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Suplemento Economía Domingo 19 de Octubre de 2014

Una estanflación que se profundiza sin remedio

La crisis del sistema cambiario, la caída del nivel de actividad y del empleo junto al default de la deuda constituyen los tres grandes problemas de la macroeconomía.

REDACCION

Por REDACCION

La macroeconomía argentina se enfrenta principalmente a tres problemas: el cambiario, la caída del nivel de actividad (y del empleo) y el default de la deuda. Los problemas cambiarios generan caída de la actividad y aumento de la inflación mientras que el default de la deuda agrava a ambos. La estanflación se profundiza trimestre tras trimestre sintetiza su análisis la consultora Economía & Regiones en el reporte difundido el último viernes. 

"Esta coyuntura se puede corregir o agravar en el futuro dependiendo de la claridad del gobierno para diagnosticar las causas y más aún, de su capacidad para aplicar políticas eficientes que solucionen los problemas. Hasta ahora los diagnósticos fueron equivocados y, por ende, las políticas aplicadas agrandaron los problemas", expresa.

En el informe, E&R recuerda que "el conflicto cambiario empezó hace 4 años y su causa es la inconsistencia de la política fiscal, monetaria, cambiaria y de ingresos". Agrega que en 2010-2011 se aplicó una política (fiscal/monetaria/de ingresos) muy expansiva procurando incentivar la demanda agregada, que el déficit ascendió a 3% del PBI y se lo financió con emisión, que los salarios (+64%) crecieron muy por encima de la inflación (54%) y el tipo de cambio se devaluó sólo 13%. Consecuentemente, se generó un sobre consumo que se financió con caída de reservas (-USD 5.800 MM) aumentando las expectativas de devaluación.

En este contexto, el gobierno no solucionó sino que agravó los problemas, no sólo porque puso el cepo que dio origen al dólar paralelo (y la brecha), sino porque intensificó sus políticas fiscales y monetarias expansivas; que en realidad eran el origen del problema. Así, con sus políticas desmedidamente expansivas, sostiene E&R, se creó un exceso de pesos del 5% del PBI y consecuentemente el dólar paralelo y la brecha aumentaron exponencialmente. Los problemas cambiarios se trasladaron a la producción, cuya tasa de crecimiento se desaceleró en un principio y se contrajo posteriormente. 

Mientras se acumulaban los problemas, el BCRA tuvo que devaluar 23% en un día (algo que la Presidente había negado que haría) y empezó a colocar fuertemente LEBACs para absorber esos pesos de más, “comprando” tiempo y estabilidad financiera (blue y brecha bajaron) para que el Ministerio de Economía atacara el origen de los problemas corrigiendo el desequilibrio fiscal. Sin embargo, el gobierno hizo todo lo contrario y redobló la apuesta, intensificando sus políticas expansivas.

El resultado obtenido fue lógico y esperable: Si se potencian las causas (en lugar de corregirlas), los problemas ganan envergadura. Las inconsistencias de las políticas crecieron y la credibilidad bajó aún más. Las expectativas de devaluación resurgieron rápidamente y la caída del nivel de actividad comenzó a ser cada vez más pronunciada.

De acuerdo con el PBG de E&R, la caída del producto se aceleró de -1.2% en el primer trimestre de este año a -2.3% en el segundo. Con el menor nivel de actividad se redujo la demanda de dinero por motivo transacción. Por las mayores expectativas de devaluación se contrajo la demanda de pesos por motivo especulación; es decir la gente se anticipa y demanda cada vez más (menos) dólares (pesos) para proteger su poder adquisitivo ante una esperada devaluación futura.

En pocas palabras, la demanda de dinero cayó (-13%) por primera vez en 12 años. Como contracara, la inflación se aceleró del 26% (2013) al 40%anual (2014). Si tenemos en cuenta, puntualiza E&R, que la caída del producto se acelera en la segunda mitad del año (terminaría cayendo en torno a 3% promedio) y consideramos que la inflación (+40.9% interanual en septiembre) publicada por el Congreso también se acelera, podemos decir sin titubear que la economía está actualmente inmersa en una fuerte, generalizada y creciente estanflación. 


EL NIVEL DE

ACTIVIDAD

El relevamiento del nivel de actividad de las regiones económicas de nuestro país exhibe una caída del 1,8% para el primer semestre del año, que se potencia en la segunda mitad del año a partir del recrudecimiento de la crisis cambiaria actual, haciendo que el nivel de actividad cierre el año con una caída promedio del 3.2% y deje un arrastre estadístico negativo de -2 puntos porcentuales para el próximo año.

En términos generales, a diferencia de otros episodios de turbulencia macroeconómica, esta vez los problemas económicos vienen dados por el lado de la oferta agregada, observándose una reducción de la producción en todos los sectores; incluso en las actividades de mayor auge de la última década.


¿QUE SUCEDERA?

El escenario cambiario está complicado y las expectativas negativas aumentan. Los canales de transmisión desde la esfera monetaria y cambiaria hacia la economía real empeoran e impactan negativamente sobre el consumo, la inversión, el empleo y el nivel de actividad, extendiendo sus sombras (con diferente fuerza) sobre toda la economía.

Por ahora, la economía no tiene de dónde agarrarse para dejar de caer, ya que todos sus fundamentos están peor que un año atrás: hay más déficit, más emisión, más expectativas de devaluación, dólar blue más caro, brecha más amplia, menos exportaciones, menor superávit comercial, nuevo default, mayor escasez de dólares y menor actividad. A diferencia de 2009, esta vez el sector externo no nos podrá sacar de la recesión, concluye E&R.

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