Por REDACCION
La economía latinoamericana no crecerá durante este 2014 de acuerdo a las expectativas del Fondo Monetario Internacional (FMI), que volvió a rebajar sus previsiones para la región que soporta amenazas por un escenario externo adverso. Así, en un reciente informe el organismo ubicó el alza del PIB para América Latina y el Caribe en un magro 1,3 por ciento aunque la Argentina ni siquiera finalizaría el año con un saldo positivo sino que, por el contrario, terminará en rojo.
En este sentido, las estimaciones del FMI muestra a una Argentina con una contracción de 1,3% en este 2014 en medio de "desequilibrios macroeconómicos e incertidumbres" provocadas entre otros por el litigio de Buenos Aires con fondos especulativos por su deuda soberana en la justicia de Estados Unidos. Con esta definición un tanto general el organismo incluye la inflación, la caída en el nivel de actividad y los crecientes problemas en el mercado laboral que aumentan el malhumor social de los argentinos y genera expectativas negativas sobre los últimos 14 meses del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
El FMI hizo público un nuevo informe sobre la marcha de la economía global en la misma semana que celebrará en Washington la Asamblea Anual, a la que viajarán especialmente el ministro de Economía de la Argentina, Axel Kicillof, y el flamante presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli. Una de las actividades no declaradas oficialmente pero que figuran en la agenda de los funcionarios argentinos será tratar de convencer al resto de los países que la situación de Argentina es coyuntural y que el principal problema tiene que ver con el ataque de los fondos especulativos o fondos buitre, con la complicidad de la justicia americana según apuntó recientemente la misma Presidenta.
Al menos la cruzada del Gobierno argentino contra los fondos de inversión se instaló en la agenda de las Naciones Unidas y ahora también del mismísimo FMI, que en un documento se fijó como objetivo impulsar acciones para frenar de manera concreta a los fondos buitre, proponiendo entre otras estrategias reformar la cláusula "pari passu" en los contratos de deuda, que como consecuencia de la interpretación del fallo del juez Thomas Griesa colocó a la Argentina en una situación de default parcial.
El viernes, representantes de los 188 países que integran el organismo formarán parte del debate bajo el título "El reto que enfrenta la economía mundial: una nueva movilización para superar una nueva mediocridad". En este sentido, la directora General, Christine Lagarde, consideró que "la economía mundial está en un punto de inflexión, puede avanzar a paso lento con un crecimiento deficiente, es decir, con una nueva mediocridad, o puede ir en busca de una mejor trayectoria con políticas enérgicas que permitan acelerar el crecimiento, incrementar el empleo y lograr una nueva movilización".
Todos coinciden en estos objetivos de bregar por un mayor desarrollo, la cuestión es cómo lograrlos. En este marco, el informe semestral del FMI difundido el lunes último sobre América Latina y el Caribe señala que "el crecimiento siguió cayendo en 2014 en toda la región,
reflejando una desaceleración en la demanda externa así como una
situación doméstica más débil" en los países. De acuerdo a los pronósticos de la institución financiera, el alza de la
economía latinoamericana se limitará a 1,3%, 0,7 puntos por debajo
de su estimación efectuada en julio.
Y si bien prevé una "modesta recuperación" en 2015 con un alza de
2,2%, el organismo insiste en que las expectativas continúan siendo
negativas. Con tono pesimista, consignó que América Latina navegó la pasada década sobre una ola de altos
precios de materias primas, como el cobre, petróleo y la soja, pero que ahora debe irse acostumbrando a una nueva realidad.
La tasa de 1,3% para la región de 33 países y 580 millones de personas es la más baja desde 2009, cuando se contrajo 2,5% en medio de la crisis económica mundial. En ese escenario, el Fondo recomienda a los países latinoamericanos y del Caribe tener como "prioridad" mantener la estabilidad macroeconómica "estrictos mercados laborales, inflación superior a los objetivos y déficits persistentes de la cuenta corriente" apuntan a un nivel limitado de recursos y una mayor expansión fiscal que no es aconsejable.
Además, insiste en la implementación de reformas estructurales para aumentar las inversiones y la productividad. "Sin las reformas, el crecimiento puede seguir decepcionando frente a las altas expectativas creadas en la década pasada y poner en riesgo los importantes avances sociales que logró la región". La expansión económica fue combinada con programas sociales que impulsaron a 75 millones de latinoamericanos a salir de la pobreza en una década.
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