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La Palabra Sábado 31 de Octubre de 2015

En busca de… Fundación Landrú, protagonista

Todo parecido con la realidad…

Raúl Vigini

Por Raúl Vigini

Piernas finitas, cuerpos abultados, minifaldas, adornos por doquier, decorados barrocos, todo era posible desde el blanco y negro. Ser mersa o clase A, formar parte del ámbito castrense o identificarse con algún personaje también lo permitían esos rasgos sencillos que transformaban la realidad en un chiste gráfico, o al revés. Juan Carlos Colombres un día pasó a llamarse Landrú y de ahí en más fue todo viñeta y originalidad, porque publicó en casi todas las revistas del momento y diarios de gran tirada nacional durante décadas, creando personajes y analizando lo cotidiano cada momento que vivió el país. Hoy su obra se está reuniendo en la fundación que lleva su nombre artístico para ser difundida de la mejor manera posible. Por eso LA PALABRA fue recibida amablemente por su hijo Raúl  y demás integrantes del equipo de trabajo, para contar lo que están haciendo.

 

LP - Raúl Colombres lleva un apellido que tiene que ver con la caricatura aunque lo conocemos más al célebre Landrú. ¿Cómo fue aquello de  ser el hijo de un dibujante famoso y popular? ¿Qué es el humor para usted?

R.C. - Siempre estuve rodeado de esas características, mi padre siempre ejerció el sentido del humor y en el mejor de los sentidos posibles. Después me he venido a dar cuenta de que hay distintos tipos de humor. Por ejemplo, está el humor como sarcasmo, el humor satírico, pero el humor que eligió mi padre fue el humor del absurdo. Una forma de expresión muy interesante que es surrealista, te va marcando cosas que no son reales, pero ese contraste es llamativo. Cuando a mi padre le preguntaban qué es el humor, él en vez de dar definiciones filosóficas decía “mirá yo he constatado que el humor se origina en la sorpresa, cuando decís algo o hacés algo que sorprende al interlocutor enseguida se genera una situación de humor”. Y daba el ejemplo familiar, somos dos hermanos, y cuando  mi hermana Margarita era chiquita mi padre le mostraba la mano y se la escondía y cuando aparecía de vuelta ella se reía. Entonces él decía que la sorpresa genera la risa: eso es el humor para él. Y yo coincido, la sorpresa es un poco la esencia de lo que es el humor. Ese es un primer aspecto, el segundo aspecto en el humor de mi padre -que creo que lo rescato y es muy bueno- es que él no ha hecho chistes en contra de nadie ni tampoco a favor de nadie, sino sobre las cosas que ocurren, lo cual le ha valido ser reconocido por muchísima gente, no ha tenido básicamente problemas, salvo el del entonces presidente de facto Juan Carlos Onganía, con la caricatura de la morsa, quien le cerró la revista Tía Vicenta en 1966.

LP - Si él pensaba eso y lo definía de esa manera fue un psicólogo para abordar el humor.

R.C. - En definitiva sí, él era básicamente un gran observador de la realidad. Hay muchos que lo han definido como un sociólogo natural. Sin haber estudiado sociología fue un agudo observador de las realidades sociales. Los campeonatos famosos que hemos visto en la revista Tía Vicenta reflejaban una realidad social. La gente que se mencionaba en los campeonatos se moría por estar y a mi padre eso le divertía muchísimo. Por ejemplo, en el campeonato de los mersas, Palito Ortega lo llamaba y le reclamaba“¡Esta semana no me pusiste primero!”. Porque figurar generaba una cierta vigencia a la gente que estaba ahí. No es que estuviera reflejando que fuera más mersa o menos mersa, era un juego.

LP - Cuando se daban estas situaciones y él fue creciendo en exposición y popularidad llegando a mucha gente que lo leía ¿cuál era la realidad familiar sobre este tema?

R.C. - De alguna forma tenía cierta exposición pública, por ejemplo íbamos a veranear a Mar del Plata y en la playa se acercaba la gente a conversar con él. Esto era habitual y siempre fue muy amable con todos. Recibió muchos premios, alguno internacional como el María Moors Cabot en 1971, que entrega la Universidad de Columbia a los periodistas destacados. Walt Disney lo invitó junto con otros humoristas latinoamericanos a Disneylandia en California y papá solía decir que Disney era una excelente persona. A mí me encantaba lo que hacía mi padre, todos los días él dibujaba los chistes que supuestamente se iban a publicar en Tía Vicenta o en Clarín, o donde fuera. Me los mostraba y yo le decía cuál prefería. Le gustaba mostrarlos. Conmigo hablaba mucho del tema. De chico fui compartiendo todo este humor y leyendo lo que le publicaban. Me divertía muchísimo. Lo cual me ha sido de mucha utilidad para las tareas de la Fundación, porque estamos recopilando toda la obra de más de sesenta años y me acuerdo de muchas cosas que he vivido de chico. Así que, no obstante que mi formación profesional es la de abogado, hoy soy como un referente en esta actividad, porque la he vivido, la he presenciado. Está también mi hijo Gonzalo que tiene cuarenta años y lo ha vivido en esta última etapa. Además, los chicos que están trabajando en la Fundación con nosotros -en promedio treinta años de edad- han tenido acceso a tanta documentación, que realmente a mí hoy me asombra todo lo que conocen sobre los personajes de mi padre. El archivo lo estamos recuperando, porque mi padre tenía solo una parte de sus dibujos originales, que me entregó; también hizo exposiciones pero no siempre el material prestado volvía a sus manos; además, de lo que se publicó en Clarín los originales quedaron ahí, lo mismo en Editorial Atlántida. Lo que hicimos en Clarín fue digitalizar todo lo que le publicaron a mi padre. Es una tarea muy linda. Estamos trabajando ahora también en Atlántida donde está la revista Gente, en su momento Somos, El Gráfico, Para Ti y no sé si alguna más. Ahí seguramente no vamos a tener problemas en rescatar los originales porque ya lo hemos hablado con la gente de la redacción.

LP - ¿Alguien lo heredó a Landrú con el dibujo en el entorno familiar?

R.C. - En nuestra familia algunos dibujamos -Gonzalo, yo- pero no nos hemos cultivado,  no hemos hecho la capacitación tampoco, pero tenemos alguna facilidad para dibujar naturalmente. Gonzalo es creativo, ha estudiado publicidad, tengo una hija que es maestra jardinera que es muy creativa, dibuja muy bien, así que algunos de nosotros tenemos alguna facilidad.

por Raúl Vigini  

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