Por REDACCION
Por Nicolás Tereschuk
Después de más de un cortocircuito y luego de una
larguísima negociación, todo hace pensar que a comienzos de 2014
se estará más cerca de un acuerdo Mercosur - Unión Europea, pero en
ese contexto ¿cómo es el viejo continente que acercará sus
relaciones comerciales al bloque del sur?
Por un lado, la economía europea tendrá recién en 2014 el mismo
volumen que el que tenía entre 2007 y 2008, luego del acentuado
"bajón" que le produjo la crisis financiera internacional.
Pero además, en el bloque regional que conforman algunas de las
economías más desarrolladas del mundo están en marcha desde hace
varios años una serie de modificaciones estructurales.
Un ejemplo de esa situación es la economía polaca sobre la que
la agencia internacional Bloomberg puso su ojo el mes pasado para
tratar de explicar por qué fue la única de la región que se
mantiene desde hace más de diez años con signo positivo en su
producción.
La nota revela que, al contrario de lo que optaron por hacer el
resto de los países de la unión, al inicio de la crisis, Varsovia
eludió las políticas de "austeridad" y puso "el pie en el
acelerador" del gasto público.
A ello se sumó una mayor cantidad de fondos de ayuda de la
Unión Europea y recortes en impuestos, que ayudaron a mantener la
economía a flote en medio de una difícil situación regional.
En ese contexto, la economía alemana prevé un crecimiento más
fuerte para 2014 que para este año, aunque con modificaciones en
su composición.
En 2013, la primera economía de la zona euro se prevé que se
expanda a un ritmo de 0,5 por ciento y para el año próximo la
cifra se estiraría hasta el 1,7.
El diario español El País explicó en un reciente análisis que
el alto superávit comercial alemán, en torno al 6 por ciento de su
PIB implicó un lastre para la economía europea en general, lo que
obligó a la Comisión Europea a reclamarle a Berlín que produzca
cambios en la orientación de su economía.
El reclamo apunta a que comience a basar su crecimiento más en
la demanda interna y el consumo que en el empuje exportador, como
una forma de aliviar al resto de la eurozona.
Hacia allí parece encaminarse en los próximos años el gobierno
de Angela Merkel que de todos modos debió haber recibido con
recelo el último informe del Centro para la Investigación
Económica y Empresarial (CEBR por sus siglas en inglés), que salió
a pronosticar que para 2030 la mayor economía del viejo continente
ya no será Alemania sino Gran Bretaña.
Las claves de la predicción están dadas por el crecimiento en
la población del Reino Unido, un sistema económico que funciona
con bajos niveles de impuestos y su aislamiento de los problemas
que en los últimos años mostró el Euro.
Claro que para entonces, de acuerdo a las proyecciones del CEBR
Brasil superará tanto a Alemania como al Reino Unido, para
asentarse como la quinta economía del mundo.
Mientras se negoció en los últimos años el acuerdo Mercosur -
Unión Europea, el bloque con sede en Bruselas atravesó varios
cambios más en su estructura económica interna.
Para dar una muestra de ello, hay que tener en cuenta que el
sector financiero del viejo continente eliminó nada menos que 140
mil puestos de trabajo en dos años y que prevé seguir achicando su
peso durante el año que viene.
A uno y otro lado del atlántico se empezó a pensar este acuerdo
en 1999 y, en concreto, lleva más de 30 meses de tratativas: la
apuesta es que permita generar empleos y una mejor calidad de vida
en ambas regiones, pero la incertidumbre en un mundo que cambia
minuto a minuto seguramente requerirá de nuevas y trabajosas
negociaciones.
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