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Suplemento Economía Domingo 25 de Agosto de 2013

RSE y los límites

El sistema de valores, la competencia, la legislación, los recursos. Todos pueden presentarse como limitaciones para impulsar acciones de responsabilidad social.

Fernando Solari

Por Fernando Solari

La RSE (Responsabilidad Social Empresaria) tiene que ver con

los límites. En realidad tiene que ver con superar los límites

yendo más allá de donde corresponde para que los beneficios que se

obtengan sean superiores a los que se podrían obtener sin superar

esos límites.

En términos empresarios una metáfora válida sobre límites es la

del terreno de juego.

Los negocios se llevan a cabo en un terreno

de juego -y con reglas- que no están fijadas por los empresarios.

No son los hombres de negocios quienes imponen las reglas que

regulan su actividad.

Si bien es cierto que permanentemente intentan influir para que estas sean tan favorables como lo consigan –existe una actividad,

al menos regulada en Estados Unidos, que tiene por objeto

transparente influir frente a los reguladores en beneficio de las

empresas (lobbying)- finalmente las decisiones, y las

regulaciones, no quedan en sus manos.


No hay empresa que no tenga que amoldarse a las reglas de juego

del sitio donde opera. No hay empresa que pueda llevar a cabo una

operación ilegal ya que el solo hecho de hacerlo la descalificaría

como empresa.


Sin embargo los límites suelen disparar dos reacciones básicas;

por un lado la protección que brinda la certeza en presencia de

los límites.

Si conocemos los límites podemos concentrar todos nuestros

esfuerzos en intentar ser los mejores "dentro de la cancha".

Ganar, perder o empatar nos permitirá siempre adquirir un

aprendizaje que nos facilite la chance de superarnos durante el

siguiente desafío.


Por otro lado los límites suelen generar la tentación de

quebrarlos. Evaluar qué podría ocurrir si los ignoramos suele ser

la oportunidad para que la creatividad cobre fuerza y la

innovación encuentre su lugar.

Esta lectura positiva, y hasta recomendable, pierde su valor y

sentido cuando es aplicada al vínculo entre una empresa y su

comunidad.

Nadie puede sospechar que forma parte de una empresa -como

empleado- y ésta no hace los aportes -por tomar solo un ejemplo-

que requieren las normas vigentes.

Si esto ocurriera la persona no estaría en condiciones de

rendir (trabajar seguramente sí, en especial si lo impulsa la

necesidad y no tiene alternativas) como corresponde.

Sería una estafa basada en la seria asimetría entre una

institución poderosa (la empresa) y una persona necesitada de

trabajo.


Un típico caso de quiebre de límites que requiere de varios

factores coincidentes. En primer lugar ocurre cuando las reglas se

mantienen pero los que se diluyen son los castigos. Si es así

habrá empresas que asuman el riesgo impulsados porque las

posibilidades de castigo son muy bajas y los beneficios

extremadamente tentadores.


En segundo lugar porque la segunda línea de control, la más

amplia, la que corresponde a la comunidad y sus actores, lo deja

pasar por una cuestión de valores. Valores confundidos

frecuentemente por la necesidad y el espejismo del mal menor.

Siempre será preferible que la gente tenga trabajo, aunque no

sea digno, que el flagelo de la desocupación.

Un pensamiento

equivocado que se impone a fuerza de repetición y como mecanismo

de escape de situaciones críticas que, por sostenidas, se terminan

haciendo costumbre.

En tercer lugar debido a la aceptación de los pares, quienes

finalmente deberían defenderse de la competencia injusta e

insostenible que genera compartir un mercado con actores que no

respetan las reglas de juego "inclinando la cancha" a su favor de

una forma que hace muy difícil mantenerse en juego para quienes

cumplen con todas las reglas.

¿En qué momento entra en juego la RSE?

La RSE es un modelo de gestión que supera otros límites.

En

primer lugar el límite de la competencia. Cuando no nos quedan

diferenciales físicos, cuando lo que hacemos ya lo copió -o lo

mejoró- la competencia, la RSE nos permite incrementar el valor que

nos otorga el vínculo con la comunidad a través de todos y cada

uno de los actores con los que nos relacionamos.

Y la forma de relacionarnos con ellos es a través, en buena

medida, de mostrarles salida y solución a sus problemas.

Mostrando alternativas superadoras a la oferta actual.

Si

nuestra empresa cumple con todas las alternativas legales, y las

excede para darles mayores beneficios de los impuestos por las

normativas vigentes a nuestros empleados, vamos a tener un

diferencial potente y a la vez enriquecedor tanto para la empresa

como para la comunidad. Al tiempo que vamos a estimular a nuestros

competidores a que intenten seguirnos por la senda que nos lleva

al éxito.


La realidad es el escenario donde nos toca competir, el que

está delimitado por regulaciones que pueden no gustarnos, que

podemos ver como equivocadas pero que son las que tenemos que

aceptar para llevar adelante nuestro negocio dentro del marco de

la ley.

En este campo de juego las posibilidades son infinitas. Allí es

donde la RSE pasa a ser una de las habilidades que nos pone a la

"hinchada de nuestro lado" y eso suele ser un buen estímulo para

conseguir el mejor resultado.

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