Por REDACCION
Es habitual escuchar, como forma de excusa y justificación de la mayoría de los problemas que afectan a nuestro país, que es responsabilidad de la crisis global y de un mundo que se encuentra en constante asechanza contra la Argentina. Una argumentación que se diluye rápidamente cuando se buscan estadísticas de lo que les sucede a los demás países del mundo, más precisamente y sin tener que ir demasiado lejos para no perder equivalencias en la comparación, con nuestros vecinos de la región.
Un trabajo de la consultora Latin Focus consistente en la toma de sondeos de expectativas sobre esta parte del mundo, requiriendo opiniones de las principales consultoras de cada uno de los países concluye en un informe respecto a los que califica como "pronósticos de consenso". Pues bien, de acuerdo con el más reciente trabajo conocido justamente la Argentina y Venezuela son los dos países peor calificados de la región, y muy separados del resto.
¡Qué es entonces lo que pasa?, complicado de explicar por cuáles razones nosotros estamos en fuerte declive cuando nuestros vecinos en cambio crecen y se consolidan económicamente, incluso varios de ellos con posibilidades productivas y recursos mucho más limitados que los de la Argentina.
En realidad, tanto nuestro país como el bolivariano parecen haber sido víctimas de sus propios gobiernos, que con metodologías populistas fueron tomando medidas que destruyeron sus bases productivas y hoy se encuentran fuertemente condicionados en casi todos los aspectos. En ambos se dilapidaron los recursos de esta última década, justo cuando los precios tanto de los alimentos como el petróleo -sus recursos más importantes- alcanzaron cifras realmente importantes, que bien administradas pudieron cambiar el rumbo de esos dos países. En cambio, el resultado está a la vista de todos, siendo tanto Venezuela como la Argentina, los dos que más serios problemas sociales tienen en la región.
Otro indicativo muy claro en el marco de las comparaciones lo establecen las reservas acumuladas en el lapso por los bancos centrales, pues mientras aquí y en Venezuela han disminuido notablemente, en el resto de los países se consolidaron, llegando a topes que nunca antes habían alcanzado, como los casos de Paraguay, Bolivia y el mismo Uruguay.
Otro parámetro que sirve para cotejar las diferentes políticas aplicadas y también los distintos resultados logrados, fue el referido a la exportación de carnes, donde la Argentina de ser hace unos años una de las mayores potencias mundiales y líder en la región, descendió ahora al undécimo puesto y siendo en la zona superada no sólo por Brasil que pasó a ocupar nuestro rol anterior en el mundo, sino también por Paraguay y Uruguay.
Seguramente estará en el recuerdo de muchos aquella muletilla "en defensa de la mesa de los argentinos", con lo cual lo único que se consiguió fue desmantelar el stock ganadero de más de 50 millones de cabezas, dejando al país casi sin exportaciones y viendo elevar notablemente el precio del mercado interno. Hoy mismo se volvió a implementar la restricción de la exportación de carne para tratar de sostener los precios internos, copiando lo de la época de Guillermo Moreno, pero con igual o peor resultados aún. Se llegó al extremo que, mientras una misión argentina se encontraba en Moscú tratando de vender nuestros productos cárnicos, simultáneamente aquí se disponía el cierre de las ventas al exterior. Una clara muestra del desmanejo que existe en el gobierno en sus medidas, que pueden variar en cuestión de horas, según el humor de quienes tienen el poder de decisión.
Volviendo al informe de Latin Focus, en todos los países de la región se espera que este año haya crecimiento del PBI, son las solas excepciones de la Argentina que caería 1% y Venezuela que descendería 2%, contrastando claramente con el promedio de Latinoamérica que será de 1,6% de expansión positiva, aún arrastrando el escaso aporte de Brasil con 1% y de México con 2,5%, además de la resta que significarán Venezuela y Argentina.
Pero además la inversión caerá 6,2% en Venezuela y 3,2% en la Argentina, mientras que las exportaciones, y aún con la debilidad de la moneda, bajarán 1,5% aquí y 4,5% en el país bolivariano.
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