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Suplemento Economía Viernes 12 de Julio de 2024

Nos salva el teatro

En tiempos de vacaciones, muchos rafaelinos viajan a destinos turísticos, lo que puede afectar el consumo a nivel local y consecuentemente al comercio.

Agrandar imagen FESTIVAL DE TEATRO. Rafaela vive la semana del teatro que la distingue desde hace 19 años.
FESTIVAL DE TEATRO. Rafaela vive la semana del teatro que la distingue desde hace 19 años. Crédito: FOTO M. LIOTTA

Por Guillermo Briggiler

Llegan las vacaciones de invierno y los niños se ponen felices porque van a tener más tiempo para disfrutar con un descanso en sus obligaciones escolares, pero los que trabajamos en economía nos preocupamos por el impacto en los bolsillos.

Siempre consideramos a nuestra Rafaela como una ciudad muy pujante y con gran desarrollo comercial, industrial y de servicios, con una sólida producción rural (lechería, agricultura y ganadería) también. Sin embargo, la llegada del tiempo de vacaciones representa un desafío económico significativo. A medida que los rafaelinos salen en busca de destinos donde vacacionar, ya sean las sierras, la nieve o cálidos lugares hacia donde escapar del frio invernal, la economía local sufre un descenso en la actividad comercial. Es lógico, el dinero que habitualmente se gasta en la ciudad, ahora se utiliza para consumir bienes y servicios en los lugares de paseo. Y esto afecta a comerciantes y trabajadores que ven disminuido el circulante en la economía local.

La forma de mitigar estos efectos no solo radica en evitar que menos gente deje de consumir en la ciudad, sino también atraer familias de otros lugares para que utilicen los bienes y servicios que ofrecemos en Rafaela y de esta forma aumente la riqueza en la región.

Como decíamos, durante el período de vacaciones, las ciudades no turísticas como Rafaela, experimentan una disminución notable en la actividad económica. Los comercios locales ven una reducción en sus ingresos, ya que los consumidores locales tienden a gastar su dinero en otras regiones. Esta disminución en la demanda puede llevar a varios problemas económicos, los negocios, especialmente aquellos que dependen del consumo diario de los rafaelinos, como restaurantes, tiendas y servicios, experimentan una caída en las ventas. Por ejemplo, las facturas que se venden en la ciudad para los desayunos y meriendas, son consumidas ahora en el lugar donde van los vacacionistas. También, los negocios pueden reducir las horas de trabajo de sus empleados o incluso prescindir de algunos trabajadores temporalmente, durante este período. Y por último, la disminución en la actividad económica también afecta la recaudación de impuestos locales, lo que puede limitar la capacidad de la Municipalidad local para financiar servicios públicos y proyectos comunitarios.

Para contrarrestar estas externalidades negativas, se debe buscar la forma que se vayan menos personas de la ciudad y además se consiga que arriben visitantes a nuestra querida Perla del Oeste. Los torneos de deportes de jóvenes y niños, la participación de los clubes locales en competencias deportivas que se jueguen en la ciudad, las carreras de autos en nuestro autódromo, entre muchas otras disciplinas que tengan como externalidad la atracción de consumidores a la ciudad, serán siempre bienvenidas. El turismo receptivo de eventos, en términos apropiados.

Aquí cobra especial relevancia el Festival de Teatro de Rafaela, que desde el 2005 se realiza en esta ciudad y que, por su fecha, que habitualmente coincide con las vacaciones de invierno, puede ser el disparador para atraer tanto a residentes locales como a visitantes de otras regiones, creando un ambiente estimulante para la economía. Los beneficios que encontramos son, el convertirlo en una atracción para los visitantes de ciudades cercanas y regiones vecinas, generando un flujo de ingresos adicionales para la ciudad. Además, los visitantes que asisten al festival necesitan alojamiento, comida y entretenimiento, lo que beneficia a hoteles, restaurantes y otros negocios locales.

De esta forma, aumenta el empleo temporalmente, ya que la organización y realización del festival requieren una fuerza laboral adicional, creando empleos temporales que pueden ayudar a compensar la reducción en otros sectores. Por supuesto que además del impacto económico, el festival de teatro enriquece la vida cultural, proporcionando oportunidades educativas y de entretenimiento para los residentes locales.

Es muy importante que cuidemos esta fiesta teatral y una forma de hacerlo es eligiendo cuidadosamente las obras que se presentarán, no solo en calidad, sino en que sean aceptadas por los consumidores y espectadores, de manera que continúe siendo un festival a salas llenas como lo fue por muchos años.

Las externalidades económicas negativas que se generan en una ciudad no turística como Rafaela, durante el tiempo de vacaciones pueden ser significativas, pero no son inevitables. La implementación de eventos deportivos y culturales, como el festival de teatro, ofrecen una solución viable para mitigar estos efectos y fomentar un desarrollo económico sostenible. Al atraer visitantes, generar empleo y revitalizar la actividad comercial, estos eventos pueden transformar los desafíos económicos en oportunidades para el crecimiento y el enriquecimiento cultural de la comunidad.

Por esto y más que nunca en tiempos de crisis económica, podemos decir, nos salva el teatro.

 

#BuenaSaludFinanciera

@ElcontadorB

@GuilleBriggiler

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