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Suplemento Economía Domingo 29 de Enero de 2017

Reactivar y bajar la inflación al mismo tiempo: ¿se puede?

En un año de elecciones legislativas, el presidente Macri quiere que cuando se acerque la hora de votar en octubre de lo único que se hable sea del crecimiento económico.

Agrandar imagen FOTO ARCHIVO NA GONZALEZ FRAGA. Está dispuesto a liderar con Banco Nación en el rubro créditos para la vivienda.
FOTO ARCHIVO NA GONZALEZ FRAGA. Está dispuesto a liderar con Banco Nación en el rubro créditos para la vivienda.
José Calero

Por José Calero

El

presidente Mauricio Macri encaró un sorpresivo reordenamiento de

la órbita económica con el fin de alinear la tropa detrás del

objetivo de reanimar la economía en este 2017 electoral, pero la

duda es si será sustentable con la estrategia de lucha contra la

inflación.


Año de elecciones legislativas, el jefe de Estado quiere que

cuando se acerque la hora de votar en octubre de lo único que se

hable sea del crecimiento económico.

Para eso, necesita, entre otras cosas, que la inflación no

supere el 5 por ciento en el primer cuatrimestre del año, un

objetivo difícil si se pretende a su vez aceitar el consumo,

mientras los gremios presionan por paritarias que permitan

recuperar el salario real.

En ese quita y afloje el gobierno ya mostró los dientes, cuando

el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, tiró abajo la paritaria de

los bancarios, por considerarla lesiva para la estrategia de darle

pelea a la inflación.


En su afán por ordenar el gabinete, y aconsejado por el

ministro coordinador, Marcos Peña, Macri despidió primero a

Alfonso Prat Gay, quien mostraba demasiada ambición política, y

aceptó sacrificar a Carlos Melconian en el Banco Nación, uno de

los pocos que todavía criticaba el ritmo lento en los recortes de

gasto público.


De paso, premió a Luis Caputo con un ascenso a ministro de

Finanzas, y le pidió garantizar el financiamiento para lo que

resta del año.

Caputo respondió con creces: volvió a exhibir el ´timing´ que

lo hizo famoso en la city y se anticipó a la incertidumbre

generada por el desembarco de Donald Trump en la Casa Blanca, para

conseguir unos 15.000 millones de dólares que cubren casi el 80%

de las necesidades financieras de la Argentina este año.


El ahora ministro emitió deuda en el momento justo y encima

dejó con las ganas a más de un inversor, lo que preanuncia una

suba en los bonos de la Argentina.

Pero mantener a raya la inflación y reactivar la economía puede

ser una disyuntiva de peso para el gobierno en este año electoral,

donde necesita mantener una representación parlamentaria

razonable.


El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, destacó

la desaceleración de precios y derrochó confianza.

Considera que se podrá cumplir la meta de un costo de vida del

17% anual cuando se acerquen las elecciones, uno de los objetivos

que le pidió Macri.

El otro, el de mostrar una economía a todo motor, aparece más

complicado y desafiante, porque no todos los sectores tienen la

capacidad de remontar al mismo ritmo.


El sector agropecuario, por ejemplo, viene creciendo, ya que

aprovechó el empuje de la baja de las retenciones, y ya representa

casi la mitad de las exportaciones.

La actividad de la construcción, muy atada a la obra pública,

empieza a mostrar signos de recuperación, que también se nota en

los permisos para construir en la esfera privada.


El caso de la industria está en otro plano: las automotrices

siguen sin dar señales de vida y eso convenció al ministro de

Producción, Francisco Cabrera, de la necesidad de sentarse a

dialogar con el gremio SMATA y las terminales.

Busca alternativas para reanimar a ese sector fuertemente

golpeado por la demora en Brasil en recuperarse, pero también por

la caída en la demanda interna, ante la disparada de precios en el

mercado automotriz.

Cabrera está convencido de que varios sectores fabriles tienen

problemas de competitividad en buena medida porque las cadenas de

valor no logran organizarse y los recursos humanos está

desaprovechados.

"El objetivo es generar empleo de calidad, lograr más

integración nacional, atraer inversiones e impulsar el crecimiento

sostenido de la industria", dijo Cabrera.


El objetivo no será fácil: Ricardo Pignanelli, el jefe del

SMATA, le aclaró que no tenían objeciones al diálogo, pero el

convenio colectivo no se toca.

Salió al cruce así de las versiones que señalan que el gobierno

está pensando en una especie de "Vaca Muerta automotriz", en

alusión a la flexibilización del convenio colectivo aceptada por

los petroleros en Neuquén.


Así como históricamente ha sido una misión imposible para la

clase media llegar a la casa propia, comprar una auto se vuelve

una utopía para los argentinos, ante la disparada de precios.

Hacia estos problemas apunta el flamante presidente del Banco

Nación, Javier González Fraga, con la línea de créditos a 20 años

para la construcción con terreno propio.

El poder territorial del Nación y su poder de fuego a partir de

su enorme caudal de depósitos, puede empezar a hacer la

diferencia.


Pero en el gobierno dicen que con eso no alcanza, y por eso el

presidente del Central salió a pedirle a los bancos no dormirse en

los laureles y salir a captar depósitos con estrategias más

agresivas.

"No puede ser que la banca chilena sea tres veces más grande

que la argentina", disparó el jefe del BCRA en una reunión con

banqueros en la que los animó a apostar al crédito a la producción

y a los préstamos para la vivienda.



 

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