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Suplemento Economía Domingo 1 de Abril de 2012

Las medidas proteccionistas impactan en la producción

En un informe de Economía y Regiones, se advierte que las restricciones a las importaciones aplicadas por el Gobierno nacional generan un impacto en el aparato productivo. Un análisis sobre el comportamiento de las diversas variables y los escenarios que pueden plantearse en los próximos meses.

Redacción

Por Redacción

Uno de los objetivos de política económica de la actual administración ha sido el mantenimiento del tipo de cambio nominal cuasi fijo. Ya sea para contener las expectativas de devaluación del público, para mantener estabilizada la inflación, o simplemente para evitar el costo político que tienen los movimientos de tipo de cambio en nuestro país. Paralelamente, la tasa de devaluación fue significativamente menor que la inflación, que a su vez fue menor al aumento de los salarios en los últimos años. En consecuencia se generó una constante y significativa apreciación del tipo de cambio real y un fuerte aumento del salario en dólares. Ambos fenómenos contribuyeron a la paulatina pérdida de competitividad de los sectores productivos locales y a la disminución de la rentabilidad extraordinaria que había dejado la devaluación de 2002, tal como puede apreciarse en el Gráfico 1. 

No obstante, esta pérdida de rentabilidad fue compensada por un aumento de las ventas, inducido por el incremento del salario y la apreciación del tipo de cambio real. Es decir, los sectores productores fueron perdiendo margen respecto de cada bien que ofertaban, pero dicha pérdida de rentabilidad fue más que compensada por el alto dinamismo del consumo, que encontraba sustento en el incremento del poder adquisitivo del salario.

Tal es así, que este boom de consumo de los últimos años, provocó que el gasto agregado supere a la producción doméstica. Y lógicamente, cuando se gasta más de los que se produce internamente, se importa la diferencia y lo que no se importa se vende a precios más altos.

En pocas palabras, un volumen de consumo (gasto) mayor al de producción conlleva a un desequilibrio macroeconómico, que se caracteriza por un incremento de las importaciones (para compensar la insuficiente producción doméstica) y en más inflación.

En este desequilibrio en el que se produce menos de lo que se consume y los precios aumentan, el tipo de cambio real se aprecia adicionalmente y las expectativas de depreciación aumentan. Sin embargo, el Gobierno tiene como principal objetivo mantener el tipo de cambio nominal casi sin movimientos. Y para mantener el tipo de cambio nominal constante se ve obligado a “pisar” la demanda de dólares y frenar el avance de los bienes importados.

Las mayores trabas a las importaciones tienen dos efectos sobre el nivel de producción; uno en el corto plazo y otro en el mediano / largo plazo. Las mayores trabas a las importaciones afectan negativamente los niveles de producción en el corto plazo y sólo en el mediano y largo plazo podrían incentivar la sustitución de importaciones e impactar positivamente en los niveles de actividad (y de sólo algunos sectores).

En pocas palabras, en el corto plazo las mayores trabas a las importaciones estimulan el desequilibrio macroeconómico imperante, ya que ensanchan la brecha entre el nivel de consumo y de producción, alentando el ajuste vía más inflación.

Las medidas lograron desacelerar las importaciones que a partir de marzo de 2011 (cuando se ampliaron las licencias no automáticas (LNA)) exhibieron una caída interanual del 1% en febrero de este año; la primera merma desde la crisis global de 2009.

Concretamente, según los datos de febrero último, la caída de las importaciones se concentró en los insumos industriales (-4% a/a), en los bienes de consumo (-5%) y, particularmente, en los bienes de capital (-19%), cuyas menores compras estarían reflejando tanto los efectos de las restricciones comerciales como un menor apetito inversor, en un escenario de mayor incertidumbre y crecientes regulaciones.

Sólo el ingreso de piezas de bienes de capital (incluyendo autopartes, necesarias para sostener en funcionamiento la industria automotriz) y las importaciones de combustibles (indispensables para compensar la declinante producción interna de hidrocarburos) continuaron en ascenso en febrero. Este último rubro volvió a ser el más dinámico, con un alza de 19% a/a, insumiendo en el primer bimestre USD 840 millones, a pesar de ser este un período del año en el que la demanda de energía resulta estacionalmente baja. En el Gráfico 2 se puede observar el comportamiento de las importaciones en sus distintos rubros. 


CAPACIDAD INSTALADA

Actualmente, la utilización de la capacidad instalada se encuentra por encima del 75% en el agregado y con un máximo de 87% de utilización de una industria de base como la metalúrgica (pleno empleo). En lo que respecta al factor trabajo, la desocupación ha alcanzado un mínimo de 6,7% en el cuarto trimestre de 2011 y la tasa de empleo (es la relación entre la población ocupada y la población total) un máximo del 43% en el mismo período.

Pero lo cierto es que para seguir creciendo sin ajustar el consumo es necesario producir más, y para producir más es necesario ampliar la capacidad productiva. Pero en una economía con pleno empleo de los recursos capital y trabajo se requiere importar maquinarias e insumos para ampliar la capacidad de producción en el mediano y largo plazo.

Las medidas proteccionistas fueron efectivas para frenar el volumen de compras al extranjero, pero dejan sin importaciones de insumos fundamentales a la industria local, afectando negativamente la producción. Al principio, la menor producción se compensa con desacumulación de stocks. Sin embargo, más tarde los stocks se agotan y la inflación se acelera si el consumo no se ajusta.

Así, el nivel de utilización de capacidad instalada cayó un 6,3% a/a en el agregado industrial sin que ello se deba a un aumento en la inversión. Paralelamente, según los datos difundidos por INDEC, la industria empezó a mostrar un marcado estancamiento (se ve en el índice) desde principios del 2011, que a lo largo del año pasado se tradujo en una fuerte desaceleración en la tasa de crecimiento interanual y en febrero 2012 se transformó en una incipiente caída del nivel de actividad.

En pocas palabras, las mayores trabas a las importaciones afectan negativamente la producción, la inversión y la utilización de la capacidad instalada en la industria, lo cual incentiva el desequilibrio macroeconómico, tal como se muestra en el Gráfico 3. Este desequilibrio macroeconómico sólo disminuiría si disminuyera el consumo, es decir si el nivel de actividad económica se redujera aún más.

(Fuente: Economía & Regiones).

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