Por Redacción
Lorenzino tiene 39 años, es originario de Puerto Madryn, Chubut, pero se recibió de abogado en la Universidad de La Plata, con estudios de posgrado en Gestión Pública y Finanzas (UNLP) y en Economía (Universidad Torcuato Di Tella).
Construyó durante los últimos dos años un fluido vínculo con Boudou. Asumió la Secretaría de Finanzas cuando el titular del Palacio de Hacienda era Carlos Fernández. Cuando llegó Boudou no ocultaba su incertidumbre sobre qué iba a ser de su futuro porque no pertenecía a su riñón.
La designación de Lorenzino fue elogiada por los operadores financieros y todas las fuentes consultadas por Clarín coincidieron en reconocer su especialidad en esos menesteres: estuvo a cargo de la emisión de deuda de la provincia de Buenos Aires, encabezó la renegociación de la Provincia en 2005 -que tuvo una aceptación superior al 90%- y participó del diseño del segundo canje de deuda de la Nación, que concluyó en 2010.
“El voto positivo hoy se lo dio el mercado porque subieron los bonos ”, aseveró un operador de un banco privado. “Es una designación que va dentro de las señales del Gobierno y de continuidad de Boudou”, agregó el economista Ricardo Delgado.
Los fondos de inversión y bancos privados festejaron su designación y confían en que intentará normalizar la deuda con el Club de París y encontrar la forma de acceder a los mercados internacionales.
“El secretario de Finanzas Lorenzino es el más amigable hacia los mercados y el más pragmático de todos los nombres que recientemente aparecieron en la prensa”, estimó el informe que circuló entre cientos de clientes de Goldman Sachs.
“Es razonable pensar que él va a tratar de empujar la misma agenda que tenía en la Secretaría de Finanzas, incluido el arreglo con el Club de París ”, agregó un reporte de Barclays.
Los economistas y banqueros elogian su buen humor y su predisposición para atenderlos en cualquier momento. “Una vez teníamos una reunión con inversores internacionales y como en ese día no había clases él nos recibió con uno de sus hijos”, recordó un banquero. Sólo lo escucharon quejarse cuando tuvo que dejar su fugaz puesto como representante financiero de la Argentina en Washington pasa asumir la Secretaría de Finanzas porque él ya había mudado su familia a Estados Unidos.
Dos horas antes de que se realizara el anuncio, Lorenzino había participado de un pequeño acto en el Ministerio de Economía porque se habían instalado desfibriladores en todos los pisos de esa cartera. El lunes a la noche estuvo en la presentación de la temporada de verano del Municipio de la Costa que se organizó en un bar del microcentro porteño. Hoy hablará en un seminario sobre deuda pública organizado por el Banco Mundial.
Más detalles
Lorenzino –quien decoró su despacho con un cuadro del artista Ricardo Carpani– es abogado egresado de la Universidad de La Plata y cuenta con dos máster: uno en Gestión Pública de Finanzas y otro en Economía. Descripto por su círculo íntimo como una persona con buen sentido del humor y hábil para eludir preguntas en off de los periodistas sobre el avance de la negociación de deuda soberana, Lorenzino construyó su figura política en la esfera pública en torno a este tema, además de tener un diálogo fluido con el sector financiero. Fue director de Política de Financiamiento y Crédito Público de la provincia de Buenos Aires, en la gobernación de Felipe Solá, donde gestionó la cuantiosa deuda de la provincia y fue nexo con el gobierno nacional en lo referido a las finanzas bonaerenses. Con apenas 31 años, Lorenzino participó del eficaz rescate de los Patacones, aquel bono de emergencia que había emitido el ex gobernador bonaerense Carlos Ruckauf para paliar la crisis desatada en 2001. Hincha de Boca fanático y autoproclamado economista heterodoxo, el flamante ministro se suma a la lista de titulares de Hacienda sub-40 del gobierno de los Kirchner, una nómina que incluyó nombres como Miguel Peirano, Martín Lousteau y el propio Amado Boudou. Lorenzino llegó en 2008 al Ministerio de Economía, promocionado por el fugaz Carlos Fernández. En primer término fue designado representante financiero argentino en Washington, y más tarde regresó al país para hacerse cargo de la Secretaría de Finanzas. Junto a su colaborador directo, Adrián Cosentino, fue el encargado de negociar el desendeudamiento nacional en los foros mundiales. El equipo negociador –que se estima seguirá con la misma conformación– tuvo a cargo en los últimos meses las negociaciones con el Club de París, la operación de canje de deuda de 2010 y la creación del fondo de reservas para pagar deuda. El momento clave en su carrera fue el 23 de octubre de 2009, cuando junto a Boudou anunciaron la reapertura del canje de deuda. El plan era reestructurar U$S 18.300 millones en default. En junio de 2010, el resultado fue una aceptación del 66% y elevó al 92,4% el total de adhesión computando los bonistas que ingresaron en 2005. La designación de Lorenzino puso al establishment a especular sobre un acuerdo inmediato con el Club de París. Sin embargo, en su entorno confirmaron a este diario que “respecto al Club de París, no hay apuro para cerrar pero todo está encaminado, eso lo decide la Presidencia”, aunque fueron más lapidarios con el tema de los holdouts: “Eso está definitivamente cerrado.”
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