncia de Poder Ciudadano, corre en paralelo de la investigación afincada en Lomas de Zamora por el juez Ernesto Kreplak, hermano del ministro de Salud provincial, Nicolas.

Insaurralde ya empieza a incomodar a algunos actores del peronismo bonaerense porque mucho de su poder permanece intacto a pesar del escándalo que protagonizó. Si bien Axel Kicillof lo corrió de todo lo concerniente al poder provincial, varias secretarías como organismos claves, como la Legislatura, siguen estando bajo su órbita y una decena de intendentes sigue utilizando sus oficios para que medie con otros intérpretes del oficialismo.

Al verse amenazado por la dupla Máximo Kirchner - Sergio Massa, más por el segundo que por el primero, es que empezó a desentenderse de algunos preacuerdos asumidos para conseguir la Presidencia de la Cámara de Diputados nuevamente. El exministro de Economía, quien también reclama más poder para él porque se siente menospreciado por la elección realizada cuando nadie esperaba mucho de Unión por la Patria, lo tiene entre ceja y ceja.

El sábado, en Roque Pérez, se podrá tener alguna certeza del futuro del ex candidato presidencial de Unión por la Patria. Sin agenda, legisladores e intendentes del Frente Renovador se reunirán para analizar la actualidad nacional y provincial y, quizás, emitir un documento. La última vez que sucedió esto fue en San Fernando, previo a la designación de la fórmula presidencial y donde algunos decían que se iba a ir del oficialismo si no le daban ese lugar. Ahora, sin nada por pelear y sintiéndose poco reconocido por sus pares, ¿cumplirá con esa promesa?... (Fuente www.mdzol.com)  

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