Por Evelin Olivero
Las vacaciones de invierno se caracterizan por ser unos de los momentos más altos de consumo en cuanto a turismo, luego del tradicional tiempo de descanso del verano. Los grandes centros turísticos se preparan para la temporada de invierno que se avecina, y las agencias comienzan a comunicar todas las promociones posibles para captar la mayor cantidad de público.
De esta manera nos llueven las propuestas de viajes a todo el país e inclusive fuera de él. Quizás tenga que ver con las nuevas tendencias que se están dando en los consumidores de viajes. Donde la clase media, que puede llegar a reunir algunos ahorros durante el año, busca y aprovecha la temporada invernal para tomarse un tiempo libre y escapar de la rutina. Cada vez son más quienes invierten en conocer y viajar por sobre otros gastos posibles.
Las preferencias en materia de destinos conforman un abanico cada vez más amplio que crece al mismo ritmo que el turismo nacional e internacional. Tanto en el país como en el exterior se destacan los sitios tradicionales pero también aquellos que recién se insertan como una alternativa a la hora de elegir qué hacer con el tiempo libre.
Están aquellos que consumen en el país buscando conocer la nieve y explorando nuevos lugares que en el verano no serían su primera elección. Otros prefieren el exterior aprovechando las temporadas invertidas con respecto a nuestro clima, como la tan anhelada Europa que ahora disfruta su verano. También existen quienes deciden quedarse en su lugar de origen y concurrir a atracciones “turísticas” cercanas a su hogar como cine, teatro, shopping entre otras opciones de interés generalmente familiar.
En los últimos años, en Argentina se consolidó la tendencia de viajar -tan instalado en otras regiones del mundo- o ese concepto de escapada que rige más conceptualmente para los fines de semana extra large. Las sierras reafirman su favoritismo para esta región ante cada invierno, pero el noroeste y las Cataratas representan clásicos destinos para el medio año. El encanto de Buenos Aires con una oferta cultural y de entretenimiento que parece ser infinita -al menos desde una mirada del interior- también se instala con fuerza para las vacaciones de julio.
Pasar unos días en familia con cierta tranquilidad es una estrategia para sobrevivir a la rutina. O en el caso de los amigos siempre está a mano el turismo aventura. En todos los casos, las agencias fueron encadenando, en los últimos años, una oferta de actividades buscando generar impacto, emociones y una colección de buenos momentos en el turista.
Desde las empresas de turismo, pasando por los hoteles, los centros de esquí, los transportes y hasta las artesanías se movilizan con la llegada del turista. Las empresas encargadas de la satisfacción de los mismos generalmente tienen sus picos de ingresos en estas épocas del año (temporada alta que le dicen) manteniéndose muy bajos durante el resto del calendario. Por lo que el trabajo de fidelización, captación y mantenimiento de los consumidores es el principal enfoque para dichas organizaciones.
Los esfuerzos de comunicación y marketing, necesariamente, tienen que estar planificados y direccionados a desarrollar acciones durante todo el año para llegar a los momentos de alto consumo con el público captado e informado.
En este proceso son imprescindibles las tácticas de promoción, principalmente las relacionadas con precios o beneficios en paquetes. Un claro ejemplo de las mismas son las que ofrece el fenómeno despegar.com donde no sólo se disminuyen gastos desde el punto de vista del consumidor, sino que además brinda la posibilidad de armar mediante paquetes el viaje tal cual como fue soñado. Todo esto sin moverse de casa y sin requerir de una agencia turística.
Para las promociones, están los suplementos de viajes y turismo de los diarios pero también los mails list. En nuestras casillas de correo recibimos, en mayor o menor medida, mensajes de agencias que promueven excursiones (Europa, Caribe y Brasil los típicos destinos del exterior; Bariloche, Mendoza, Salta y Misiones los más populares en el país) o bien hoteles que muestran sus fortalezas para quedarse con la mayor cantidad de reservas.
Ante todo esto, las empresas dedicadas a la planificación turística deben unir esfuerzos para lograr diferenciarse y ofrecer los mejores servicios al viajero. En este caso nuevamente, como en muchos otros, la comodidad del cliente y la personalización de los servicios se convierten en las ventajas competitivas a la hora de desarrollarse en este tipo de mercados.
Por supuesto, que los gustos de los consumidores son muy variados y diversos. Existen también aquellos que prefieren un servicio de agencia con el asesoramiento adecuado que tenga en cuenta sus necesidades y las expectativas que se crean en torno a cada aventura turística. Es imprescindible, aquí, donde el servicio es la oferta en cuestión, que todo se cumpla según lo pautado para la conformidad del cliente, pero que además exista un valor agregado que transforme esa conformidad en una gratificación o satisfacción total del turista.
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