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Suplemento Economía Domingo 17 de Noviembre de 2013

RSE y el conjunto

COLUMNA DEL EXPERTO

Fernando Solari

Por Fernando Solari

La RSE (Responsabilidad Social Empresaria) tiene entre sus oportunidades la de poner en evidencia que la comunidad es una sola y que los beneficios que son duraderos se obtienen cuando abarcan al conjunto de la sociedad. Hubo un tiempo en que la evolución consideraba como propio, y razonable, el efecto identificado como "externalidad"; término que el diccionario de la Real Academia Española define como "perjuicio o beneficio experimentado por un individuo o una empresa a causa de acciones ejecutadas por otras personas o entidades". 

Una suerte de "daño colateral" que, desde el punto de vista económico, genera consecuencias sin retribución por el beneficio obtenido ni pago por las consecuencias generadas. El "costo del progreso" resulta ser la presentación persuasiva -durante un buen tiempo convincente- que le prometía a la comunidad un resultado superador y abarcador que implicaba algunas "incomodidades".

El estímulo por un futuro mejor ponía un foco tan intenso en la meta que quitaba la atención de las consecuencias que generaba a lo largo del camino. Así se le dio forma a una realidad percibida donde las chimeneas humeantes significaban potencia fabril generadora de productos que agregaban confort a nuestras vidas, donde la transpiración demostraba esfuerzo y el entusiasmo por el progreso aturdía de forma tal que las voces que señalaban las consecuencias no deseadas eran silenciadas por el mismo ambiente de progreso.

Lo que ocurre con China es impactante; se trata de un país con su extrema potencia dormida durante años que se pone en marcha a toda velocidad y comienza a transitar el camino que lo lleva hacia el progreso con claras intenciones -y posibilidades- de liderazgo.

En este tránsito genera imágenes que recorren el mundo donde queda en evidencia que tienen definido un fin y se acercan hacia él tan rápido como les resulta posible, sin fijarse mucho en como lo hacen. Lo que trasciende es que en el mientras tanto alcanzan su objetivo -el ahora- la situación se complica cada día más por causa de la contaminación que genera su intensa actividad.

Quedaría en evidencia la falta de experiencia -sumada a la falta de escrúpulos- al quemar etapas al tiempo que queman combustibles fósiles –incluyendo el primario carbón- que generan una densa neblina que oscurece la vida de sus habitantes.

Lo cierto es que finalmente dominan la escena la relatividad de los informes ya que el impacto por las imágenes de China contaminada comparte el escenario con los indicadores que señalan a los Estados Unidos con emisiones superiores a las de China. País que supuestamente cuenta con experiencia en el tránsito hacia el progreso y una cultura de respeto por sus ciudadanos.


MIRADA AMPLIA

Parte de la clave pasa por ampliar la mirada permitiendo que abarque más de lo que solemos ver. La amplitud requerida debe abarcar, al menos, dos dimensiones. La dimensión del tiempo, la capacidad de poder mirar más allá del presente y del futuro cercano. La dimensión grupal, la capacidad de poder ver a los otros -además de a nosotros mismos- y a los que vendrán después.

Las consecuencias de lo que hacemos, y de las decisiones que tomamos, ocurren cuando el tiempo transcurre. Tener la capacidad de considerar al futuro y su vínculo con lo que ocurre hoy -sin que el momento actual parezca especial- permite tener en cuenta lo necesario para que los resultados de futuro sean superadores del presente.

Compartir nuestro punto de vista con quienes nos rodean -reconociendo que no estamos solos- nos permitirá rodear cada desafío que enfrentamos sin dejar aristas por analizar, de forma tal que reducimos las posibilidades de que haya consecuencias indeseadas que dañan a terceros por nuestras acciones.

Esta mirada amplia nos permitirá reconocer el valor de los insumos, aunque no lo tengan en forma directa -como puede ser el agua que tomamos de un río para utilizar en una planta productiva- y ocuparnos por hacer lo necesario para devolver el agua en las mismas condiciones que tenía cuando entró a nuestra planta.

Esta mirada amplia nos permitirá separar al mercado de la comunidad. Lo que hacemos en el mercado para competir y ganar terreno tiene una variante conocida como el crecimiento "a expensas de", donde nuestro crecimiento requiere de la pérdida de nuestros competidores. Es razonable que esto ocurra y suele ser el resultado de nuestra mayor habilidad y capacidad para gestionar el negocio.

Pero la comunidad no es el mercado. No es el mercado ni funciona como el mercado. Tiene un ordenamiento de valores que lo diferencia; los valores son los mismos pero el orden cambia. El punto de contacto entre comunidad y mercado es que ambos están compuestos por personas, los dos son un conjunto de personas donde lo que cambia son los objetivos, los intereses, las búsquedas y la forma de priorizar los valores.

El dinero es un valor que está entre los primeros puestos para una persona que se desenvuelve en el mercado y pasa a los últimos puestos cuando esa misma persona se desempeña en la comunidad. Los equívocos en este sentido suelen ser individuales; y la solución duradera se obtiene como parte del conjunto.

Tener la oportunidad de entender a la comunidad como un conjunto -del que las empresas forman parte- es el primer paso para que el bien común obtenga el sitio de privilegio que le corresponde. La RSE tiene las herramientas de gestión que, sumadas al entrenamiento de la mirada amplia, permiten generar resultados duraderos donde cada una de las partes integran un todo que se beneficia y progresa.

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