Cuando terminé de estudiar decidí irme al exterior y me fui muchos años afuera, porque quería tener una experiencia distinta, inclusive que superara lo periodístico, porque hay momentos de ese viaje que no trabajé de periodista y hay un momento clave donde trabajo de periodista en un tiempo casi histórico, que es que trabajo en la BBC de Londres en el momento en el que invaden Malvinas. Así que soy el único periodista argentino que vive en Argentina que vivió el proceso de invasión de Malvinas trabajando para la BBC de Londres, hay otros dos que compartían ese instante conmigo pero viven afuera.
Cómo viví aquel 2 de abril en Londres
De una manera asombrosa. Primero con sorpresa y con dolor. Los ingleses -que nos pueden caer o no simpáticos, que se quedaron con algo que no es de ellos- saben diferenciar un conflicto de un individuo. Es decir que jamás tuve una ofensa en la calle, inclusive en algunos casos hasta tuve situaciones que eran absolutamente de admiración, producto de que te pedían disculpas, porque los ingleses a decir verdad, el primer día no tenían idea qué eran las Falklands y muchos se enteraron por el conflicto. Y hoy mismo creo que hay una corriente de opinión bastante fuerte que dice que hay que cambiar de postura y hay que empezar a negociar con Argentina, cosa que va a durar muchos años porque yo siempre decía en ese momento que cuando se derrame la primera gota, la gota atrasa cincuenta años la historia. Con sangre se atrasa la historia, y si se hubiera cerrado en aquel acuerdo que estaba Castro en el medio con el canciller de entonces que era más o menos un hombre sensato en el medio de la locura de lo que era el proceso militar, en una de esas se hubiera buscado una doble soberanía circunstancial y creo que hoy estuviéramos hablando de otra situación. Pero los ingleses son un país guerrero, que muchas veces han asolado el mundo con sus cosas de pirata, pero, como una vez me dijo Antonio Carrizo, se llevaron mucho, pero conservaron mucho. Y han sido buscadores, de oro, de reliquias, de historia, digamos la mayoría de los ríos del Africa han sido descubiertos por los ingleses. Ese afán extraordinario de búsqueda imperiosa del mundo, será porque nacieron en una pequeña isla es que tienen tanta ansiedad de ser y en un momento fueron casi dueños del mundo. Insisto, se peleó con angustia al principio, pero con la sensatez de un país serio y con un gesto extraordinario, el jefe del Operativo Malvinas va a ser un uruguayo, y sus dos principales asesores van a ser argentinos. Esto es impensable en Argentina. Un periodista inglés trabajando en ATC hubiera sido corrido a patadas.
La etapa en revista Gente
Era muy joven, era el proceso militar. Hacía notas de color, entrevistaba a Sandro, a Tato Bores, era un mundo más de lo artístico el mío, estuve en alguna inundación, me acuerdo, en el norte de Córdoba, un crimen en Mendoza, cosas del jet set internacional. Pero estaba lejos de la política, del mundo de lo que significaba el proceso y ese tipo de cosas, inclusive hasta informativamente. No a todos les escuché decir con tanta honestidad que éramos conscientes de algunas cosas que ocurría. Eramos todavía muy jóvenes y vivíamos casi en un circuito muy interno de la revista que era un mundo medio cerrado. El mundo del conflicto, el mundo de las desapariciones, no estaba cerca de nosotros. Y me empecé a dar cuenta de lo que era el proceso militar cuando me fui a vivir al exterior. Me fui porque no me gustaba vivir bajo un régimen militar, pero tenía un sueño de chico, mi mamá era de origen italiano y quería ir a conocer Italia. Gané una beca en la RAI -Radio Televisión Italiana- y estuve viviendo en Roma y en Florencia, y después seguí medio de ambulante, errante y anduve por Alemania y estuve mucho tiempo en la BBC de Londres, inclusive hice algunas experiencias en Holanda, tuve varias estadías en España.
¿Se puede volver de aquellas experiencias tan intensas en los grandes medios de comunicación del mundo para retomar aquí lo que había dejado?
Se extraña. Al principio, cuando volví, me costó mucho readaptarme, sinceramente. Había algo que era seductor en Europa que en mí creo que tenía que ver con la historia, con la fascinación del arte, con la cultura, eso me costó bastante. Pero también había algunas limitaciones, salvo el italiano, yo el inglés lo hablaba con acento extranjero, por lo tanto estaba circunscripto a trabajar para el servicio latinoamericano de la BBC de Londres que en ese momento transmitía en cincuenta y cuatro idiomas distintos y que hoy aquel monstruo impresionante ya no lo hace.
Grandes momentos de mi vida periodística
Me olvidé decir que fui a la Guerra del Golfo cuando Menem mandó los dos barcos. Bueno, en un barco iba yo. Así que estuve dos meses en alta mar, recorriendo Senegal, Francia, Augusta, Egipto, Qatar, y después un mes y medio más en tierra. Y con la revista Gente estuve en la guerra civil de Nicaragua.
¿La información y la noticia gozan de buena salud en el país?
Me parece que van a gozar de buena salud, me parece que venían heridas en un ala, no? Acá había muchos medios cooptados por un gobierno, y espero que en esta nueva etapa haya un pluralismo en el propio canal del Estado que es el que permite hacer una división muy clara entre el Estado y el gobierno.
*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Edgardo Antoñana
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