Por Redacción
WASHINGTON, 5 (AFP-NA). - El presidente estadounidense,
Donald Trump, detonó este sábado una bomba política al acusar a su
antecesor, Barack Obama, de intervenir su teléfono durante la
campaña electoral del año pasado, aunque no suministró prueba de
ello.
"Terrible! Me acabo de enterar que Obama pinchó mis líneas en
la Trump Tower justo antes de la victoria", escribió. "Esto es
McCartismo", agregó tras partir de Washington a su propiedad Mar-
a-Lago en Florida.
"Cuán bajo ha caído el presidente Obama para pinchar mis
teléfonos durante el muy sagrado proceso electoral. Esto es
Nixon/Watergate. Mal tipo (o enfermo)!", señaló en otro tuit.
Sin embargo, el portavoz de Obama, Kevin Lewis, negó de plano
la acusación.
"Ni el presidente Obama ni ningún funcionario de la Casa Blanca
ordenaron espiar a ningún ciudadano estadounidense", dijo Lewis en
un comunicado.
Los tuits de Trump fueron publicados poco después del amanecer,
ante la avalancha de revelaciones sobre contactos entre
diplomáticos rusos y sus más cercanos colaboradores, entre ellos
el secretario de Justicia, Jeff Sessions.
Es el ataque más virulento contra su predecesor desde que
asumió el cargo el 20 de enero.
"Apostaría a que un buen abogado podría llevar adelante un gran
caso por el hecho de que el presidente Obama pinchara mis
teléfonos en octubre, justo antes de la elección!", escribió Trump
en Twitter.
RELACIONES TENSAS
"Un presidente no puede ordenar escuchas telefónicas, esas
restricciones se establecieron para proteger a los ciudadanos de
gente como usted", había reaccionado más temprano en Twitter Ben
Rhodes, un exasesor de Barack Obama. En principio, sólo un
tribunal puede autorizar ese tipo de decisiones.
Hasta la elección de noviembre, Obama y Trump mantenían
relaciones muy tensas. Durante varios años, el millonario fue la
punta de lanza de los "birthers", que afirmaban, no sin cierta
dosis de racismo, que Obama había nacido en Kenia -país de origen
su padre- y no en Hawái y que, en consecuencia, no podía presidir
Estados Unidos. Entró en razón recién en septiembre de 2016 cuando
declaró sin ambigüedades: "El presidente Barack Obama nació en
Estados Unidos, punto final".
Obama, por su lado, atacó virulentamente al candidato
republicano durante la campaña electoral. Luego, ambos conversaron
en la Casa Blanca dos días después de la victoria de Trump y
dieron señales de apaciguamiento. "Señor presidente, fue un gran
honor haber estado con usted", declaró el republicano.
¿COLUSION?
El explosivo ataque de Trump al expresidente Obama tiene lugar
en un contexto político difícil para el mandatario
norteamericano. Seis semanas después de su ingreso a la Casa
Blanca, está enredado en acusaciones de colusión de su entorno y
altos diplomáticos rusos durante la campaña y el período de
transición.
La prensa ha revelado esta semana que el embajador ruso en
Washington, Serguei Kisliak, se había reunido antes y después de
los comicios con varios asesores cercanos a Trump.
El mandatario ha negado reiteradamente que tenga vínculos
personales con el Kremlin, y sus asesores han negado o minimizado
esos contactos. Pero las acusaciones han continuado con
filtraciones casi diarias en la prensa.
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