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Suplemento Economía Domingo 15 de Septiembre de 2013

Proyecto para una polémica nac&pop

El Gobierno presentó el proyecto de Presupuesto 2014 que ya disparó múltiples críticas.

José Calero

Por José Calero

El proyecto de Presupuesto para el 2014 representará un desafío

mayúsculo teniendo en cuenta algunas de sus variables clave, como

inflación y crecimiento, mientras en el mercado ya celebran el

hecho de que la administración de Cristina Fernández promete pagar

intereses del cupón PBI.


El gobierno deberá realizar ingentes esfuerzos para lograr que

los precios se reduzcan a esos niveles, porque la realidad

devuelve una proyección que más que duplica ese índice.

Es que el año próximo la Casa Rosada prometió tener un índice

de precios más realista y respetado a nivel internacional, porque

el actual cayó en el descrédito y el país sigue corriendo el

riesgo de ser sancionado por su estadísticas deficientes, como le

pasó en su momento a Grecia meses antes de caer en una

hecatombe.


Si el país tendrá estadísticas confiables, el gobierno deberá

adoptar alguna política anti-inflacionaria más aguda e inteligente

que los telefonazos a los formadores de precios.

Será un desafío de alto nivel para una administración

obsesionada por el control de las estadísticas.


El propio secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno,

admitió en su momento que al haber subestimado la inflación se le

hizo un favor "patriótico" a la Nación, porque el país se ahorró

miles de millones de dólares en intereses de los bonos ajustados

por coeficiente CER, equivalentes al costo de vida.

Desde la oposición ya cuestionan que el gobierno subestima la

inflación para hacerse de recursos extra que luego podrá gastar en

forma discrecional.

"Vinieron a presentarnos un cuento, no el presupuesto", disparó

el diputado Miguel Giubergia (UCR–Jujuy), tras la exposición del

ministro Hernán Lorenzino al presentar el Presupuesto 2014, y

consideró que "este proyecto está empachado de subestimación".

"Vuelven a desinflar la recaudación para poder dilapidar más.

Este no es el escenario para presentarlo, Lorenzino debería ir a

una escuela de arte, porque acaban de dar a conocer un manual del

dibujo", ironizó Giubergia.

No son los únicos cuestionamientos que mereció la "ley de

leyes": el Presupuesto prevé que los ingresos suban el 27% y que

el gasto avance 15,6%.

Para el 2013 se habían hecho estimaciones similares, y sin

embargo las cuentas públicas acumulan déficit fiscal.

La disparada del gasto público profundizó el desequilibrio de

las cuentas públicas: acumularon un déficit de $ 13.789 millones

en el primer semestre del año, 30% más que en el mismo período del

2012.


No es el único tema que promete disparar polémica: el gobierno

prevé usar más de 9.850 millones de dólares para afrontar

vencimientos de deuda.

Las reservas rondan los 35.000 millones de dólares y,

combinando la importación de energía y el escaso ingreso de

capitales, se hará muy cuesta arriba para el Central lograr el

colchón necesario para ayudar con el pago de deuda y las compras

de combustibles.



¿ARGENTINA YA DEVALUO?


Desde que en octubre de 2011 se decidió lanzar una ofensiva

final sobre la fuga de capitales creando un esquema burocrático

para la compra de dólares hasta que finalmente se debió

oficializar la prohibición de atesorar divisas en la Argentina, la

economía se resintió con una magnitud que deberán pagar los

gobiernos que hereden a Cristina Fernández a partir del 2015.


Si desarmar el esquema de subsidios ideados para mantener bajas

las tarifas y contenidos a los desempleados será una tarea

titánica, salir de la trampa cambiaria asoma como una epopeya

prácticamente imposible.

El mercado de divisas se convirtió en un rompecabezas

incomprensible que termina empobreciendo y restándole

oportunidades a los argentinos.


El problema no es que el dólar blue cotice a 9,30 pesos, sino

que la mayoría de los costos de la economía se calculen teniendo

en cuenta ese nivel y no los 5,75 que reflejan en rojo las

carteleras de la city.

"Argentina ya devaluó, solo que a sus ciudadanos el gobierno se

los va contando por capítulos, como una novela de suspenso",

graficó un cambista que no se puede quejar, porque el cepo terminó

siendo un negocio interesante para quienes navegan las aguas

turbulentas de la especulación.


Más filoso aún, reflexionó: "Algún día, tal vez cuando este

gobierno ya no esté, algún fiscal deberá investigar cuáles fueron

los sectores que se quedaron con la diferencia entre el dólar

oficial que paga el Banco Central por la liquidación de

exportaciones, y el que circula luego por las cuevas".


El escenario refleja que otra vez -como durante todo el modelo

kirchnerista- el sector financiero emerge como el más favorecido

por la política económica.

Las subas de las acciones de los bancos se disparan a niveles

de dos dígitos y mucho más luego de que el gobierno dejó de lado

la idea de gravar con Ganancias las acciones que cotizan en bolsa.

Mientras tanto, la fuga de capitales sigue: "Es que los

argentinos viajan mucho al exterior", reflexionó Roberto Feletti,

titular de la Comisión de Presupuesto de Diputados y ex hombre del

desaparecido Frepaso.

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