Por REDACCION
El ajuste no es exclusivo del Estado en sus distintos niveles sino que también es una obligación, porque no hay alternativas en tiempos de crisis, de las empresas y de las familias. El dinero debe administrarse con mayor cautela en un escenario de pérdida de confianza que está muy lejos del optimismo que se recrea en momentos de crecimiento. Así, las consultoras que miden todo el tiempo la marcha de la economía en general o de los distintos rubros arriesgan estimaciones sobre cómo será el año en la industria automotriz, en el campo o los electrodomésticos, entre otros tantos.
Y uno de los estudios que se divulgaron en la última semana sostiene que el consumo de los hogares caerá 2,5% este año con un mayor impacto en los sectores de menores ingresos, como consecuencia de las subas de precios y tarifas, y la devaluación.
La consultora Kantar Worldpanel advirtió que es evidente un impacto cada vez mayor contra el consumo a medida que avanza el año. El director comercial de Kantar, Federico Filipponi, señaló que en junio, el consumo de los hogares cayó 2% a nivel nacional, según el relevamiento. Con esos datos, el primer semestre cerró estable con relación al mismo período de 2017, pero las proyecciones para todo el año indican que el consumo caerá 5% en el segundo semestre, y que 2018 terminará con una baja del 2,5% aproximadamente, apuntó el especialista. Al mismo tiempo, explicó que la "estabilidad" del segundo trimestre se compara con lo que fue el peor trimestre del 2017, cuando el consumo había caído un 4%. En su análisis, sostuvo que se está al mismo nivel del peor momento del año pasado, es el costo de los aumentos de tarifas, la inflación y demás componentes de la crisis.
Para la consultora, el segundo semestre será muy complejo para el consumo masivo. En este contexto, recordó que incluso el propio gobierno reconoce que caerá el Producto Bruto de este año mientras que las consultoras prevén dos o tres trimestres de contracción.
Filipponi señaló que se está entrando en un segundo semestre en un nivel de consumo malo, que comparará con un segundo semestre de 2017 que no había sido negativo, por lo que el impacto se sentirá con fuerza. Para el segundo semestre Kantar está proyectando una fuerte caída del 5%, pero como la primera mitad del año cerró estable, el 2018 cerrará con un descenso del 2,5%.
La radiografía de lo que sucede por estos días en el mercado muestra que son los hogares de menores recursos los que están haciendo caer el consumo, ya que en los medios altos y altos el rubro alimentos, bebidas y limpieza no sintió tanto el ajuste. Por tanto, el impacto de la crisis es "desigual" y, todavía más, puntualizó que en los hogares de poder adquisitivo "bajo superior", que tienen salarios de convenio, hace tres años que el consumo cae. El retraso de paritarias y la caída del empleo explican que las familias de esos segmentos tengan menos dinero para gastar.
El estudio consigna que en el nivel socioeconómico más bajo de todos, el que sufrió el impacto más duro en 2016 pero se recuperó levemente en 2017 por jubilaciones, la construcción y la economía informal, después de un año y medio el consumo vuelve a caer.
Respecto del comportamiento de los consumidores, el trabajo hace notar que con cada crisis se produce un "aprendizaje". Como ejemplo, en las crisis crisis históricas, como la del 2001, o en la del campo en 2008 en medio de una actividad que se resintió, el comportamiento era llevar envases más chicos. Incluso las fábricas reducían los paquetes que ponían en venta en las góndolas de los supermercados en las despensas. Kantard subrayó que en esta crisis los consumidores de menores ingresos prefieren resignar marca y comprar menos aunque admite que el consumidor argentino comprendió que ya no conviene achicar envases.
Al respecto, un hábito que se identifica es que se prefiere adquirir envases más grandes y, de alguna manera, intentar "ganarle a la inflación y cubrirse de los aumentos, es como que hubo un aprendizaje" a lo largo de las distintas crisis económicas que soportó la Argentina. "Se nota en cómo los hogares reaccionan distinto en cada crisis, como aprendiendo de la anterior, como un entrenamiento de combate", afirma el estudio de Kantard que se realiza sobre una muestra de 5.300 hogares, donde de manera continua se releva el consumo masivo.
Según el relevamiento, el 60% de las categorías de la canasta de consumo masivo perdieron frecuencia de compra en este segundo trimestre del año, y las marcas de bajo precio son las únicas que están creciendo en volumen.
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