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Editorial Domingo 27 de Octubre de 2013

Nobel de la Paz

La organización internacional para la prohibición de armas químicas fue distinguida con el máximo galardón de la paz, el Nobel sueco.

REDACCION

Por REDACCION


Contrariamente a la adjudicación tradicional del Premio Nobel de la Paz que suele recaer en una persona determinada, este año la distinción fue para la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, la cual se encuentra en el foco de la atención mundial por el rol que le cupo en lo relacionado con los arsenales químicos de Siria.

En realidad, si bien el caso sirio la puso bajo la atención mundial, la nominación para el Nobel fue por su trabajo realizado en sus 16 años de existencia, muy pocos en realidad pero que fueron suficientes para que la organización alcanzara intervenciones realmente trascendentes, ya que en este lapso sus inspectores han logrado desmantelar el 81% de esas armas de destrucción masiva, que cuando son accionadas, son un verdadero vendaval de muerte con las formas más horribles que puedan imaginarse.

Esta Organización hoy laureada con la máxima distinción que pueda aspirarse, que cuenta con un decidido respaldo de las Naciones Unidas, tiene como objetivos prohibir el desarrollo, producción, almacenamiento y uso de las armas químicas, además de disponer de la destrucción de todos los arsenales que sea denunciados y encontrados. Su origen viene de 1993, oportunidad en que fue concretado un tratado multilateral denominado Convención de Armas Químicas, aunque recién entró en vigencia en forma efectiva en 1997, razón por la cual se toma esta última fecha como del comienzo de la institución.

La Organización para la Prohibición de Armas Químicas cuenta con 189 países, representando por lo tanto el 98,2% del total de la población mundial, habiéndose mantenido al margen del acuerdo Angola, Corea del Norte, Egipto y Sudán del Sur, en tanto que Birmania e Israel si bien adhirieron en 1993 luego no ratificaron su pertenencia en 1997 al entrar en vigencia. Siria por su parte, recién resolvió su adhesión tras estallar el conflicto de las gases tóxicos en Damasco que dejaron cientos de muertos.

El Comité Nobel ya en anteriores ocasiones distinguió con el premio a organizaciones que buscan la eliminación de armas nucleares, aunque esta vez tuvo en cuenta las armas químicas y especialmente por lo acontecido en Damasco, si bien también pesaron los antecedentes, breves pero muy positivos, de esta Organización. Fue además, una señal de profundo contenido político, ya que por lo acontecido en Siria hubo posicionamientos claramente diferentes, por un lago Estados Unidos y algunos de sus principales aliados propiciando la intervención sobre los arsenales químicos sirios, y Rusia por el otro, en defensa de Siria. Finalmente se impuso la primera alternativa, y luego contando con este trascendente respaldo internacional del Nobel de la Paz a la organización interviniente en su territorio.

Aun cuando la Organización cuenta con solamente 16 años de actividad, aunque como quedó dicho con tan positiva actuación de haber alcanzado la destrucción del 81% de los arsenales químicos conocidos, debe recordarse que el primer ataque masivo con armas químicas fue hace casi 100 años, en la primera guerra mundial de 1914, siendo Francia quien utilizó granadas rellenas de gas lacrimógeno, intensificándose en posteriores conflictos bélicos, cada vez con elementos más sofisticados, siendo España quien ya en la que podría denominarse la etapa moderna de guerra química utilizó en la guerra del Rif -también conocida como guerra de Marruecos- gas mostaza con proyectiles de artillería o bombardeos aéreos.

En definitiva, este premio decidido por el Comité Nobel en favor de esta Organización, tuvo un fuerte contenido político como sucedió tantas otras veces, pero a la vez un reconocimiento a un ente que ha logrado importantes éxitos por la paz mundial, y especialmente, en la preservación de vidas que podrían haberse perdido de la manera más horrible.  Pero además, constituye un respaldo de altísima significación ya que las actuaciones del organismo, concretamente sus inspectores, habitualmente tropiezan con muy serias dificultades para desarrollar sus misiones. Ahora, con el aval del Nobel a su trayectoria, legitimando un objetivo que respaldan 189 de los 195 países del mundo, el objetivo buscado puede verse facilitado.

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