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Suplemento Economía Domingo 22 de Enero de 2012

Habrá que olvidarse de las “Tasas Chinas”

Hasta hace poquito se hablaba de crecimiento a "Tasas Chinas", como para plantear que no había límites para seguir avanzando. Ahora el panorama mundial cambió. El crecimiento sigue siendo fuerte, pero la caída de la demanda en Europa, afectada por la crisis de deuda, y la incertidumbre económica en los Estados Unidos afectan cada vez con mayor dureza al primer exportador del mundo: China.

Redacción

Por Redacción

China se encuentra ante un año difícil, tanto política como económicamente. Tras dos décadas de apertura a una economía de mercado, debe buscar un nuevo modelo de crecimiento pero, en medio de la crisis, las reestructuraciones son difíciles, especialmente si todo coincide con un inminente cambio en la cúpula dirigente. En cualquier caso, los tiempos en que el crecimiento económico era de dos cifras parecen haber quedado atrás.

El crecimiento sigue siendo fuerte, pero la caída de la demanda en Europa, afectada por la crisis de deuda, y la incertidumbre económica en los Estados Unidos, afectan cada vez con mayor dureza al primer exportador del mundo. En este marco, la política monetaria restrictiva para combatir la inflación y los controles al sobrecalentado mercado inmobiliario están frenando el crecimiento del país. Cuestión que se demuestra en cifras: el año pasado la economía creció un 9,2%, pero en el cuarto trimestre sólo un 8,9%, el número más bajo en dos años y medio. Ahora, para el primer trimestre del año en curso se espera un crecimiento en torno al 7 por ciento.

Exactamente dos décadas después del histórico “viaje al sur” del arquitecto de las reformas Deng Xiaoping, que puso definitivamente al país en la senda de la economía de mercado, China vuelve a estar en un punto de inflexión. En aquel momento, Xiaoping tuvo que imponer su curso de apertura capitalista contra la resistencia de la izquierda conservadora. Hoy en día, su modelo de crecimiento sobrevive basado en la exportación, la inversión y la mano de obra barata. Aunque China ha llegado a un punto en que necesita una reestructuración urgente para superar la fase del “crecimiento ciego”. Para ello, debe mejorar la creación de valor, consumir menos materias primas y energía y lograr que la demanda interna impulse con más fuerza el crecimiento, reduciendo la dependencia de las exportaciones.

“La competitividad de China como productor barato se está tambaleando, mientras los precios de producción crecen con mayor rapidez que en otros países”, determinó el asesor empresarial Roland Berger en un estudio. “Muchas industrias ya están abandonando China y convierten el ‘made in China’ en ‘made in Vietnam’”. Así el entorno de negocio chino cambia a un ritmo vertiginoso, advierten los expertos.

En la política China sigue imperando el nerviosismo y, por ello, para el otoño está previsto un cambio generacional en la cúpula comunista. El vicepresidente Xi Jinping asumirá la presidencia del partido de manos de Hu Jintao. Meses después, en marzo de 2013, asumirá un nuevo gobierno y tras bambalinas hay una fuerte disputa de poder por el nuevo buró político y los puestos de poder. Con el cambio en la dirección y la crisis en Europa, “hay poco margen para los cambios estructurales necesarios”, considera un gestor de una empresa internacional que invierte miles de millones en China.

La gran necesidad de crecimiento sobre todo en el oeste de China, más atrasado, la urbanización y la dimensión del mercado son, sin embargo, datos positivos. “No creo en los pronósticos apocalípticos”, pero no hay duda de que los negocios serán “más caprichosos, complejos y difíciles de prever”, alega el líder empresarial.

El think tank estadounidense Conference Board prevé incluso una caída del crecimiento chino a sólo el 6,8% entre 2012 y 2016 y un 3,5% entre 2017 y 2025. La cúpula china, mientras tanto, debe intentar evitar este año una ralentización coyuntural aun más fuerte y un aumento de la inflación, como ocurrió con el programa de impulso tras la crisis de 2008.

China debe enfrentar varios problemas al mismo tiempo: la crisis de deuda en Europa, la incertidumbre en Estados Unidos y un crecimiento más lento en los países emergentes, señaló el director del banco central Zhou Xiaochuan en una entrevista con la revista “Caixin”. “La economía internacional cambia a un ritmo vertiginoso y las perspectivas son inciertas” aseguró.

Los gobiernos locales, entre tanto, están ocupados con los cambios generacionales en el partido, que se estima que seguirán incluso en los niveles más bajos de la estructura. A eso se agrega otro factor de incertidumbre que es el efecto de la burbuja inmobiliaria en la económica.

A pesar de todo, “la presión inflacionista ha cedido”, apuntó el presidente del Banco Central. Para Xiaochuan, quien contradice las especulaciones sobre una posible relajación de la política monetaria, “debemos prepararnos para el peor de los entornos externos sin cesar en nuestros esfuerzos para combatir la inflación”.

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