La ilusión monetaria

Por Guillermo Briggiler

En la economía de un país, es decir, la producción, comercialización y distribución de bienes y servicios, intervienen las familias como consumidoras de estos y como propietarias de los factores productivos. A su vez, las empresas utilizan los recursos productivos para producir los bienes y servicios. Los factores productivos, son naturaleza (tierra y sus riquezas), capital (incluyendo conocimientos y tecnología) y trabajo (esto es la fuerza productiva, habilidades y creatividad de las personas).

Si la economía analizada fuera de trueque, la cosa terminaría acá. Pero ocurre que la persona que trabaja en una empresa láctea, no se vuelve al final del día con un queso bajo el brazo, ni aquel que trabaja en la industria frigorífica, con un paquete de salchichas. Todos los intercambios de la economía real, se realizan a través de la moneda, de manera que hay un equilibrio entre la cantidad de bienes y servicios que se transan en la economía, con la cantidad de moneda que circula.

De manera muy simplificada, lo expuesto quiere decir que, si la economía produce bienes y servicios por un millón de pesos, debe circular moneda por esta cifra. Simplificando más, podemos ejemplificar con una economía que solo se fabrica un bien, por ejemplo pelotas de fútbol. Si se fabricaran un millón de pelotas y cada una valdría un peso, la economía estaría en equilibro con un millón de pesos circulando.

Ahora si por motivos ajenos a la producción, se aumenta la cantidad de moneda circulante, por ejemplo al doble, tendremos un millón de pelotas y dos millones en moneda circulante. Los tenedores de moneda, comprarán la totalidad de los bienes existentes, un millón de pelotas y les sobrará todavía un millón de pesos con los que querrán comprar más bienes (recuerden que simplificamos a un solo bien, las pelotas de fútbol). Dicha presión para comprar más pelotas, logrará que suba el precios de los balones hasta encontrar su equilibro en dos pesos por pelota.

Lo expuesto en el párrafo anterior es la causa de la inflación en nuestro país, y nos hace caer muchas veces en lo que en economía se llama, ilusión monetaria. Es decir, percibimos que nuestros ingresos o nuestros gastos suben nominalmente, pero no es lo que realmente ocurre, solo lo percibimos de esa manera.

Para evitar caer en la ilusión monetaria, especialmente en tiempos de inflación, debo medir mis ingresos y mis principales gastos en un bien que conozca y con el que trabaje habitualmente, por ejemplo si soy transportista, es conveniente que mida en litros de gasoil, de esa manera sabré siempre cuantos litros de gas oil deben cobrarme al realizar el servicio periódico del vehículo. Si soy empleado de una empresa láctea podría medir mi ingreso en kg de determinada variedad de quesos, o litros de leche larga vida y así podríamos seguir con los ejemplos.

Con las armas de las finanzas y la economía, venceremos a aquellos que creen que los ciudadanos pueden ser manipulados con dádivas y programas económicos que solo consisten en ilusiones.

#BuenaSaludFinanciera

@ElcontadorB @GuilleBriggiler