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La Palabra Sábado 5 de Mayo de 2018

Indagar y divulgar la historia de Remo Pignoni*

por Noelia Confalonieri - bailarina (Buenos Aires)

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archivo Verónica Laulhé Crédito: Danzar: Esa es la felicidad de Noelia Confalonieri Foto 1 de 3
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archivo Adolfo Previderé Crédito: Referente: Remo Pignoni es reconocido por generaciones de músicos Foto 2 de 3
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archivo La Palabra Crédito: Rincón: Todo está como era entonces… el piano, el cenicero, los reconocimientos… y la esencia de Remo Foto 3 de 3

Siempre tengo muy presente a mi ciudad natal estando en Buenos Aires, y en la facultad también. Estoy muy orgullosa de las cosas que me pasaron en Rafaela, sinceramente, y de las personas con quienes pude formarme. Siempre digo que para mí Antonio Fassi es una de las personas más importantes en mi formación, y fue mi profesor de canto. Y hoy en día no estoy cantando sin embargo sigue siendo para mí uno de los más importantes que me formó. Porque él a mí me acercó a la música que yo no conocía. Entre estas cosas a la obra de Remo Pignoni, me ha hecho cantar temas de Remo Pignoni (risas), me ha hecho sufrir porque  no me salía (risas). Y no podés negarte a cantarlo. Cuando cursé la carrera del IUNA -Instituto Universitario Nacional del Arte- hice tareas de investigación. Siempre que tenía que hacer algún trabajo para la facultad elegía cosas de Rafaela. Esos dos trabajos sobre Remo están en la biblioteca del IUNA con acceso para todos. Fue para Folklore Musical que da Fabiana Faga, una materia hermosísima de las que más disfruté, hice un trabajo de Remo articulando conceptos que vemos en Proyección Folklórica y Tradicionalismo. Y para Legislación y comercialización de Patrimonio Cultural, teníamos que elegir algo que nosotros creíamos tiene que ser considerado como patrimonio cultural. Y que pueda llegar a oído de todos,  no solamente de los músicos. Como hacen ustedes todos los meses de mayo con las publicaciones. Uno de los trabajos fue en grupo y lógicamente volví locos a todos mis compañeros con Remo Pignoni. Fue muy placentero.

Una reflexión después de hacer los dos trabajos sobre Remo Pignoni

Leer el material tantas veces, como la entrevista que le hiciste a su esposa Dorita. Cada vez que voy a la casa de Antonio él me pregunta si la conozco a Dorita. No la conozco pero es como si la conociera. Porque abordé tantas veces el material para poder estar realmente cerca de esto, no? Me sorprendió saber que a ella le llegaba información de todo el mundo donde se difundían los temas. ¡Qué increíble! En todo el mundo están tocando esta música, y nosotros como rafaelinos no sé si somos conscientes de lo que significa. Creo que no lo somos. ¡Si habré escuchado la huella “Por el Sur” en la Escuela “22 de Noviembre”! Y cuando hacía este trabajo y leía no había sido consciente de quién había sido y de lo que significaba. La obra de Remo fue muy articulable con muchos conceptos.  Y como bailarines tratamos de hacerlo. De poder bailar desde Buenos Aires un montón de cosas que no nos pertenecen. Tengo que bailar una cueca coya pero soy de Santa Fe, nada más lejos. Y él escribió desde Rafaela cosas de todo el país. Eso me llamó mucho la atención. Y lo compuso en poco tiempo. Y rescaté mucho lo que me contó Antonio de las anécdotas de Remo, así como de Rubén. Por eso al inicio de cada apartado del trabajo puse sus frases que me resultaron graciosas, o reflexivas, o de otros poetas.

La mirada a diez años de haber llegado a Buenos Aires

El balance que hago es que hoy estoy parada en el lugar que nunca imaginé estarlo, sinceramente. Mis expectativas quedaron atrás porque vine a hacer una cosa y estoy haciendo otra, por elección. Es también estar abierto, llegás a Buenos Aires y te cambia todo, te cambia la vida. Hoy me encuentro trabajando, todo lo que me encanta hacer, en contacto todo el día con la actividad física, con lo energético que considero fundamental para la danza y para algún momento de la vida debiera serlo. Estoy feliz con eso, y así con un montón de cosas. No sé si voy a ejercer ampliamente en el campo de mi formación, pero tengo tantas cosas por hacer en este ambiente. Hay tanto por probar e intentar. Uno tiene que darse esa posibilidad. Estoy decidida a quedarme unos años más en Buenos Aires. Trato de viajar todos los meses a Rafaela, siempre que puedo voy a verlo a Antonio, tengo buenos amigos.

Las actividades tienen que ver con el cuidado del cuerpo. ¿Cuánto me exige eso?

Te exige, sí. Y cada vez más. No hay renuncias en mi caso. Para mí es una elección. Es algo que se me ha vuelto una necesidad como hacer actividad física diaria. El cuidado se maximiza cuando vos trabajás con el cuerpo, como alimentarse muy bien, al menos lo intento. No por una cuestión estética sino por salud. Si comés mal, no descansás, tenés sueño, no estás atento, te da un tirón, por ejemplo. Es fundamental descansar el cuerpo.

Una anécdota

Fue con el guitarrista Rubén Carlini y no sé si él se acuerda. Estábamos en el Centro Cultural “Ben Hur”. Cantábamos “Cielo de Añatuya”, chacarera con letra de Armando Tejada Gómez y música de Remo Pignoni. Dificilísima. Tremenda. Subimos a escena. La había ensayado tanto, pero tanto, que no te puedo explicar. La tenía como metida en mi cabeza. Que si no tenía la guitarra la cantaba igual. La empecé a cantar, sentía que algo estaba raro en la música, cuando lo miro veo que no había puesto el transporte en la guitarra. Lo miré, él se dio cuenta. En la segunda parte, cambié el tono para adaptarme al instrumento, pero Rubén coloca el transporte. Así que todo el tema fue en diferentes tonalidades.

*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Noelia Confalonieri

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