Por REDACCION
La línea de bandera, Aerolíneas Argentinas, se transformó en un agujero negro por el que se desvanecen miles de millones de pesos de todos los argentinos según un reciente informe de la Auditoría General de la Nación (AGN), lo que aumenta las dudas sobre el grado de transparencia del Gobierno nacional en el manejo de los dineros públicos. Entre enero de 2011 y junio de 2012, la empresa estatal "cubrió con los ingresos un 68 por ciento de los gastos que efectuó" y que por lo tanto las pérdidas alcanzaron los "984 millones de dólares".
Por su parte, la aerolínea que conduce Mariano Recalde respondió rápidamente asegurando que el reporte sólo toma "los años de la transición" y "no tiene en cuenta los buenos resultados posteriores".
El informe de la AGN estimó que "por cada 100 pesos de ingresos, la empresa gastó 158 pesos para el año 2011; y de cada 100 pesos de ingresos para el primer semestre de 2012, gastó 149 pesos". Al explicar las razones del déficit, expresa que "los altos gastos de Aerolíneas medidos en relación a los ingresos, comparándolos con empresas similares, se deben principalmente a las remuneraciones y a los costos por combustible".
El documento mostró que "comparado con otras empresas, Aerolíneas Argentinas y Austral presentan costos en personal 75 por ciento más alto y en combustible 24 por ciento mayores (medidos en AKOs, Asientos por Kilómetros Ofrecidos, esto es, la suma de la cantidad de asientos por los kilómetros recorridos por cada avión en un período)".
Al desnudar la forma de conducción de una empresa al parecer tomada por el aparato político del kirchnerismo, la Auditoría que preside Leandro Despouy, reveló que la "empresa incrementó en 1.125 personas la dotación total en el período auditado (1.514 altas y 389 bajas)" al tiempo que advirtió que "no ha remitido las constancias documentales que acrediten la necesidad de incorporación de personal". Asimismo, concluye que "se constató que en el período auditado el Grupo Empresario ha dado de baja más aviones que los que fueron dados de alta. Sin perjuicio de ello, se han incorporado 216 pilotos en el mes de febrero de 2011, lo que supondría el alta de 6 aviones más a la flota de AA, hecho que no ocurrió".
El informe de la AGN, cuestionado desde la compañía aunque sin objetar el rojo, constituye una radiografía parcial de las cuentas de la aerolínea que nunca se informan públicamente. Los resultados de los balances son escondidos bajo siete llaves y pese a ser una empresa estatal que debería explicar qué hace con los recursos de todos los argentinos oculta información que, en otros términos, es esconder las pérdidas.
El reporte deja en evidencia el uso y abuso político que hace la conducción kirchnerista de la aerolínea cuyos vuelos al interior del país, en ocasiones, tienen más tripulantes que pasajeros.
Desde el otro lado, Aerolíneas buscó contrarrestar la investigación de la AGN. "Juzgar el desempeño de la compañía tomando la información de 2011 y primer semestre del 2012 sin tener en cuenta los buenos resultados posteriores implica tener una visión sesgada con una clara intencionalidad política, más cuando proviene de militantes del partido radical, que fueron funcionarios durante el gobierno de De la Rúa", expresaron desde la aerolínea en alusión al titular de la AGN Despouy.
En el comunicado, la estatal que está bajo la órbita de Recalde consideró que "la parcialidad e intencionalidad política de los auditores radicales que firmaron este informe se revela también en el hecho de divulgar a viva voz su informe por todos los medios que tienen a su alcance ocultando las respuestas fundamentadas y pormenorizadas que Aerolíneas Argentinas elevó oportunamente a dicho organismo".
En un informe preliminar dado a conocer en mayo de este año, la propia AGN indicó que el Estado nacional le había transferido 17.000 millones de pesos a Aerolíneas Argentinas desde la expropiación ocurrida el 10 de julio de 2008 hasta fines de diciembre del año pasado. Más aún denunció que esos giros continuaron por lo que las partidas destinadas a cubrir el rojo de la empresa estatal ya superarían los 20 mil millones de pesos.
Lo grave es que a pesar de cuestionar el informe y centrar sus críticas en una supuesta "parcialidad e intencionalidad política", Recalde en ningún momento informó públicamente cuál es el resultado de su gestión en la compañía, alimentando de esta manera las sospechas en torno a un uso discrecional de la aerolínea de todos los argentinos.
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