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Editorial Jueves 25 de Noviembre de 2010

Provincias con déficit

Este año las provincias finalizarán con un rojo en sus cuentas que alcanzaría los 11.308 millones de pesos.

Redacción

Por Redacción

Varias son las provincias que ya han emitido deuda, lo cual tiene una directa correlación con la situación financiera de las mismas, abonando la descontada posibilidad que al cabo de este 2010 tanto las provincias como la ciudad autónoma de Buenos Aires, volverán al déficit fiscal. El cual, de acuerdo con las estimaciones preliminares, oscilaría entre 0,3 y 1,3 por ciento del PBI.
Dadas estas alternativas, con déficit funcional y emisión de deuda, se corre el gran riesgo de volver a estar inmersos en un círculo vicioso, cuya única viabilidad más o menos concreta de solución estaría dada en un nuevo salvataje con fondos nacionales.
Quien plantea este análisis es el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), luego de un análisis de la situación que tienen los estados provinciales en este momento, que debido a la composición de los aportes que perciben de la Nación, han quedado absolutamente dependientes, resignando en consecuencia su capacidad de decisión.
Según lo establecido en la cuenta Ahorro-Inversión que abarca la totalidad de jurisdicciones, es dable advertir que aún recurriéndose a ciertos subterfugios contables, el año 2009 concluyó con saldo deficitario para las provincias en un nivel de 1% del PBI, que en cantidad dineraria ascendió a 11.308 millones de pesos. Se trata del mayor "agujero" negro de las provincias en los últimos años, lo cual enciende una luz amarilla de advertencia, en lo que hace a la sostenibilidad fiscal a futuro, ya que del superávit fiscal de 0,94% del PBI en 2004 se pasó a un déficit de casi 1 punto del PBI en 2009, lo cual está marcando una muy clara desviación en las cuentas públicas, al menos en este caso de los distritos provinciales.
Si bien este año los ingresos provinciales serán un 29% mayores que el año anterior, igualmente se prevé que las cuentas terminarán en rojo, ya que si bien las estadísticas oficiales dicen una cosa, la realidad es muy distinta ya que ese incremento de los ingresos solamente estaría cubriendo el efecto inflacionario, con lo cual quedan como déficit y deuda todos los nuevos gastos, que son determinantes para ver a cuanto finalmente ascenderá el déficit.
En principio, y según el análisis que hace el Instituto, con sólo mantenerse en los niveles de 2009, habrá rojo fiscal a fines de diciembre, el cual se estima quedará ubicado en una franja que oscilará entre el 0,3 y 1,3 por ciento del PBI.
Lo que suceda ahora será decisivo para el desarrollo de las cuentas de 2011, dependiendo en buena medida de la manera en que encare cada Gobierno su programa para el período. Y cita el IARAF que "a modo de referencia, de acuerdo con lo simulado para 2010, se pueden evidenciar tres escenarios fiscales distintos para 2011. Debe notarse que, aún considerando para el año próximo iguales tasas de crecimiento de ingresos y de gasto respecto de 2010, existen resultados disímiles para 2011, de acuerdo a cómo cierre este año 2010".
Una pauta fundamental para ir definiendo lo que sucederá el año venidero, serán los presupuestos que se elaboren para ese lapso, pues allí estarán condicionadas las decisiones sobre las ejecuciones de las partidas. Con lo cual, en principio tenemos que aunque los ingresos y los gastos crezcan en igual medida, el déficit fiscal no desaparecería.
De acuerdo con las estimaciones del Instituto, para ir tomando soluciones desde ahora, antes que el problema se agigante y sea por lo tanto mucho más difícil y costoso resolverlo, tanto el Estado nacional como las provincias deberían "ir aplicando reformas de fondo en materia de responsabilidad fiscal, que tengan como esencia su posibilidad de cumplimiento. Y en esto -añade el análisis- un tema que no es menor pasa por la transparencia y la rendición de cuentas que faciliten un efectivo y eficiente control ciudadano. Son reformas de fondo que algún día habrá que iniciar y sostener bajo la categoría de políticas de Estado, un término muy usado desde la retórica pero poco aplicado en la práctica".
Justamente, se aconseja hacer exactamente lo contrario a la tendencia que se ha venido observando en estos últimos años, en que la mayoría de los órganos de control fueron desarticulados, o bien restringidos en su accionar.

 

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