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Suplemento Economía Domingo 30 de Enero de 2011

Las diez tesis del Nuevo Desarrollismo

Visto y considerando la reiteración de crisis financieras en los países en desarrollo de ingresos medianos el objetivo propuesto era evaluar cuanto de verdaderamente efectivas eran las estrategias neodesarrollistas para promover el crecimiento con estabilidad. Así como se analiza y critican los resultados del Neoliberalismo, ahora también es posible analizar y evaluar los tips del Neodesarrollismo.

Redacción

Por Redacción

Por Horacio J. Garetto
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El 24 y el 25 de mayo del año 2010, en San Pablo, Brasil, un grupo de economistas que comparten un enfoque keynesiano y estructuralista del desarrollo económico y social convinieron en reunirse, invitados por la Escuela de Economía de San Pablo de la Fundación Getulio Vargas, para discutir diez tesis del Nuevo Desarrollismo, la denominación que muchos de ellos vienen utilizando para referirse a las estrategias de desarrollo nacional que los países de ingresos medianos vienen usando o deberían usar para promover el desarrollo y alcanzar a los países de la elite.

El marco del encuentro era, inequívocamente, el del fracaso de las ideas del Consenso de Washington para promover el crecimiento en América Latina más la crisis financiera mundial del 2008 que, para quién quiera ver, mostró los límites y los peligros de la desregulación y la globalización financiera.
El taller de trabajo tuvo por marco una de las crisis financieras más grandes de la historia en la que fue evidente el impacto de los flujos de capitales en los mercados abiertos, en las tasas de cambio de las monedas de los países y en los valores de los bienes transables internacionalmente. Quién más, quién menos, todo el mundo anda ahora, tanto cada país individualmente como el G 20, tratando de construir marcos regulatorios.
Visto y considerando la reiteración de crisis financieras en los países en desarrollo de ingresos medianos el objetivo propuesto era evaluar cuanto de verdaderamente efectivas eran las estrategias neodesarrollistas para promover el crecimiento con estabilidad. El objetivo específico era discutir diez tesis sobre el nuevo desarrollismo ya adelantadas a los participantes antes del encuentro.

Las diez


Esas diez tesis, que tradujimos del inglés por primera vez al público en castellano y las resumimos como primicia para los lectores del Suplemento Económico de La Opinión, son estas:

1.- El desarrollo económico es un proceso de utilización de la totalidad de los recursos nacionales con el objetivo de lograr la máxima tasa de acumulación, medioambientalmente sustentable, de capital y de progreso técnico. El objetivo fundamental es el de proveer pleno empleo a la fuerza de trabajo disponible. No sólo esto deberá significar incrementos de productividad en todas las industrias, sino también en las finanzas y además la continua transferencia de trabajo a las industrias productoras de bienes y servicios con alto valor agregado per capita pagando en el proceso altos salarios.

2.- Los mercados son insustituibles en este proceso pero los Estados Nacionales tienen un rol estratégico en suministrar los necesarios marcos institucionales para apoyar el proceso de desarrollo. Esto incluye promover las estructuras e instituciones financieras como para canalizar los recursos internos para el desarrollo de sectores innovadores que puedan lograr altas tasas de incremento en el valor agregado local. Este marco asimismo deberá estar dirigido a superar los desequilibrios estructurales que hubiere y a promover la competitividad internacional.

3.- En el contexto de la globalización el desarrollo económico precisa de una estrategia nacional de desarrollo que se proponga aprovechar las oportunidades del mercado mundial, lograr economías de escala, aprendizaje tecnológico, disminuir las barreras a la innovación dadas por excesivamente severos regímenes de protección de la propiedad, asegurar la estabilidad financiera y crear oportunidades de inversión para los emprendedores.

4.- Aunque los aspectos shumpeterianos del proceso de desarrollo y de la estrategia industrial son importantes es en el lado de la demanda dónde suele encontrarse el cuello de botella para el crecimiento. Después de Keynes, a diferencia del pensamiento económico anterior, empezó en general a pensarse que no es cierto que la oferta crea automáticamente su demanda. Ahora bien: en los países en desarrollo hay dos tendencias que limitan la demanda y la inversión: el primero es la tendencia de los salarios a crecer más despacio que la tasa a la que crece la productividad. El segundo es la tendencia a la sobrevaluación del tipo de cambio.

5.- La tendencia de los salarios a crecer menos que lo que crece la productividad se debe a la existencia habitual en este tipo de países de abundantes reservas de factor trabajo más marcos institucionales con sesgo antitrabajo. Además de limitar la demanda y de reforzar la concentración del ingreso en las clases sociales más altas esta tendencia, en el largo plazo, también puede afectar negativamente el propio crecimiento de la productividad. Adecuados salarios mínimos legales, transferencias de efectivo a los pobres y otras medidas deben proponerse neutralizar esta tendencia. La otra opción, la de una crónica sobrevaluación de la moneda nacional que incrementa durante un tiempo el poder adquisitivo de la moneda nacional, no es sostenible.

6.- La tendencia a recaer cíclicamente en procesos de sobrevaluación de la moneda en los países en desarrollo ancla en la excesiva confianza en los ahorros externos en la forma de flujos de capital y en la enfermedad holandesa dada en el contexto de mercados de capital excesivamente abiertos y de la falta de regulaciones apropiadas. Esto implica no sólo que el tipo de cambio es volátil sino que además es causa directa de recurrentes crisis cambiarias y de no menos frecuentes burbujas en los mercados financieros. Implica, también, que las oportunidades de inversiones orientadas a la exportación son crónicamente insuficientes porque esos tipos de cambio sobrevaluados vuelven no competitivos ni siquiera a los más eficientes emprendimientos.

7.- La “enfermedad holandesa” puede ser caracterizada como aquella consistente en una permanente sobrevaluación de la moneda nacional causada por la exportación de commodities superabundantes o, lo que es parecido, exportaciones basadas en el aprovechamiento de trabajo superbarato. La consecuencia que tiene la “enfermedad holandesa” es que impide prosperar a las industrias productoras y exportadoras de bienes transables en el mercado internacional. Para conjurar este problema hay que pensar no en un tipo de cambio de equilibrio de la cuenta corriente de la balanza de pagos a secas sino, más bien, en un tipo de cambio de equilibrio industrial, es decir aquel que permite ser competitivas a las industrias que producen bienes transables siempre y cuando, se entiende, estas utilicen la tecnología internacional standard al día (the state of the art technologies) vigente en la rama industrial que estemos considerando.

8.- El desarrollo económico debería financiarse esencialmente con ahorros propios, internos, de cada país. El o los intentos de usar ahorros externos, que se traducen en deficit de la cuenta corriente del balance de pagos, contrariamente a lo que afirma la ortodoxia liberal neoliberal neoclásica, normalmente no aumenta la tasa de inversión, pero sí incrementa el endeudamiento y la inestabilidad financiera. Esas estrategias que confían en el ahorro externo causan fragilidad financiera; meten a los gobiernos en peligrosos, riesgosos, juegos de “construcción de confianza”, y muy a menudo se termina mal en crisis de balanza de pagos.

9.- Un marco adecuado para el desarrollo es uno en el cual el Gobierno trate de asegurar una relación estable entre el nivel de deuda externa pública y el producto bruto interno y un tipo de cambio que prevea las consecuencias negativas sobre la industria manufacturera de la enfermedad holandesa.

10.- Una política económica de desarrollo de largo plazo debería proponerse como objetivo fundamental el pleno empleo, mientras que trata de asegurar la estabilidad de precios y la financiera. Estas diez proposiciones no pretenden ser una receta completa para el desarrollo. Antes bien que eso deberán ser ajustadas a cada diferente contexto productivo, social y político en el que se pretendan aplicar.

Sirva para la reflexión política local argentina constatar el estrechísimo parentesco entre estas ideas y las que vienen rigiendo la política económica nacional argentina en el presente período histórico del año 2003 al 2011, bajo el signo K.

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