Por José Calero
La
economía empieza a dar signos de recuperación y la mayoría de los
analistas proyecta un crecimiento cercano al 3% para este año,
pero hay dudas sobre si esa mejora alcanzará para mejorar el humor
social de una Argentina atravesada por múltiples conflictos.
El gran interrogante, por ejemplo, es si esta recuperación se
traducirá en la generación de puestos de trabajo capaces de
compensar los despidos que se vienen produciendo en distintos
sectores fabriles, como el sonoro cierre de la planta de PepsiCo
en Vicente López que terminó en represión.
Un estudio de la Universidad de Belgrano advierte que si bien
las cifras dadas a conocer por el INDEC sobre el nivel de
actividad en el primer trimestre de 2017 muestran una variación
positiva del 0,3% respecto de igual trimestre de 2016, estos
"brotes verdes" aparecieron inicialmente gracias a la importación
y al incremento de la demanda del sector público.
Así, esa mejora por ahora deja de lado el empleo y a la
actividad industrial, el sector más golpeado por el plan puesto en
marcha por Cambiemos, que busca darle mayor protagonismo al sector
servicios y menor ponderación al fabril.
Buena parte de los empleos perdidos desde que Cambiemos llegó
al poder fueron consecuencia del impacto sobre el sector fabril,
mientras el resto se lo llevan el empleo público y el comercio.
La industria recién ahora parece haber comenzado a dar vuelta
la tendencia, tras 16 meses de caída.
La industria tuvo en mayo un aumento interanual del 2,7% y
registró en los primeros cinco meses una caída del 1,4% contra
igual período de 2016, según el INDEC.
Para la UIA, la actividad fabril presentó en mayo un aumento
interanual del 2,2%, con lo que recuperó el retroceso del 1,9%
sufrido en los primeros cinco meses.
Los sectores vinculados con la reactivación de la obra pública
hicieron punta en la recuperación fabril: los despachos de cemento
crecieron 16,1% durante junio en términos interanuales.
A su vez, la producción automotriz avanzó 9,2%, siendo el
segundo mes de recuperación luego de un trimestre de caídas
consecutivas.
La producción industrial se expandió producto fundamentalmente
de la dinámica del sector automotriz (13,8%), minerales no
metálicos (12,3), y alimentos y bebidas (3,9%).
El director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE)
de la Universidad de Belgrano, Víctor Beker, advierte que los
primeros "brotes verdes" de la economía argentina no traen por
ahora buenas noticias ni para la industria nacional ni para el
empleo.
"El segundo semestre ya arrancó y la pregunta es si la magnitud
de la recuperación será suficiente para compensar las
consecuencias negativas de la transformación económica impulsada
por el gobierno", alertó.
Impulsada por la construcción y las mejoras en los sectores
vinculados con el campo, la economía salió de la recesión, con un
crecimiento en la primera mitad del año que se situaría por arriba
del 1%.
Pero ese crecimiento tuvo dos velocidades, ya que recién en
mayo la industria pudo revertir 15 meses consecutivos de caídas, y
el sector fabril sigue siendo el mayor creador de empleo.
Para Marina Dal Poggetto, del Estudio Bein, la inversión
empieza a crecer más rápido motorizada por el boom de obra pública
y la de algunos sectores que recibieron fuertes señales de
precios.
En el segundo semestre, la mejora se profundizaría en la
comparación interanual.
En tanto, un informe elaborado por la Fundación Mediterránea destaca que la economía "apunta a crecer"
un 2,8% este año, y el Gobierno podrá "consolidar la reactivación"
si logra bajar el déficit fiscal, dar impulso a las inversiones y
subir el tipo de cambio real.
La obra pública continúa a buen ritmo y se espera siga así
hasta octubre.
Pero el Talón de Aquiles del modelo por ahora sigue siendo el
consumo, ya que los expertos coinciden en que seguirá reaccionando
en forma lenta y dispar.
De cumplirse este pronóstico, la falta de reacción del consumo
puede terminar complicando la batalla decisiva que se librará en
octubre.
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