Por Redacción
Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) titulado por el economista Nadin Argañaraz da cuenta que la recaudación de las provincias -en realidad 14 de ellas que son las que dieron a conocer sus balances finales- en 2012 creció 32,3% con relación al año anterior, especialmente por las actualizaciones de las alícuotas y reformas impositivas realizadas en la mayoría de las jurisdicciones. Esos 14 distritos sumaron 104.522 millones de pesos recaudados impositivamente, lo cual desde la visión porcentual es mayor que la expansión nacional donde el aumento fue de 25,8%.
Los aspectos que se destacan dentro del marco de esa recomposición es la recuperación de ingresos percibidos por el impuesto inmobiliario, el tributo que grava las propiedades en forma directa, y que en los últimos años había resignado significación en cuanto a las imposiciones sobre la actividad económica, como el caso de los ingresos brutos.
De tal modo es que en las 14 provincias relevadas la recaudación por el inmobiliario se acrecentó un promedio de 75% entre 2011 y 2012, pasando de 5.400 a 9.400 millones, cifras que aunque importantes están muy alejadas de los gravámenes sobre la actividad económica, ya que por ejemplo Ingresos Brutos aportó 76.737 millones a las arcas provinciales, unas ocho veces más que las tasas sobre las propiedades. De tal modo se concluye que por ingresos brutos se recaudó un 30% más que en 2011, explicando además el 70% del aumento total que experimentó la recaudación.
Lo que no se advierte es homogeneidad en los 14 distritos que difundieron el cierre de cuentas del año pasado, ubicándose en primer lugar Mendoza con una suba de 59,7%, luego Entre Ríos 46,4%, Misiones 40,6%, Tucumán 40,3% y San Juan 32,4% conformando el lote de los cinco mejores, en tanto que en el otro extremo quedó Catamarca cerrando posiciones con 17,3%, lo cual marca una distancia cuatro veces menor que el distrito mendocino.
Según se ocupa de analizarlo el IARAF, la heterogeneidad obedece a distintos factores entre los que se incluyen los de carácter económico y fiscal, como por caso la eficiencia en la recaudación, diseño de sistema tributario y las reformas impositivas que fueron implementándose en los últimos años. Para tener una perspectiva más aproximada a la realidad, las provincias fueron divididas en grupos acordes a la realidad económica de cada una de ellas, que son por cierto muy diferentes, incluyéndose por ejemplo en el grupo de ingresos elevados y alta densidad demográfica Buenos Aires, Córdoba, Capital Federal y Mendoza, teniendo esta última una evolución que prácticamente duplicó a las tres restantes que estuvieron en el orden del 30%, mientras que en el grupo de altos ingresos pero baja densidad en poblaciones, Neuquén subió sus ingresos 29% y Tierra del Fuego 20%, para finalmente en el sector identificado de bajos ingresos y alta densidad de habitantes Entre Ríos aumentó 46%, Tucumán 40% y Corrientes 27%, para finalmente en el sector de bajos ingresos y baja densidad San Juan encabezó la suba con el 32%.
En cuanto a nuestra provincia de Santa Fe, que no aparece en el grupo de las 14 cuyos detalles se proporcionan aquí, digamos que su recaudación de 2012 por impuestos propios estuvo en el orden de los 8.874 millones de pesos, lo cual fue un 22,6% por encima de lo obtenido por igual vía en 2011, aunque por debajo del 25,9% de la recaudación nacional. De todas maneras, los ingresos totales del año en la Provincia, según lo hizo saber oportunamente la administración de Antonio Bonfatti, fueron de 23.883 millones, correspondiendo como ya queda dicho 8.874 millones a tributos provinciales y los restantes 15.000 millones a los recursos recibidos en concepto de coparticipación federal y otras transferencias automáticas.
Importante es destacar que el total de recursos obtenidos por Santa Fe superó un 4,7% lo presupuestado, mientras que en el caso exclusivo de los recursos por impuestos propios estuvo 7,7% por encima de lo previsto.
La situación financiera de las provincias, en general, se encuentra comprometida ya que la mayor parte de sus recursos deben ser destinados al pago de salarios, quedando en directa dependencia con los envíos de la Nación para otras áreas e incluso también afrontar la política salarial.
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