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Suplemento Economía Domingo 17 de Marzo de 2013

La obsesión por comprar dólares recalienta el mercado cambiario

La inflación licúa rápidamente el valor del peso, por lo que aquellos argentinos con capacidad de ahorro buscan atesorar dólares para mantener el poder adquisitivo de su dinero.

Redacción

Por Redacción

Por Guillermo Malisani (*)


A casi un año y medio de la imposición de las

restricciones cambiarias, la histórica obsesión argentina por el

dólar no se frenó y el precio del "billete verde" mantuvo una

preocupante escalada, acelerada en los últimos días.

El deseo argentino de desechar los pesos para ahorrar en

dólares en combinación con las medidas cambiarias llevó a que

en la actualidad haya como mínimo cuatro valores de la moneda

americana.

El dólar "fuga" -el más caro- se vende en torno a los 8,50

pesos; el dólar blue o paralelo, supera los 8 pesos; el dólar

"tarjeta" se negocia a 6,10 y el dólar "oficial" a 5,10.

Los números marcan que se están rompiendo todas las marcas

psicológicas que terminan afectando al mercado y retroalimentando

el apetito "verde".


Resulta incomprensible que haya pequeños inversores o grandes

jugadores del mercado que estén dispuestos a pagar tan caro el

tipo de cambio, pero confirma que se están cubriendo de algo que

no resulta tan claramente visible.

Esa aspiración tan nacional de atesorar dólares generó un

sinfín de modalidades y mecanismos para poder obtenerlos, aunque

sea a precios altísimos o a través de operaciones que orillan la

ilegalidad.


Cerrado el grifo cambiario, el Banco Central tuvo que aceitar

más los mecanismos para intentar llevar al mínimo las operaciones

con dólares.

Así, salieron cientos de inspectores del Central a controlar

agencias de viaje para detectar supuestas ventas de paquetes

turísticos que nunca se realizaban.

Y, en una última medida, dictó una resolución para impedir la

salida de dólares a través de apuestas de juego o en el casino,

para lo cual habrá que pedir autorización.

Sin embargo, el ingenio popular parece no tener freno y el

monitoreo del Central es permanente para determinar cuál será la

próxima iniciativa para tener dólares.

En este marco, parece casi imposible poder cambiar la

psicología argentina a través de medidas cambiarias o resoluciones

para ajustar el mercado de divisas.

Este desorden se da en medio de renovadas versiones sobre un

posible desdoblamiento cambiario que a esta altura ya no se sabe

si alcanzará para encarrilar el desajustado mercado local.

A esa incesante suba, se le suma otro dato no menos

preocupante: la persistente pérdida de reservas del Banco Central

que implica una menor capacidad de fuego para mantener a raya el

tipo de cambio.


La autoridad monetaria perdió casi 1.800 millones de dólares en

lo que va del año, sumados a los 3.100 millones del 2012 (en la

actualidad las reservas están en 41.400 millones).

La esperanza de recuperar el tiempo perdido está puesta en las

liquidaciones de exportadores que deberían empezar a fines de

marzo y continuar hasta junio.

Pero para la entidad que preside Mercedes Marcó del Pont se le

está haciendo eterna esta espera de los "agrodólares", que permita

frenar la caída de reservas.

Esa preocupante baja en el volumen de fondos atesorados en el

Central también tiene un motivo: la también incesante salida de

depósitos en moneda extranjera, otro síntoma de la desconfianza de

los ahorristas.

Otro punto preocupante en este contexto es que el 2013 es un

año electoral y que para no bajar el nivel del gasto, se apelará a

una mayor emisión monetaria.

Según un reciente informe de la consultora Ecolatina, "cada vez

hay más pesos en circulación por cada dólar de reserva

internacional" y agrega que "el continuo deterioro del balance

del Banco Central no es inocuo a la hora de explicar la dinámica

de los mercados alternativos de tipo de cambio".

Así, los pesos que circulan se van al dólar paralelo y genera

una pregunta inquietante: hay que seguir emitiendo con el riesgo

de incrementar la brecha cambiaria (actualmente cercana al 60 por

ciento) o sacar pesos del mercado para enfriar el dólar libre.

El debate se irá instalando a medida que pasen los días y se

acerquen las elecciones pero habrá algo que seguramente no se

cambiará: el deseo de seguir pensando en "verde", de ahorrar en

una moneda extranjera.

Esa obsesión convirtió a la Argentina en uno de los países

con mayor cantidad de dólares por habitante: casi 2.000 dólares

por persona. 



 (*) Especial para NA

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