Por Redacción
En 2012 y 2013 el escenario internacional seguiría siendo positivo y continuaría habiendo “viento de cola”; aunque más débil que en 2003/2008 y 2010/2011, sostiene en su último informe la consultora Economía & Regiones. Puntualmente, el precio de la soja seguiría siendo bueno en lo que resta de 2012 y primera mitad de 2013 porque el dólar continuaría débil, lo cual fijaría un elevado “piso” para el precio internacional de la oleaginosa. Este elevado piso estaría reforzado por los factores climáticos, que afectarían negativamente los volúmenes de cosecha. Paralelamente, la contribución de Brasil al nivel de actividad argentino seguirá siendo positiva, pero más débil que en los períodos 2003/2008 y 2010/2011, agrega la consultora.
El fuerte enfriamiento no se debe solamente a que la soja y Brasil contribuyen menos, sino que hay que sumar también los efectos negativos del cierre de la economía y de las inconsistencias de política fiscal y monetaria. El enfriamiento del nivel de actividad económico en Argentina no es consecuencia de una crisis internacional sino fundamentalmente resultado de nuestras propias inconsistencias, entre las cuales hay que enumerar: políticas fiscales y monetarias desmedidamente expansivas en un marco de alta inflación y débil demanda de dinero; intervención cambiaria; pago de deuda con reservas en un contexto de tasas de interés históricamente bajas; trabas a las importaciones; incumplimiento de acuerdos comerciales, entre otras.
Por el contrario, si hubiera una crisis internacional y el mundo se pusiera en contra (viento de frente), nuestro nivel de actividad no se enfriaría sino que, directamente, se desplomaría.
Teniendo en cuenta un tipo de cambio oficial de 4,75 pesos por dólar en diciembre de 2012 y una soja promedio de 515 dólares la tonelada durante este año, la competitividad precio efectiva del sector agropecuario exportador cerraría este año en 0,96, ubicándose 4 puntos porcentuales por debajo del nivel de salida de la Convertibilidad.
El deterioro de la competitividad precio efectiva del sector agro exportador es resultado de que la inflación de costos de producción supera holgadamente la depreciación del tipo de cambio. En la actualidad se necesitaría que la tonelada de soja cotizara 650 dólares de aquí a fin de año para que en diciembre 2012 se restituyera el nivel de competitividad precio efectivo (1.15) que se tenía en agosto 2008 con una soja a 530 dólares. De esta forma, al campo ya no le alcanza ni siquiera con buenos precios. Tampoco le sirve una devaluación, ya que sus efectos positivos serían de cortísimo plazo y se licuarían rápidamente. La inflación es la verdadera causa del deterioro de su competitividad precio efectivo.
RESTRICCION EXTERNA
Los datos abril y mayo dan cuenta de la restricción externa que deberá enfrentar argentina a lo largo del año 2012. La desaceleración actual comienza a poner al comercio exterior en el centro de la escena. Los sectores que habían sido los “motores” del ciclo expansivo previo parecen ser los más perjudicados: las trabas a las importaciones obstaculizan el abastecimiento de insumos y bienes de capital para los sectores productores locales; el menor crecimiento de Brasil impacta negativamente en las exportaciones industriales, sobre todo de autopartes, hacia nuestro principal socio comercial; la reducción en la cantidad (y no en el precio) de soja exportada, como consecuencia de sequía e inundaciones, le pega a la actividad primaria y a los sectores vinculados a ella como el transporte, la actividad financiera y la construcción, concluye E&R.
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