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Suplemento Economía Domingo 28 de Agosto de 2022

Inflación de tres dígitos

Ante la falta de dólares, el Gobierno maneja distintas opciones, entre ellas una devaluación más acelerada o un desdoblamiento cambiario, es decir un dólar para la balanza comercial, exportaciones e importaciones y otro para el resto de las actividades.

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FOTO ARCHIVO Crédito: ECONOMÍA EN CRISIS. Todos los caminos conducen a una inflación de tres dígitos.
Guillermo Briggiler

Por Guillermo Briggiler

El plan de aguantar hasta las elecciones del 2023 ya caducó. Ahora, con el empoderamiento de Sergio Massa en el Ministerio de Economía y la designación del ortodoxo Gabriel Rubinstein en la Secretaría de Programación Económica -un virtual viceministerio del área- deberán tomarse medidas para enfrentar los graves desequilibrios de nuestra economía, que nos están llevando a una inflación que alcanzará en breve los tres dígitos.
Por un lado, enfrentamos un inmenso desequilibrio de las cuentas públicas que, por monetización del déficit fiscal, es decir, financiar el exceso de gasto con emisión monetaria, en lugar de hacerlo con recursos genuinos, inunda la plaza de pesos que empujan los precios de bienes y servicios a la suba. Por otra parte, la quita de subsidios para bajar el gasto del Estado, repercutirá en suba de tarifas públicas que alimentará también la inflación, vía suba de costos de producción, energía y transporte.
Conjuntamente con esto, para rescatar la emisión espuria, se subió la tasa de interés de plazos fijos que pagan hasta un 69%, en un mercado financiero virtualmente intervenido por el BCRA, que luego compensa con la suscripción de Lelic al 61%, pero poco a poco, la bola de nieve de los intereses de estas letras de liquidez, crece y corre riesgo de caer como una avalancha sobre el mercado. Para visualizar esto, les contamos que los intereses que devengaban anualmente estos pasivos del BCRA, hasta junio de este año eran aproximadamente 4 billones de pesos, pero a agosto de 2022 esta cifra superó los 6 billones. Este inmenso crecimiento del déficit cuasi fiscal, choca de lleno con el doloroso ajuste fiscal, principalmente por el lado de suba de tarifas, que alcanza a 2 billones de pesos, que representa solo un tercio de los intereses de Lelic, sin amortizar el capital de las mismas.
Respecto a los inconvenientes en la balanza de pagos exterior, al no tener dólares de reservas en nuestro Banco Central, se reglamentan importantes restricciones para importar insumos y productos, necesarios para producir en nuestro país y luego exportar generando divisas o consumir internamente evitando importar productos terminados. Frente a la imposibilidad de importar al tipo de cambio oficial y la necesidad de continuar produciendo, muchas empresas están realizando los pagos al exterior, vía mercado de capitales, utilizando el contado con liquidación para ello, por lo que el costo de importar ya no es el dólar oficial, sino el libre, encareciendo los productos e insumos importados más de un 100%. Otro motorcito para la inflación por el lado de los costos.
Hasta aquí los principales desafíos que enfrenta Rubinstein como as de espadas del abogado, devenido en Ministro de Economía, Sergio Massa. Las opciones que maneja el “viceministro de economía” son una devaluación más acelerada o desdoblamiento cambiario, es decir un dólar para la balanza comercial, exportaciones e importaciones y otro para el resto de las actividades. Según análisis de publicaciones previas a asumir el cargo, podemos decir que se inclinaría por un desdoblamiento, pero hay que ver si consigue que el resto de la coalición gobernante lo apruebe. En caso que no lo hiciera, la misma realidad empujará a una devaluación o una hiperinflación, cuando el BCRA gaste la última reserva de divisas.
El sistema de desdoblamiento consistiría en tener un dólar comercial para exportaciones e importaciones, algo más alto que el actual, pero regulado por el BCRA. Mientras que se crearía otro dólar para el resto de las actividades económicas, sin cepo cambiario. La clave del funcionamiento estaría en la oferta de dólares, que debería provenir del mercado, el cual al liberarse, se igualaría en un precio similar a los dólares libres, en el encuentro entre la oferta y la demanda. Si esto funciona, sería una salida menos dolorosa que la simple devaluación del peso, la cual también motorizaría la inflación, mientras que en el caso del desdoblamiento, si es exitoso, los precios ya tienen ese componente de los dólares libres incorporados, por lo que no alimentaría al índice de precios del INDEC.
Mientras tanto, los rafaelinos debemos protegernos de las actuales condiciones y por ello recomendamos la inversión en bienes, ya sea mercaderías, materias primas o aquellos atados al dólar. Primero llenar las góndolas de sus comercios o industrias, para tener disponible mercadería siempre, la cual es la razón de ser de cualquier actividad económica, además sube más rápidamente los bienes a las actuales tasas de inflación, que los activos financieros en pesos. A quienes ya tienen todo repleto de bienes transables o son prestadores de servicios, las inversiones pasarán por bienes durables, destacamos los inmuebles, que luego de la última suba del dólar, se volvieron muy atractivos. Mientras esperamos nuevas medidas económicas, podemos ver subir los precios semana a semana y predecir que el índice se encamina a conformarse con tres dígitos.

#BuenaSaludFinanciera
@ElcontadorB
@GuilleBriggiler

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