Carne: más consumo

En los dos primeros meses del año el consumo de carne vacuna por habitante tuvo un repunte de 10,5% con relación a igual período de 2011, de acuerdo con un informe divulgado por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA). 

Se trata sin dudas de un índice alentador, ya que da cuenta de la recuperación del consumo de un alimento muy tradicional de los argentinos, que en los últimos años había estado en franco retroceso. Es que con el promedio de estos dos primeros meses de 2012 el consumo anual se ubicó en 57,3 kilogramos significando una recuperación de 10,5% aunque estando todavía bastante atrás del primer bimestre de 2008 cuando se llegó al techo de 68,3 kilogramos/año.

En el lapso enero-febrero el consumo interno absorbió 394.000 toneladas de res con hueso, subiendo su participación en la producción total de 89,2% a 92,8% en los últimos 12 meses.

De acuerdo con la Cámara "la recuperación de la actividad frigorífica vacuna con relación al inicio de 2011, combinada con una importante retracción de las exportaciones, es lo que permitió que en el primer bimestre del año el consumo se expandiera a un ritmo 50% superior al de la faena total".

Un detalle a tener en cuenta, es que la participación de las hembras en la faena se mantiene alrededor del 40%, lo cual afianza la recomposición de la existencia con miras a retornar al stock de 60 millones de cabezas, el cual se había visto diezmado en unos 10 millones de vacunos en ocasión de la aplicación de políticas ganaderas fallidas, donde equivocadamente se privilegió la denominada "mesa de los argentinos" por sobre la rentabilidad de los productores.

En definitiva, y fuera de otra clase de especulaciones, se combinan en este informe dos aspectos positivos, como lo son la recuperación del nivel del consumo interno -que había caído exageradamente estos últimos años-, pero además la recomposición del stock total de cabezas, que en un futuro tal vez no demasiado amplio permita volver a recuperar mercados para la exportación, que fueron resignados ante países vecinos como Brasil, Uruguay e incluso Paraguay.

Popularidad de Dilma

Aún habiendo tenido la industria un retroceso de 3 puntos, lo que afecta de modo singular al sector en Brasil, lo cual llevó a la presidente Dilma Rousseff a instrumentar una rebaja de impuestos para estimular la producción, lo cual marca que su gestión también se encuentra marcada por altibajos como sucede con la economía en el mundo, su popularidad alcanzó cifras récord en febrero, llegando al 77% luego de 16 meses de estar al frente del gobierno.

La mandataria brasileña de 64 años, que en diciembre del año pasado había tenido 72% de respaldo, superando holgadamente los índices que en ese mismo sentido había alcanzado Lula da Silva, se suponía que estaba prácticamente en el límite de posibilidades, pero sin embargo dos meses después volvió a crecer otros 5 puntos, llegando al mencionado 77% en forma personal, mientras que su gobierno tuvo una adhesión de 56%, mientras que un 34% lo calificó de malo y el 8% de muy malo. Es decir, viendo estos resultados, la presidenta Dilma está muy por encima de la consideración de su propio gobierno, incluso contando con la salida de 7 ministros en 16 meses -casi a razón de uno cada dos meses-, en todos los casos por denuncias o investigaciones de corrupción. En ninguno de los casos existieron excusas o justificaciones, pues frente a situaciones de este tipo, Rousseff prefirió deshacerse de ellos antes que ensayar defensas o intentar demoras. Lo cual es probable le haya valido un mayor reconocimiento de parte de la población, que juzga esta clase de acciones incluso por sobre las de gestión y administración.

En el combate a la pobreza la Rousseff tuvo 59% de aprobación, en medio ambiente 53% y lucha contra el desempleo 53%, en tanto que las peores evaluaciones de su gobierno fueron impuestos con 65% en contra -área en la cual ahora dispuso rebajas- , salud con 63% en contra y seguridad 61% en contra.

Durante este segundo año de su mandato, la presidenta de Brasil puso su mayor énfasis en la recuperación de una economía alcanzada por la crisis externa, donde su PBI creció en 2011 apenas 2,7% contra 7,5% de 2010.

Un dato importante a considerar es que en el norte del Brasil, donde existe el mayor nivel de pobreza, Dilma Rousseff obtuvo el mayor respaldo de la gente con 82%, lo cual establece que tanto se preocupa por la recuperación económica como por la asistencia social.