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Editorial Miércoles 1 de Marzo de 2017

Precariedad laboral

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Redacción

Por Redacción

Del total de 18,3 millones de trabajadores 7,9 millones están precarizados.


El mercado laboral está muy complejo, con numerosos problemas, partiendo desde la inestabilidad, los informales -consecuentemente mal pagos-, el subempleo y la precariedad, siendo esta última una de las razones no solo de impacto negativo sino de mayor volumen. Es que de acuerdo con estadísticas de la Fundación Mediterránea, hay nada menos que 7,9 millones de personas que se desempeñan en empleos precarios, siendo nada menos que el 43% de los 18,3 millones de ocupados, incluyendo esa enorme cantidad de precarizados tanto a los no registrados como cuentapropistas de categorías bajas, todos ellos desempeñándose en empleos no solo precarios, sino también inestables y de bajas remuneraciones, tal como lo detalla la Fundación en su informe.

Si tenemos en cuenta que en el último año y medio se ha venido dando un escenario de permanente achicamiento del mercado laboral, por las dificultades conocidas, esta cantidad de precarizados es sumamente elevada.

El total  de la población económicamente activa de la Argentina asciende a 20 millones de personas, de las que 1,7 millones son desocupados y los restantes 18,3 millones tienen empleo. Partiendo de ese total, el 75,4% de los que tienen trabajo, que suman 13,8 millones, son asalariados, pero sólo 9,1 millones de ellos se desempeñan en blanco, es decir, están registrados como corresponde, en tanto que el resto de 4,7 millones son informales, mejor dicho se encuentran en negro. Cabe además añadir que de los 9,1 millones de trabajadores registrados algo más de 3 millones son empleados del sector público en los tres niveles nacional, provincial y municipal, en tanto los restantes 6 millones lo hacen en el sector privado. Esta perspectiva continuó ampliándose en el último año y medio, al seguir creciendo el empleo público y achicándose el privado, lo cual es claramente negativo porque seguirá profundizándose la gravedad del problema.

Otra de las grandes franjas de los trabajadores es la que integran los 3,7 millones que lo hacen por cuenta propia y que están en la categoría de autónomos o monotributistas, sector del que si excluimos a los profesionales, el resto son trabajadores de bajas retribuciones.

Para que la tasa actual de 8,5% de desocupados de la población económicamente activa no aumente, la economía debería generar por lo menos 200.000 puestos de trabajo al año para poder incorporar a quienes se suman a la población activa. Pero contrariamente a esa posibilidad, el empleo no viene creciendo y en cambio siguen avanzando tanto la precariedad como la flexibilización laboral, respaldado esto por las estadísticas oficiales que dan cuenta de la pérdida de empleos, especialmente en la industria y la construcción. En cambio el sector público con 11.785 empleos se ubicó en el segundo creador de fuentes de trabajo. A noviembre del año pasado los agentes públicos en todos los niveles eran 3.136.127 trabajadores, con una suba de 22.689 con relación a diciembre de 2015.

Otro aspecto para destacar del informe elaborado por la Fundación Mediterránea fue el incremento de los monotributistas denominados "puros", siendo en noviembre pasado 59.786 con relación a un año atrás, constituyendo una elevada proporción, lo que puede significar empleos dependientes encubiertos, lo cual va aumentando el problema de la precarización del que nos estamos ocupando. Además, se destaca que el empleo en casas particulares, es decir el empleo doméstico, continuó subiendo en gran medida por las ventajas otorgadas en el impuesto a las Ganancias para el empleador. 

La informalidad laboral, tomada por regiones, con el 40,3% tiene el mayor nivel en el noroeste argentino; luego sigue con 37,7% el Gran Buenos Aires; con 36,7% está en tercer lugar la región de Cuyo; después y con 34,8% el noreste argentino; la región pampeana sigue con 33,3%; con 20,8% la ciudad de Buenos Aires; y finalmente, la más baja informalidad de 17,5% es para la Patagonia.

La división por regiones puntualiza de tal manera la situación de cada una de las mismas, siendo el norte argentino, más marcadamente en el sector oeste, donde aparecen los mayores problemas de informalidad y precariedad laboral, además de una elevada desocupación, apareciendo en muy similar condición el gran Buenos Aires, con el siempre conflictivo Conurbano y sus profundos problemas de carácter social.

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