Hacía mucho que no se registraba un período de lluvia tan constante como ocurrió esta semana, que no sólo registró en nuestra zona más de 160 milímetros en el acumulado, sino que ha prolongado la inestabilidad hasta el comienzo del mes de diciembre.
En este marco, después de más de tres años de sequía y todas sus consecuencias negativas, es que los productores vuelven a poner de manifiesto la importancia de contar con infraestructura acorde para asegurar la transitabilidad, conectividad y, en definitiva, las condiciones necesarias para vivir (y producir en el campo)
Desde la Rural de Rafaela señalaron, en primer término, la importancia del mantenimiento de cunetas para que el agua que se concentra en cantidad pueda escurrir de buena forma, siguiendo los trazados y bajos naturales.
"Sin embargo, lo más notorio es lo que ocurre sobre los caminos, siendo en su mayoría de tierra y transformándose en intransitables hasta que baje el porcentaje de humedad y el sol colabore en volver a afirmar una capa de barro que hoy sólo se puede atravesar en casos de emergencia y con maquinaria adecuada", indicaron desde la entidad.
En los caminos que tienen una capa de arenado o ripio se recomiendo utilizarlos sólo en caso de extrema necesidad, para no romperlos, para no deteriorar un trabajo y una inversión que costó mucho conseguir.
DIFERENCIAS NOTORIAS
Recorriendo los trazados terminados en el programa provincial “Caminos de la producción”, la dirigencia rural remarcó que es "notoria la diferencia que generan en la ruralidad, en la conectividad que permiten, pero sobre todo en la oportunidad de no dejar de trasladar a personas y productos, incluso en los momentos de mayor intensidad de precipitación".
De todas maneras, se ve a simple vista la necesidad de ya contar con el fondeo destinado para su mantenimiento, para poder disponer de la mejora constante que requieren y evitar perder la inversión inicial.
"Pareciera un avance llamativo respecto a lo que sucedía un siglo atrás, pero es lo conseguido hasta el momento y es ese el motivo por el cual hay que resguardar una obra sencilla, pero fundamental", indicaron.
Para los dirigentes, "es responsabilidad de los productores, pero también de quienes viven en las ciudades y pueblos, hacer uso de estas trazas de una forma responsable y sólo en casos de extrema necesidad, para resguardarlos"
Debe señalarse que con un trabajo público y privado, este tipo de obras pueden seguir extendiéndose y mejorando la vida en la ruralidad, la atención de la salud, la asistencia escolar y sobre todo la provisión de materia prima a las industrias lácteas, mientras la maquinaria de mayor porte espera para volver a entrar en los lotes para cosecha y siembra en la transición de campañas.