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La Palabra Sábado 16 de Junio de 2018

En busca de… Ricardo Papastavros, kinesiólogo y osteópata

Causas y efectos del vivir Su profesión relacionada con el tratamiento y el cuidado del cuerpo humano le permitió abordar técnicas tradicionales y desarrollar nuevas formas y enfoques para obtener mejores resultados. La participación en el ámbito del fútbol profesional, así como su contacto con personas destacadas desde el lugar de trabajo, favorecieron su desarrollo y su inserción en un mundo diferente donde las sensaciones y los sentimientos se manifestaron desde lo terapéutico. De sus experiencias que buscan la sanación, nos cuenta en esta charla con LA PALABRA.

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archivo Ricardo Papastavros Crédito: Humanista: La sabiduría de Ricardo Papastavros supera su propia profesión
Raúl Vigini

Por Raúl Vigini

LP - ¿Cómo podés caracterizar a los seres humanos según tu experiencia?

R.P. - Sintetizo mi pensamiento en el modelo de personas, en tres modelos o en tres arquetipos. Entonces pongo algunos que viven en un estado totalmente etéreo, en una nube. En una nube y que los escuchás hablar y dicen cosas que son realmente copadas, son románticas, que son sensibles, y que te hacen imaginar un mundo de ilusiones. Y esos son los soñadores, esos son los tipos que son líricos, los que viven en ese estrato, digamos que lo pondríamos desde arriba. Después conozco otros tipos que viven en la tierra, que viven muy arraigados a la tierra, pero que tienen un techo muy cercano a la cabeza. Entonces ellos tienen una mirada muy lineal, muy matemática, muy de cosas que están preestablecidas y que hay que respetarlas y que respetan un orden, y que no salen del orden por  miedo. Por miedo a transgredir, por miedo a hacer algo nuevo, o a hacer algo que está prohibido. Los estructurados. Y después conozco otros tipos que para mí son los que realmente miro con los ojos llenos de asombro, porque son los que viven arriba y viven abajo. Esos tipos que viven arriba que son capaces de generar ese mundo idílico en la cabeza, casi utópico para muchas personas, y que pueden bajar a la tierra y pueden concretar acciones por más que sean muy chiquitas que puedan cambiarle la vida a la gente, a una, a dos, a más, a poblaciones enteras, a países enteros, esos son realmente los diferentes. Son los que mezclan los dos mundos, el de arriba y el de abajo, pero fundamentalmente son pragmáticos, que es la parte más difícil que tenemos para desarrollar. Los humanos no somos pragmáticos, los humanos decimos cosas muy lindas. Digo los humanos, la gente que conozco, hablamos, decimos cosas muy lindas, pero a la hora de concretar las cosas siempre nos quedamos a mitad de camino, entonces las personas que tienen realmente las agallas, y tienen el coraje de asumir responsabilidades para concretar situaciones que puedan mejorar a la gente, y llámese empresario, llámese político, llámese artistas, son los que realmente valen la pena.

LP - ¿Estás implementando una técnica nueva?

R.P. - Trato de llevar a la práctica todo este pensamiento colocando el cuerpo en un estado totalmente vulnerable para ser tratado. Vos estás sentado, y sabés que estás apoyado, y te sentís seguro porque tenés la cola apoyada en la silla y los pies en el suelo. Pero si te cuelgo y te hago cerrar los ojos pasaste a ser parte de la nada. Y cuando pasaste a ser parte de la nada y te activo un sistema de reflejos respiratorios hago que tu cuerpo levite, entonces no ofrece resistencias para lo que yo pueda hacer. Entonces puedo estirarte o moverte un tejido, puedo acceder de una  manera totalmente distinta. Cada uno obtiene resultados desde la herramienta que puede. A mí me resulta. No quiero pintar a esto como la única herramienta. En lo personal noto que este sistema me simplifica la vida. Con estos equipos en una oportunidad me invitaron a Colombia al festival “Ni con el pétalo de una rosa” que lo organiza una actriz muy conocida que se llama Alejandra Borrero y tiene que ver con un encuentro en relación a la violencia de género. Entonces sirve para que la gente tome conciencia de lo que representa la violencia de género que en Colombia estaba muy acentuada. Esta mujer, una gran mujer, es dueña de un complejo teatral, una casa grande reciclada, y arma distintos eventos relacionados con el tema convocante. Desde actores que actúan en consecuencia, pintores, artistas, y trata de llegar desde el mundo del arte, a que la gente se dé cuenta cuál es el problema, con distintas expresiones. Y me invita porque en una oportunidad haciendo un tratamiento conmigo, hace una liberación somato emocional. Nuestros tejidos son capaces a veces de albergar alguna emoción que nos castiga, que nos perturba, como que no pasa de largo. Hay distintos tipos de tejidos que se lastiman. Hay tejidos que son sutiles que no se sabe cómo funcionan, y dónde están, pero que a veces se los siente como algo en el pecho. Eso se puede desatar con ciertas prácticas, que yo no me di cuenta que esto existía, me lo encontré en el camino. Porque realmente cuando desarrollé este sistema fue con la intención de estirar un músculo, un tejido que está cortado, pero no de despertar este mundo de sensaciones y de emociones que estaban alojados en esos tejidos profundos del cuerpo. Con esta mujer me pasó un suceso de este tipo donde ella empieza a manifestarse con llantos y con distintos tipos de situaciones y para calmarla le expliqué que no se haga problemas y que esto formaba parte de la terapia. Ella me invita a participar del festival llevando algunos equipos para hacer una demostración, una prueba con mujeres, con mujeres que fueron sometidas al infierno, sobrevivientes de trata, mujeres violadas, que pasaron por lo más horrible que te puedas imaginar. Me dan una sala, hago una práctica para algunas personas que terminan siendo más de cincuenta. La experiencia consistía en un trabajo de elongación, de relajación de los tejidos con una música determinada, una especie de meditación en un estado de relajación total colgado como una gota. Terminaba la experiencia, ellas se iban a una colchoneta, y yo con las manos trataba de aflojar algunos tejidos del tórax. El tema es que muchísima gente hizo liberaciones somato emocionales que a mí me sorprendieron totalmente porque no me esperaba esto. Nunca lo había vivido de una manera tan intensa. Ahí me di cuenta que encontraba a través de este método una manera fácil de acceder también a eso. Termino esto con un tratamiento catártico con muchas mujeres que pasaron situaciones malas, y que muchas se animaron a expresarse después de la terapia.

LP - ¿Cómo se da un trabajo con un empresario importante del país?

R.P. - Empecé tratándole un dolor en el hombro. Con los años cuando la consulta era y sigue siendo rutinaria y cotidiana uno entra en un estado de confianza, entonces mi vínculo pasó más que nada a manejar todo lo que tiene que ver con su parte médica. Mi vínculo con el mundo de los médicos que atienden a este señor está muy ligado, entonces cuando pasa algo soy como el nexo entre él y otras personas, y trato de poner mi cerebro y mi cabeza y lo que pueda comprender para ayudar en un tratamiento determinado de cualquier tipo. Fisiológicamente está muy bien, es un fenómeno total. El esfuerzo lo hace él, tiene tanta fuerza de voluntad y tanta entereza que es capaz de hacerlo todo solo. Lo que hay que hacer es controlar desde afuera que no se pase de límite. Nadamos todos los días, entrenamos todos los días. Y lo acompaño por el mundo.

LP - Atendés a gente muy conocida…

R.P. - Sí, desde personalidades del deporte, políticos… A partir de mi trabajo con Maradona se marcó un antes y un después, se me abrieron puertas, y soy alguien que no dejo de pasar por las puertas, y hay que tener alas para volar después. Le estaré siempre agradecido a él. Al Papa Francisco lo conocí en el Vaticano de casualidad un día que voy con este empresario a Italia y un grupo de amigos. Yo ni sabía de la visita con una audiencia donde juntaban muchos jugadores de fútbol y del mundo del deporte. Así nos presentaron. Al otro día, otra vez de casualidad -por eso encontrarte dos veces en la vida con el Papa- me invitan a comer y después de eso me piden que los acompañe al Vaticano para armar una reunión. Llegamos a una habitación chiquita con el embajador argentino del lugar, a una oficina, otra vez entra el Papa, otra vez nos vuelven a presentar, y ahí ya empezamos a hablar de mi profesión y de su problema, y cómo podía hacer para ayudarlo. Pude hacerle una propuesta de trabajo, quedé en llevarle un equipo, y quedaron las puertas abiertas para que pueda acceder a él, y tratarle un problema que tiene en la columna como tenemos todos. Veo que según el perfil del trabajo que cada uno hace, las lesiones son bastante parecidas. En los deportistas sé que tengo que pensar en una rodilla, un tobillo o el pubis, en cambio si es un político será un problema cervical o lumbar. Entonces se van pasando el dato y he tratado a ministros, legisladores, y terminó viniendo gente relacionada a lo político. 

LP - ¿Qué trato tenemos que darle al cuerpo para llegar sanos y felices?

R.P. - Tenemos que hacer gimnasia, ejercicios, todos los días de nuestra vida, tenemos que comer poquito, tenemos que tomar mucha agua, agua pura. Y tenemos que tener nuestra valija siempre vacía.

por Raúl Vigini

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