Por Redacción
La construcción constituye uno de los sectores más importantes de la economía: su importancia radica en el efecto dinamizador que produce en el mercado interno, al traccionar y movilizar ramas afines. Por tal motivo, los últimos datos que se conocen a nivel local no son alentadores al evidenciar cierto retroceso en relación a 2011, según indica el Instituto de Investigaciones Económicas (IEE) de Fundación Libertad.
El Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (IPEC) publicó esta semana los datos del mes de noviembre del sector de la construcción. Los mismos dan cuenta que en el penúltimo mes de 2012, la cantidad de permisos de edificación otorgados a nivel provincial resultó de 242, siendo un 74,8% inferior a los permisos autorizados en el mismo mes del año anterior, cuando la cifra ascendía a 961.
Por otro lado, la superficie cubierta autorizada (lo que incluye construcciones nuevas y ampliaciones) se ubicó en 34.816 m², cifra que resulta un 82,4% inferior en relación noviembre de 2011, destacó el IEE.
Si bien las cifras anteriores pueden resultar sesgadas por una cuestión estacional, ya que en los últimos meses del año en general la actividad constructora merma un poco, lo cierto es que la tendencia observada a los largo del año es de contracción. Concretamente, en forma acumulada para el período enero-noviembre, la caída en los permisos de edificación fue del 15,2% anual, en tanto que la superficie autorizada para el mismo período se retrajo un 21% anual. Lo anterior se complementa perfectamente con las actividades inmobiliarias, las cuales vienen mostrando un freno importante en lo que concierne a la compra y venta de inmuebles, reflejado en una baja del número de escrituraciones, así como en la cantidad de consultas y los pedidos de tasación.
"En síntesis, no hay dudas de que tal escenario ha sido propulsado principalmente por el cepo cambiario que viene experimentando la economía desde octubre de 2011, lo que aunado a la coyuntura actual con la actividad estancada y retrocesos de varios sectores, los próximos meses serán críticos para los encargados de decidir si se ejecutaran nuevas obras o de lo contrario no estarán dadas las condiciones para hacerlo", afirmó el IEE.
Quizás la única alternativa que los desarrolladores implementaron con cierto grado de repercusión entre los inversores son los proyectos "a pozo". Es decir, reunir un conjunto de personas dispuestas a aportar una determinada cantidad de dinero en forma mensual a medida que avanza la construcción de un edificio o un complejo de departamentos. Para algunas empresas es la única forma de accionar en un mercado semiparalizado y que, a su vez, se alimenta de inversores que no saben qué hacer con sus ahorros en pesos ante la imposibilidad de atesorar dólares en una economía signada por una alta inflación que licua el valor de la moneda nacional.
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