El año está terminando con buenos indicadores económicos, considerando de dónde viene el país. En ese sentido, el consultor Teo Zorraquin enumera los "hitos" que se han logrado en el primer año de gestión de Milei: inflación por debajo del 3% mensual, dólar oficial creciendo al 2% y los otros dólares en caída, con brecha cada vez más baja y cercana al 5%, superávit fiscal sostenido todos los meses, riesgo país en los 700 puntos, cepo que se va aflojando, con el impuesto PAIS desapareciendo por completo a fin de año, blanqueo exitoso con un ingreso al sistema de más de 20 mil millones de dólares, que en su mayor parte quedaron bancarizados.
"La caída del PBI de este año parece que será menor al 3% y el rebote para el 2025 estaría en el 5%. Con una inflación anual esperada en el orden del 20%, con un mercado que le cree al Gobierno cuando promete sostener la conducta fiscal, comparado con las expectativas que había hace un año, es Disney. Hasta las elecciones del año que viene el modelo parece controlado. En ese momento la política hará su juego, modificando o reafirmando el escenario", indicó.
Ahora bien, lo que luce tan bien en la macro, no es tan dulce en la micro, fundamentalmente en lo que respecta al agro.
En ese sentido, reconoció que los derechos de exportación, ante un escenario de precios de los granos poco atractivo, están erosionando fuerte la renta esperada. "Rentabilidad al límite, muy atada a los rendimientos productivos que se logren", admitió.
"Un dólar más débil, con costos en pesos que siguen corriendo con la inflación, está encareciendo los planteos productivos, los gastos de estructura y el pago de dividendos a socios".
"La macro está cambiando. Hay que tomar conciencia y sacar a las empresas del modo inercial en la toma de decisiones. Una parte del negocio de esta campaña se definirá en el grado de adaptación al nuevo escenario", resaltó.
LA FOTO Y LA PELÍCULA
Las lluvias han sacado temporalmente presión a la mayor preocupación de corto plazo que tenía la mayoría de las empresas. Y cuando eso sucede se pasa al siguiente casillero, que hoy es el precio de los granos y en el mediano plazo la eficiencia y la eficacia.
Las lluvias en Sudamérica y otros factores imprimen un efecto temporal bajista en el precio de los commodities. Esto hace que la renta de la mayoría de las empresas se encuentre en terreno neutro o negativo. A su vez, los avances económicos del gobierno plantean un escenario que tendrá muy pocas variaciones (sin una devaluación y sin baja relevante de impuestos o retenciones), por lo menos hasta las próximas elecciones. Es decir, durante la presente campaña y el comienzo de la que viene.
Ante este panorama, comienza a ser determinante la eficiencia y la eficacia dentro de las empresas, porque al no haber posibilidades de “grandes sorpresas” que acomoden o enmascaren errores cometidos, estos dos parámetros determinarán la rentabilidad. Cambia el paradigma. La eficiencia es lograr el objetivo optimizando la mayor cantidad de recursos.
Muchos son buenos produciendo, pero no vendiendo o comprando, o manejando su capital humano o su logística. Esto deberá evolucionar si se desea tener un negocio rentable en este nuevo paradigma. A su vez, la eficacia hace que las empresas logren los objetivos que se proponen. Y para ello deberán tomar ciertas decisiones en determinados momentos y no tendrán una segunda oportunidad.
Lo que viene por delante, por lo menos en la actual y el inicio de la campaña que viene, es un escenario de rentas más ajustadas, donde las decisiones de todo tipo serán importantes y la eficiencia en el uso de los recursos, no solo productivos, serán determinantes. Quizás vuelva a tener sentido analizar las compras en pre-campaña de insumos, los créditos largos para el cambio de maquinarias, el trabajar sobre los recursos humanos de la empresa, capacitarse para mejorar las ventas y las coberturas de precios, pensar en alianzas con otras empresas, o poner foco en la escala que se necesita para ser rentable.
Las reglas del juego cambiaron, y habrá que adaptarse al nuevo escenario.