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Suplemento Economía Domingo 26 de Febrero de 2012

Una emisión monetaria global nunca vista en toda la historia

El mundo está siendo testigo de una verdadera fiesta de “emisión monetaria”. Los seis principales bancos centrales del mundo (EE.UU.; Europa; Inglaterra; China; Japón y Suiza) triplicaron la cantidad de dinero emitida, que pasó de 5,2 (2006) a 15,1 (2011) trillones de dólares.

Redacción

Por Redacción

La política monetaria expansiva de China es la más agresiva de todas y la de Japón, la menor. Al mismo tiempo, la política expansiva de EE.UU. y de Europa están en un punto intermedio.

En Economía &Regiones pensamos que sería poco probable que el yuan se aprecie frente al dólar, en tanto consideramos que la moneda japonesa se debería fortalecer frente al dólar, el euro y el yuan.

A su vez, pensamos que sería probable que en el corto plazo el euro ganase un poco de poder adquisitivo frente al dólar (si no estalla la crisis en Europa).

De acuerdo con nuestro análisis, la Reserva Federal iniciaría un nuevo round de compra de activos de renta fija, por lo cual sus precios (rendimientos) deberían subir (caer) en el corto plazo. De esta manera, las acciones y los activos financieros nominados en dólares deberían subir en el mediano plazo. En este marco, la inversión en cartera de bancos de EE.UU. sería rentable en el

mediano plazo.

En el mediano plazo el mercado debería tener una tendencia “bullish” (al alza).

Sin embargo, esta tendencia “bullish” no estaría exenta de volatilidad. Esta tendencia “bullish” podría tornarse “bear” (a la baja) si el mercado comenzara a visualizar a la política monetaria expansiva como negativa, lo cual sucedería sólo si hubiese un “despegue” de la inflación.

El largo plazo es “otra historia”. El gran desafío para los bancos centrales surgirá cuando se regenere el crédito, se vuelva a crecer a tasas elevadas y entonces, se acelere la inflación. Ese desafío será combatir la incipiente inflación sin generar una mega recesión y un desplome de los activos financieros y reales.

Pero esa es otra historia, que hoy parece lejana. No por eso hay que dejarla de tener presente.


Quién más y quién menos


Es importante aclarar que no todos los bancos centrales emiten con la misma intensidad. La política monetaria expansiva de China es la más agresiva de todas y la de Japón, la menor. Al mismo tiempo, la política expansiva de la Reserva Federal de EE.UU. y del Banco Central de Europa se encuentra en un punto intermedio.

De esta manera, y teniendo en cuenta las políticas aplicadas en cada país, en E&R pensamos que sería poco probable que el yuan se aprecie frente al dólar, en tanto consideramos que la moneda japonesa se debería fortalecer frente al dólar, el euro y el yuan. A su vez, pensamos que sería probable que en el corto plazo el euro ganase un poco de poder adquisitivo frente al dólar. Esta

última moneda se debilitaría más que la moneda del viejo continente porque la política monetaria expansiva de la Reserva Federal de EE.UU. seguirá siendo, muy probablemente, más agresiva que la de Europa. Hay que recordar que la inflación europea (2,7%) supera la meta (2,0%) establecida por su

Banco Central, la que sólo es honrada por tres de sus países miembros.

De acuerdo con nuestro análisis, lo más probable sería entonces que las políticas expansivas de los bancos centrales se mantuvieran por lo menos durante los próximos dos años. Puntualmente, la Reserva Federal probablemente iniciaría un nuevo round de compra de activos de renta fija, por lo cual sus precios (rendimientos) deberían subir (caer) en el corto plazo. De esta manera, las acciones y los activos financieros nominados en dólares

deberían subir en el mediano plazo hasta que se regenere el crédito. Esta suba de precios en el mercado accionario debería generar un efecto riqueza que impulsaría el consumo, el crédito, la inversión y el nivel de actividad. En este marco, la inversión en cartera de bancos de EE.UU. sería rentable en el mediano plazo.

En pocas palabras, en el mediano plazo el mercado debería tener una tendencia “bullish” (al alza). Sin embargo, esta tendencia “bullish” no estaría exenta de volatilidad, que continuaría estando presente a partir de circunstanciales tomas de ganancia. No obstante, esta tendencia “bullish” podría tornarse “bear” (a la baja) si el mercado comenzara a visualizar a la política monetaria expansiva como algo negativo, lo cual sucedería sólo si hubiese un “despegue” de la inflación.

A diferencia del corto y mediano plazo, el largo plazo es “otra historia”.

Las actuales políticas monetarias expansivas nunca fueron aplicadas con la actual agresividad ni con la presente homogeneidad de este a oeste del globo terráqueo. Todos los bancos centrales más importantes del mundo están imprimiendo dinero como nunca antes, y nadie a ciencia cierta puede prever o anticipar las consecuencias de largo plazo de estas políticas.

No obstante, estamos en condiciones de decir que en el largo plazo el gran desafío para los bancos centrales surgirá cuando se regenere el crédito, se vuelva a crecer a tasas elevadas y, como consecuencia, se acelere la inflación. Ese desafío consistirá en combatir ese crecimiento de los precios sin generar una nueva mega recesión y un desplome de los activos financieros y reales. Pero esa es otra historia, que hoy todavía parece lejana.

Sin embargo, no por eso hay que dejarla de tener presente.

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