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Suplemento Economía Domingo 5 de Mayo de 2013

Las compañías que cambiaron de rumbo

Y lograron tener éxitos. Si bien algunas empresas apostaron inicialmente por un producto, el mercado las obligó a cambiar sobre la marcha. Veamos algunos casos.

Redacción

Por Redacción

No todas las marcas

conocidas de hoy comenzaron vendiendo los productos que los

hicieron famosos. Libros que derivaron en perfumería, papelería

que mutó a teléfonos, son tan solo algunos ejemplos.

"Caminante no hay camino, se hace camino al andar", decía la

canción del Joan Manuel Serrat y es una buena recomendación para

los emprendedores de hoy en día.

Porque muchas marcas de las que conocemos como líderes en su

sector comenzando haciendo algo completamente distinto, hasta que

la oportunidad apareció y supieron tomarla.

El caso de Avon es uno de ellos. Su fundador David H.

McConnell, comenzó a finales del siglo XIX vendiendo libros

puerta a puerta.

Como táctica para ganarse a las amas de casa,

regalaba también pequeñas muestras de perfume.

Con el tiempo, sus muestras se hicieron más famosas que los

libros que vendía y dio un giro a su negocio para fundar

California Perfume Company, el embrión de lo que sería Avon en el

futuro.


Otro caso es el de Hasbro, hoy conocida como una de las mayores

jugueteras del mundo. Su paso fue más paulatino y consecuente.

Nació en 1923 como la empresa familiar Hassenfeld Brothers,

especializada en la venta de restos textiles. Luego el paso hacia

el público infantil comenzó con el desembarco en el sector de la

provisión de artículos para escuelas para acabar aterrizando en el

sector juguetero en 1952 con el lanzamiento del Mr. Potato.


La finlandesa Nokia es sinónimo de telefonía celular, pero no

siempre fue así. La empresa comenzó a gestarse en 1865, cuando

Fredrik Idestam abrió una empresa papelera que fabricaba papel

para los bancos de Tammerkoski.

Nokia coqueteó después con otros sectores de actividad hasta

que decidió apostar fuerte por los teléfonos ya en los años 60.


La marca de chicles Wrigley, muy conocida en los Estados

Unidos, tiene una historia parecida a Avon. Comenzaron en

el año 1891 vendiendo jabón y levadura y ofreciendo el chicle como

"gancho" para sus clientes. A Wrigley le pasó como Avon, y sus

chicles ganaron pronto en popularidad al jabón y la levadura.


Los hoy cotizadísimos diamantes de Tiffany no existieron hasta

años después que los dueños de lo que sería la joyería emblemática

de New York decidieran que la papelería no era

tan redituable como las joyas.

Colgate se preocupó por la higiene desde sus comienzos, pero no

vendió su primera pasta hasta 1873; desde su nacimiento en 1806,

su especialidad había sido la venta de jabón, velas y almidón.

Muchas más historias comparten el mismo camino, el camino que

como dice el cantante catalán, se hace caminando.

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