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Suplemento Economía Domingo 13 de Diciembre de 2020

Liquidar o retener la cosecha, esa es la cuestión (que desvela a los productores)

La Argentina, en crisis casi siempre, depende de una buena cosecha para mejorar su economía y el ingreso de dólares. Pero los productores tienen la última palabra.

Matías Fontanetto

Por Matías Fontanetto

Por Matías Fontanetto

Las proyecciones de la próxima campaña agrícola apuntan a una producción en torno a los 140 millones de toneladas, donde la mejora en el valor esperado de la cosecha de USD 5.000 millones se debe principalmente aumento de los precios de soja. El superávit logrado en los últimos años fue gracias a un desplome en las importaciones producto de la recesión iniciada en el 2018 y las devaluaciones del tipo de cambio real, por su parte las exportaciones en cantidades permanecen estancadas desde hace 10 años.
Nuestro país depende de una mejora en los precios de las commodities exportadas para poder incrementar las importaciones necesarias para el crecimiento y mantener el saldo comercial positivo, lo cual es imprescindible para recomponer las reservas del BCRA. Es por esto que el impulso exportador a través de inversiones en dicho sector es vital para lograr un sendero de crecimiento de largo plazo, libre de restricciones de dólares futuras que requieran devaluaciones y recesiones cuando los precios internacionales caen para ajustar la cuenta comercial, dejando atrás “el stop and go” del ciclo económico.
El superávit de Aduana de exportaciones es condición necesaria para lograr un balance cambiario positivo pero no es una condición suficiente, pues de continuar con elevadas brechas entre el dólar oficial y no oficial, permanecerán los incentivos para adelantar importaciones, pagar al contado, cancelar deuda comercial en dólares y dilatar la liquidación de exportaciones, lo cual explica la escasez actual de dólares en el mercado de cambios oficial.
Si se cumplieran las proyecciones de precios y cantidades exportadas, las ventas externas totales de Argentina 2021 superarían los USD 60.000 millones versus los USD 55.000 millones de este año. De ser así, se volvería a los niveles de exportación del año 2018. Además, es razonable que ante una recuperación moderada del PBI en el orden del 5%, las importaciones totales se aproximen en el año 2021 a los USD 50.000 millones, lo cual las ubicaría en USD 9.000 millones por encima del 2020.
Dicho nivel de importaciones para el próximo año sería todavía un nivel bajo en términos históricos para Argentina, solo se registrarán valores inferiores en el 2020 con USD 41.000 millones debido a la pandemia y USD 38.000 millones en el 2009 como resultado de la crisis financiera global y la caída en el comercial internacional consecuente.
Una variable a considerar como resultado de la suba de los precios internacionales de las commodities agrícolas, es la mejora en los ingresos efectivos del productor rural. El tipo de cambio efectivo de un productor de soja, teniendo en cuenta un tipo de cambio oficial de 1 USD = ARS 80 neto del 31% de retenciones en noviembre, sería equivalente a los ARS 55,2 por dólar. Si bien es notablemente inferior a los ARS 150 del dólar no oficial, si se lo comparara históricamente alcanza valores máximos en los últimos 10 años. Al mejorar los ingresos de los productores rurales, se estimula la producción y siembra del cultivo, una intención supeditada también al clima -la sequía afecta al 25% de la región núcleo y limita la siembra de soja de segunda, advirtió esta semana la Bolsa de Comercio de Rosario-.
La diferencia entre el dólar no oficial a $ 150 vs el dólar oficial a $ 80 es lo que genera incentivos a retener la liquidación de granos, los productores esperan una aceleración en la devaluación del dólar oficial, de manera de reducir la brecha. En este contexto, es crucial que los productores rurales no sufran trabas futuras para importar maquinarias e insumos a un dólar oficial de $ 80, de lo contrario, el objetivo de cuidar las magras reservas del BCRA golpeará la rentabilidad del productor rural, si además tuviera que importar insumos a un dólar no oficial de 150.
Cuando a esta ecuación de dólar efectivo a $ 55,2, se le incorpora el actual precio internacional de USD 420 la tonelada de soja, el ingreso total del productor se ubica entre los más altos de los últimos años. Cabe la pena preguntarse si con estos precios y este tipo de cambio efectivo, los productores agrícolas: ¿acelerarán la venta de la cosecha incentivados por el mayor ingreso y el temor a que los precios bajen o mantendrán un ritmo similar de ventas contra una cantidad de pesos recaudada más alta? 
Se supone que se incrementarían un poco las liquidaciones de dólares de exportaciones en los próximos meses, sin embargo un buen ingreso incentiva a productor a que siembre pero no a que liquide su cosecha si la brecha entre el dólar oficial y no oficial continúan en niveles del 85%. Además nuestro país necesita generar los incentivos adecuados para estimular la inversión y las cantidades de exportadas, con el objetivo de alcanzar el crecimiento sostenible, con superávit comercial y sin restricciones de dólares.

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