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Suplemento Economía Domingo 2 de Febrero de 2014

¿Una estanflación o una gran crisis?

"En política se puede ser cualquier cosa, pero en economía hay que tratar de ser lo más sensato y racional posible”. Cristina Fernandez de Kirchner, marzo de 2008.

REDACCION

Por REDACCION

Por Adriano Mandolesi (*)


Nuevamente el Gobierno desoye sus propias recetas. La consigna parece ser aferrarse a este tipo de cambio hasta mayo, ¿se llegará?. Suba de tasas, caída en el nivel de actividad de corto plazo y suba de un escalón en el ritmo de inflación.

En línea con lo planteado en nuestros análisis anteriores, el inicio de año marcó la aceleración de las tensiones macroeconómicas. Las reservas perforaron – ampliamente – la barrera de los U$S 30.000 millones, aumentó el déficit fiscal, la inflación de enero según mediciones privadas sería la mayor de la última década, superando el 4%.

En síntesis, la historia del tradicional ciclo argentino parece repetirse, siendo la principal causa el creciente déficit fiscal primario financiado con emisión, es decir una mayor cantidad de billetes circulando en la economía, situación que alimentó el proceso inflacionario en un país donde la historia en la materia lo condena.

El aumento de precios generalizado de la economía genera día tras día un paulatino atraso en el tipo de cambio y fue el responsable de la fuerte salida de capitales que se evidenció durante el último lustro cercana a los u$s 60.000 millones. 

Tratar de frenar este proceso fue la causa de la instrumentación del cepo, medida que nace de un diagnóstico errado y por lo tanto lejos de solucionar el problema generó un peligroso desdoblamiento cambiario informal que ahora se intenta aplacar pero sin atacar el real inconveniente. En otras palabras, es el caso de un enfermo a quien – a pesar del evidente deterioro en su condición– insiste en tratar solamente los síntomas.

El salto del tipo de cambio nominal acompañado por un aumento de la suba de interés lucen medidas que van en un sentido apropiado, la clave es si el momento y la forma de instrumentación es la adecuada o por el contrario, la falta de credibilidad actual sólo operan en sentido inverso acelerando aún más los desajustes. 

Efectivamente, la suba de tasas absorbe pesos de la economía y puede poner un freno al ritmo inflacionario, el costo es una desaceleración de la actividad económica. En un escenario de suba de costos y donde la próxima negociación salarial restará aun más margen al sector privado alimentando este proceso de enfriamiento. 

Entonces ¿qué cambió? El nuevo tipo de cambio flotará en valores cercanos a $ 8 y las tasas de interés tendrán un piso cercano al 20%. La pregunta entonces es ¿hasta cuándo? En un país donde el largo plazo parece ser marzo.

La apuesta del gobierno es clara: ganar tiempo hasta el ingreso de los dólares con la cosecha de soja y maíz que evoluciona con favorables perspectivas mientras los precios internacionales se mantienen en elevados términos históricos. El costo será la pérdida de reservas hasta niveles que pueden resultar peligrosos. La foto muestra un escenario de estanflación pero la tendencia nos acerca cada día más a una gran crisis, que por el momento sigue siendo evitable.

Para ello será fundamental cambiar el diagnóstico y generar políticas de Estado que permitan recuperar la confianza, tanto ciudadana como internacional, claves que en la actualidad lucen distantes.


(*) Del Centro de Investigaciones Sociales y Económicas de Fundación Libertad.

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