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Suplemento Economía Domingo 23 de Septiembre de 2012

Percepción y oportunidad en el uso de la tecnología

La gestión de la tecnología en la empresa requiere en la actualidad un enfoque estratégico.

Javier Fornari

Por Javier Fornari

Han pasado casi 60 años desde que las computadoras empezaron a utilizarse en las empresas, pero todavía no sabemos mucho acerca de su influencia en el comercio en general y en el rendimiento de la empresa en particular, aunque mucho se especula y existe la intuición de que la tecnología provoca un gran impacto. Entramos en el nuevo milenio con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) transformando, fundamentalmente, la manera de hacer negocios en todo el mundo. Y ya en los últimos años la industria de las TIC no ha parado de crecer en Argentina en forma sostenida basado en una sólida visión de la competitividad de las empresas.

Pero con frecuencia nos quejamos del ritmo vertiginoso en el que nacen, se adaptan y finalmente quedan sustituidas unas tecnologías por otras. Este fenómeno de adaptación tecnológica ha sido consustancial con el avance de la civilización, dado que el ritmo de aparición de nuevas tecnologías se ha incrementado pero nuestra capacidad de cambio tiene un límite. Hoy más que nunca triunfan sólo aquellas tecnologías cuyo aporte a nuestra vida cotidiana, personal o profesional, supere en mucho el esfuerzo por adoptarlas.

Prosperar y sobrevivir en el mundo global actual es cada vez más difícil para las empresas, ya que el ritmo de cambio de su entorno es muy grande y rápido. En particular, los empresarios parecen estar enfrentándose con un número cada vez mayor de tecnologías disruptivas y que pueden poner en peligro la ventaja competitiva que poseen.

El rápido avance de la tecnología puede poner a la defensiva a las empresas, lo que puede crear una reacción en el proceso de toma de decisiones que conduzcan a inversiones que pueden no ser correctas. Como resultado, las empresas pueden perder mercado y quedar detrás de sus competidores.

Entonces, ¿cómo pueden ser las empresas más proactivas con respecto al uso e incorporación de tecnología?

Uno de los enfoques utilizados es el uso de la percepción para detectar oportunidades tecnológicas. Las empresas que son flexibles a los cambios del entorno son las que mejor preparadas están para obtener respuestas en las nuevas tecnologías. En este contexto, el oportunismo tecnológico es una orientación positiva que permite a una empresa competir mucho mejor en el mercado. La percepción se refiere a cómo una empresa desarrolla una comprensión de las nuevas tecnologías en su aplicabilidad a las diversas funciones de negocios que desarrolla y, además, a la capacidad de respuesta para actuar frente a los cambios tecnológicos.

El oportunismo implica que la empresa aproveche los recursos, activos, capacidades o relaciones, entre otras cosas, que puedan proporcionarle una ventaja competitiva y, por lo tanto, mejorar el rendimiento de la compañía. Pero como contraparte, la naturaleza de percibir y responder a los cambios tecnológicos sugiere también un grado inherente de riesgo, que puede ser perjudicial para la rentabilidad de la organización; aunque la detección y respuesta al cambio tecnológico es una de las formas que pueden utilizar las empresas para obtener potencialmente una ventaja competitiva.

Las empresas que son tecnológicamente oportunistas utilizan sus recursos para explorar activamente los mercados, a menudo más allá de donde compiten con sus productos, con el fin de descubrir conocimientos disruptivos que cambien la forma en que realizan sus negocios. Los directivos de estas empresas buscan activamente la información, el conocimiento, las señales, las tendencias y otros indicadores que pueden crear ventajas en el mercado. Asimismo, la detección de estas características ofrece a la empresa una visión más completa de lo que podría afectarla.

Sin embargo, no es suficiente que las empresas perciban simplemente cambios tecnológicos perturbadores, sino que deben actuar sobre el conocimiento generado para realizar las inversiones adecuadas en sus procesos de negocios. Estas inversiones ayudan a construir los procesos para que los avances tecnológicos aceleren su aplicación a lo largo de toda la organización. Esto posiciona y prepara a la empresa para actuar en el momento oportuno, en el lugar correcto, y de la forma adecuada para capturar ventajas competitivas. Productos o servicios nuevos e innovadores son los resultados potenciales del cambio tecnológico.

Mientras que la orientación del empresario a los negocios se centra en los clientes y la inteligencia de mercado, el oportunismo tecnológico se diferencia en que la detección es ampliamente distribuida en una red de relaciones, generando lo que se conoce como la empresa en red. La organización interconectada sólo es posible a partir de un cambio cultural interno, estratégico y organizativo ya que combina activos especializados, frecuentemente intangibles, bajo un control compartido y se fundamenta en la toma de decisiones basada en el conocimiento y no en la jerarquía.

La gestión de la información y del conocimiento se apoya en las comunicaciones directas que abarcan el conjunto de todos los nodos de la red. La empresa en red es posible porque las TIC reducen los costos centrales de la organización debido a que modula la información para que llegue a la persona indicada, en el momento adecuado, impidiendo cualquier otro uso distinto del previsto.

La posesión de una densa red de contactos con los agentes del entorno favorecerá a que la empresa acceda a información y conocimiento relevantes, que le permitirán explorar y explotar oportunidades para obtener ventajas que, de otra manera, no podría realizar. Este comportamiento no consiste, concretamente, en crear un nuevo producto o entrar en un mercado específico, sino en un modo de actuación sobre la toma de decisiones y el desarrollo de acciones que están relacionadas con la innovación y la percepción de oportunidades tecnológicas.

Las innovaciones tecnológicas sólo triunfan si el valor que aportan es superior al coste de su adopción pero, en el momento en que las TIC lleguen a ser una infraestructura compartida y estandarizada, producirán su mayor beneficio económico y social, ya que elevarán la productividad y los niveles de vida y servirán como plataforma para una amplia gama de nuevos bienes y servicios. Mientras tanto, las empresas pioneras estarán un paso más adelante, descubriendo y utilizando las nuevas oportunidades tecnológicas.

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