Por José Calero
El proyecto de Presupuesto para el 2014 representará un desafío
mayúsculo teniendo en cuenta algunas de sus variables clave, como
inflación y crecimiento, mientras en el mercado ya celebran el
hecho de que la administración de Cristina Fernández promete pagar
intereses del cupón PBI.
El gobierno deberá realizar ingentes esfuerzos para lograr que
los precios se reduzcan a esos niveles, porque la realidad
devuelve una proyección que más que duplica ese índice.
Es que el año próximo la Casa Rosada prometió tener un índice
de precios más realista y respetado a nivel internacional, porque
el actual cayó en el descrédito y el país sigue corriendo el
riesgo de ser sancionado por su estadísticas deficientes, como le
pasó en su momento a Grecia meses antes de caer en una
hecatombe.
Si el país tendrá estadísticas confiables, el gobierno deberá
adoptar alguna política anti-inflacionaria más aguda e inteligente
que los telefonazos a los formadores de precios.
Será un desafío de alto nivel para una administración
obsesionada por el control de las estadísticas.
El propio secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno,
admitió en su momento que al haber subestimado la inflación se le
hizo un favor "patriótico" a la Nación, porque el país se ahorró
miles de millones de dólares en intereses de los bonos ajustados
por coeficiente CER, equivalentes al costo de vida.
Desde la oposición ya cuestionan que el gobierno subestima la
inflación para hacerse de recursos extra que luego podrá gastar en
forma discrecional.
"Vinieron a presentarnos un cuento, no el presupuesto", disparó
el diputado Miguel Giubergia (UCR–Jujuy), tras la exposición del
ministro Hernán Lorenzino al presentar el Presupuesto 2014, y
consideró que "este proyecto está empachado de subestimación".
"Vuelven a desinflar la recaudación para poder dilapidar más.
Este no es el escenario para presentarlo, Lorenzino debería ir a
una escuela de arte, porque acaban de dar a conocer un manual del
dibujo", ironizó Giubergia.
No son los únicos cuestionamientos que mereció la "ley de
leyes": el Presupuesto prevé que los ingresos suban el 27% y que
el gasto avance 15,6%.
Para el 2013 se habían hecho estimaciones similares, y sin
embargo las cuentas públicas acumulan déficit fiscal.
La disparada del gasto público profundizó el desequilibrio de
las cuentas públicas: acumularon un déficit de $ 13.789 millones
en el primer semestre del año, 30% más que en el mismo período del
2012.
No es el único tema que promete disparar polémica: el gobierno
prevé usar más de 9.850 millones de dólares para afrontar
vencimientos de deuda.
Las reservas rondan los 35.000 millones de dólares y,
combinando la importación de energía y el escaso ingreso de
capitales, se hará muy cuesta arriba para el Central lograr el
colchón necesario para ayudar con el pago de deuda y las compras
de combustibles.
¿ARGENTINA YA DEVALUO?
Desde que en octubre de 2011 se decidió lanzar una ofensiva
final sobre la fuga de capitales creando un esquema burocrático
para la compra de dólares hasta que finalmente se debió
oficializar la prohibición de atesorar divisas en la Argentina, la
economía se resintió con una magnitud que deberán pagar los
gobiernos que hereden a Cristina Fernández a partir del 2015.
Si desarmar el esquema de subsidios ideados para mantener bajas
las tarifas y contenidos a los desempleados será una tarea
titánica, salir de la trampa cambiaria asoma como una epopeya
prácticamente imposible.
El mercado de divisas se convirtió en un rompecabezas
incomprensible que termina empobreciendo y restándole
oportunidades a los argentinos.
El problema no es que el dólar blue cotice a 9,30 pesos, sino
que la mayoría de los costos de la economía se calculen teniendo
en cuenta ese nivel y no los 5,75 que reflejan en rojo las
carteleras de la city.
"Argentina ya devaluó, solo que a sus ciudadanos el gobierno se
los va contando por capítulos, como una novela de suspenso",
graficó un cambista que no se puede quejar, porque el cepo terminó
siendo un negocio interesante para quienes navegan las aguas
turbulentas de la especulación.
Más filoso aún, reflexionó: "Algún día, tal vez cuando este
gobierno ya no esté, algún fiscal deberá investigar cuáles fueron
los sectores que se quedaron con la diferencia entre el dólar
oficial que paga el Banco Central por la liquidación de
exportaciones, y el que circula luego por las cuevas".
El escenario refleja que otra vez -como durante todo el modelo
kirchnerista- el sector financiero emerge como el más favorecido
por la política económica.
Las subas de las acciones de los bancos se disparan a niveles
de dos dígitos y mucho más luego de que el gobierno dejó de lado
la idea de gravar con Ganancias las acciones que cotizan en bolsa.
Mientras tanto, la fuga de capitales sigue: "Es que los
argentinos viajan mucho al exterior", reflexionó Roberto Feletti,
titular de la Comisión de Presupuesto de Diputados y ex hombre del
desaparecido Frepaso.
Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.