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Editorial Viernes 16 de Octubre de 2020

Desplome en Latinoamérica

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REDACCION

Por REDACCION

Los países latinoamericanos sufrirán un golpe histórico como consecuencia de la pandemia, teniendo en cuenta que es la región más afectada de todo el planeta por el Covid-19.

A ese grave panorama sanitario, se le debe agregar otro no menos importante, como el económico, que además impacta directamente en lo laboral.

Los indicadores son tan alarmantes que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, de la Organización de las Naciones Unidas, estima que se registrará una caída del 9,1%, la mayor en los últimos 120 años.

En términos económicos, de acuerdo con ese informe, equivale a unos 10 años, para llegar hasta los 15 en los medidores sociales. Otro dato que preocupa es indudablemente el de la pobreza, que aumentará su tasa en siete puntos y alcanzará el 37,7% en la región, la más elevada desde 2006.

Siempre tomando como referencia a las estimaciones de la Cepal, se dará en Venezuela la caída económica más pronunciada, con un 26%, bastante por encima de Perú, que tendrá una contracción del 13% y en el tercer lugar Argentina con un 10,5%.

Algo más abajo se ubican, en esas proyecciones, Brasil con 9,2% y la siguiente ubicación es compartida por Ecuador y México con un 9%.

Por otro lado, en Sudamérica, el ingreso per cápita sufrirá una muy pronunciada caída, que estará en el orden del 9,4%, mientras que en Centroamérica y en México, el salario se depreciará un 8,4%.

Durante el primer trimestre de 2020, casi la mitad de los países de la región -un total de nueve sobre veinte- empezaron a descender en todas las mediciones relacionadas con la economía, en tanto que el resto mostró unas caídas similares, a partir de los segundos tres meses evaluados.

Se trata de la crisis más fuerte en varias décadas, que incluso podría llegar a profundizarse el año próximo si no aparece una vacuna efectiva para el coronavirus.

Está claro que las debilidades estructurales no ayudan en un momento de gran preocupación como el que está viviendo el mundo entero.

Los países latinoamericanos ya atravesaron una crisis severa en 2008, pero los analistas coinciden que la actual podría ser mayor, por lo que deberán pasar varios años hasta que se pueda encontrar el camino de la recuperación definitiva.

La investigación también destacó que las secuelas y los efectos a mediano plazo van a ser mayores porque la crisis va a durar más de lo que se pensaba cuando se decretó la pandemia, que nunca logró controlarse.

Se consigna en el trabajo de la Cepal que hasta fines de septiembre, se cerraron unas dos millones setecientas mil empresas formales y el desempleo afectó a más de 44 millones de trabajadores registrados, a los que debe sumarse un número significativamente mayor de informales.

También se observará un retroceso de aproximadamente 15 años en la pobreza, estimándose que en ese segmento, habrá más de 230 millones de personas que no podrán cubrir sus necesidades básicas, un nivel que no se registraba desde 2004.

Según evaluó la Cepal, la tasa de la pobreza aumentará más entre las mujeres, ya que una de cada dos perdería su empleo porque trabajan en sectores más vulnerables, además de no valorarse su actividad en igual medida que los hombres.

Sobre el particular, la Organización Internacional del Trabajo afirma que unos 34 millones de empleos ya se llevan perdidos en América Latina y el Caribe como consecuencia de la pandemia de Covid-19.

Mediante dicho informe, el organismo expresó la necesidad de que los países adopten estrategias inmediatas dirigidas a abordar la crisis del empleo, por cuanto en caso contrario esta situación podría ampliar las desigualdades existentes en la región.

Latinoamericana, por todo lo expuesto, tendrá que afrontar un desafío que no registra precedentes, a la hora de reconstruir los mercados laborales de una región tremendamente castigada.

Para ello, deberá corregir las fallas estructurales que se agudizaron a partir de la llegada a esta región de la pandemia, tales como la baja productividad, el alto nivel de informalidad y la desigualdad de oportunidades de trabajo decente.

El informe destaca, sin embargo, que a partir del tercer trimestre de 2020, los niveles de actividad económica tuvieron una relativa mejoría, por lo que los datos reflejan una incipiente recuperación del empleo, que de todos modos estaría muy lejos de variar el diagnóstico.

Estos indicios preliminares son una noticia positiva, pero el impacto generado por el Covid-19 en el trabajo y en las empresas fue alarmante, tanto que el camino por recorrer es demasiado largo para garantizar la recuperación económica en un plazo relativamente breve.

Mucho tendrá que ver el efecto de la pandemia, que sigue golpeando con una dureza extrema a una región que deberá reinventarse en varios aspectos, en particular, todos los relacionados con la salud y la economía.

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