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Editorial Domingo 2 de Marzo de 2014

Creciente déficit

El rojo de las cuentas públicas crece considerablemente, especialmente por el impacto de los subsidios a la energía y el transporte.

REDACCION

Por REDACCION

El ministro Axel Kicillof sostuvo hace unos días que "la economía no tiene grandes problemas", lo cual se asemeja más a una expresión de deseos que a la descripción de la realidad, y que tal como aconteció con otras situaciones de similares características, después debió desdecirse, tal como que Repsol iba a tener que pagarle a la Argentina por los daños ambientales que había hecho con la explotación de YPF y por la cual terminamos pagando 5.000 millones de dólares, o bien aquella anterior afirmación respecto a que la emisión monetaria no tiene ningún efecto inflacionario, algo que fue calificado como "disparate" por numerosos economistas. Dos ejemplos que alcanzan y sobran para este nuevo caso respecto a la inexistencia de grandes problemas en la economía, la cual sin embargo viene en retroceso sostenido desde hace tiempo, con elevado índice inflacionario, caída de las reservas del Central y déficit en las cuentas fiscales. 

Por cierto, Kicillof seguramente busca contrarrestar los efectos pesimistas que avalan casi todos los indicadores, pero equivoca el camino, pues en un momento donde la recuperación de la credibilidad perdida es algo esencial, con tales expresiones lo que hace es general una situación inversa a la buscada.

Veamos entonces el panorama que tiene en este momento la economía, sin recurrir a estimaciones o números de consultoras privadas, sino los difundidos por el propio Ministerio de Economía sobre las cuentas públicas del mes de enero que arrojaron un déficit de 3.052 millones de pesos, nada menos que 92,8% más que en igual mes de 2013, las que aún no reflejan el impacto que en las mismas provocó la devaluación de la moneda.

Pero sobre ese rojo mencionado, y según lo puntualiza el economista Ismael Bermúdez, en caso de descontarse las transferencias de los intereses de la ANSES, el déficit subiría a 6.057 millones, en tanto que de excluirse los ingresos y pagos del área de seguridad social, considerándose exclusivamente los números del Tesoro, entonces el rojo treparía a 12.506 millones de pesos.

Este gran desequilibrio de la balanza fiscal es provocado por un tema casi excluyente como lo son las mayores compensaciones y subsidios por energía y transporte, al creciente déficit de las empresas públicas y los mayores pagos por intereses de la deuda. 

Algo que llama la atención es que los ingresos del primer mes del año por el cobro de impuestos y otras imposiciones tuvieron un aumento del 37,9% ubicándose por sobre el nivel inflacionario, razón por la cual no debería hacer producido este importante déficit, lo cual sin embargo encuentra explicación por el 45% que crecieron los gastos, liderados por los subsidios.

Justamente, este dinero con el cual se solventa gran parte del pago de la electricidad, gas y transporte, se ha transformado en un verdadero barril sin fondo, al cual se busca encontrarle una solución, ya que ninguna manera se podría llegar a fines de 2015 con este problema, pues el deterioro de las cuentas públicas es alarmante y será todavía peor de no encontrar remedio rápidamente. Los subsidios en cuestión tuvieron en enero una expansión del 60%, siendo uno de los temas que más puede retocarse por parte del gobierno, aún a costa de experimentar una molesta situación social por el impacto que tendrá el aumento de las tarifas, especialmente en luz y gas en la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano donde están concentrados esta clase de subsidios, mientras que los del transporte si bien llegan también al interior del país en cuanto al combustible, el mayor efecto se tendrá también en la Capital por las tarifas de los trenes.

Tanto sueldos como las prestaciones de seguridad social subieron ese mes 34% y los gastos de capital 35,5% pero el gastos promedio creció 45% en virtud que, según lo puntualiza el mismo Ministerio de Economía "se destacaron además los gastos realizados en calidad de transferencias corrientes a personas y a empresas privadas cuya expansión fue del 73,1% anual. Dentro de esa partida se destacan la Asignación Universal por Hijo y las demás asignaciones familiares, las diversas prestaciones administradas por el PAMI, así también las compensaciones, subsidios y estímulos a la producción de los programas asociados a energía y transporte".

De no darse un brusco cambio en los subsidios que se otorgan, la situación puede llegar a convertirse en incontrolable en pocos meses, ya que el déficit es creciente.

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